#tecno entrevista a santiago bilinkis

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025 ISSUE 45 VOLVER AL FUTURO De Buenos Aires a la NASA, un recorrido sin escalas por el mundo de un emprendedor serial. Ser inmortal, resignar la privacidad y dejar que las computadoras trabajen por nosotros. Santiago Bilinkis nos embarca en un viaje a lo que se viene. TXT ANDREA CUKIER Estudió Economía y, al poco tiem- po de recibirse, junto con su ami- go Andy Freire, fundó Officenet, un proyecto muy innovador dentro del negocio de venta de artículos de oficina. Juntos participaron de una serie de emprendimientos y el año pasado lanzaron Avenida, una tienda argentina al estilo Amazon. Actualmente, es uno de los orga- nizadores de TEDxRioDeLaPlata, y embajador local de Singularity University, el centro de estudios auspiciado por Google y la NASA, que funciona en el corazón de Si- licon Valley. Santiago formó parte de la primera camada de argenti- nos que estudió en el campus de la NASA en el año 2010. Es un emprendedor multiterreno que, sabiéndose privilegiado, sin- tió que tenía que compartir su co- nocimiento para que todos pue- dan abrirse a lo que viene. Así fue que armó una presentación llama- da “El futuro del futuro” -acerca del impacto de los cambios que se avecinan- y la compartió en una conferencia de tecnología. La charla llamó la atención de un pe- riodista, que lo entrevistó para un diario. Eso desencadenó un efec- to “bola de nieve” que lo llevó a convertirse en columnista del pro- grama de radio “ Basta de Todo” y en divulgador de las novedades tecnológicas. A los 43 años, San- tiago plantó árboles con sus hijos en la misma semana en la que pu- blicó su libro “ Pasaje al futuro”. ¿Cómo fue el proceso para ingre- sar a Singularity University? Desde chiquito quise ser científico o inventor, así que cuando ya esta- ba decidido a dejar Officenet, de- cidí retomar algo de ese sueño in- fantil, sabiendo que a los 39 años ya no estaba en posición de con- vertirme en científico ni tendría pasta de inventor. De manera ab- solutamente casual, vi en Twitter que se dictaba un curso en una sede de la NASA y dije: “Es esto”. Pero duraba 3 meses y era suma- mente selecto: entraban 80 per- sonas del mundo entero y se pre- sentaban más de 4000. Además, implicaba irme de mi casa mucho tiempo. Estando casado y con 3 hijos, no era una tarea sencilla. El proceso es bastante exhausti- vo, tenés que presentar proyectos escritos, cartas de recomenda- ción y realizar muchos trámites. Finalmente me llegó la carta de aceptación y mi esposa me apo- yó muchísimo. Mis hijos eran chi- quitos y se bancaron mi ausencia. ¿Fuiste el primer argentino que logró entrar? Nunca había ido un argentino an- tes, pero en mi año fuimos dos. Fui con Emiliano Kargieman, que fun- dó una compañía de satélites des- pués de pasar por Singularity. Lo bueno es que hoy soy el punto de contacto para informar a la gen- te sobre Singularity en Argenti- na y en 2014 fueron cuatro repre- sentantes locales. Organizamos un concurso anual que da una be- ca para que un argentino siempre tenga un cupo asegurado. ¿Cómo fue vivir en el campus de la NASA? Yo pensaba en la NASA y me ima- ginaba Epcot pero es una depen- dencia del gobierno, y como tal, es súper austera. No pueden ser percibidas como si estuvieran malgastando el dinero de los con- tribuyentes así que ediliciamente es muy básico. Las clases eran in- tensas, de 9 a 21 con pausas pa- ra almorzar y cenar, y después de las 21, había actividades in- formales para discutir acerca de proyectos e ideas. ¿Cuál es el objetivo de tu libro? La mayoría de la gente vive de es- paldas al futuro. Es difícil pensar en cómo van a ser las cosas en 2028 si estás pensando cómo lle- gar a fin de mes, pero los cambios no pasan por el celular o por una tableta. No es un libro de prediccio- nes estrambóticas, quiero contar TENDENCIA

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Page 1: #tecno Entrevista a Santiago Bilinkis

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VOLVER AL FUTURODe Buenos Aires a la NASA, un recorrido sin escalas por el mundo de un emprendedor serial. Ser inmortal, resignar la

privacidad y dejar que las computadoras trabajen por nosotros. Santiago Bilinkis nos embarca en un viaje a lo que se viene.

T X T AndrEA CUk I E r

Estudió Economía y, al poco tiem-po de recibirse, junto con su ami-go Andy Freire, fundó Officenet, un proyecto muy innovador dentro del negocio de venta de artículos de oficina. Juntos participaron de una serie de emprendimientos y el año pasado lanzaron Avenida, una tienda argentina al estilo Amazon. Actualmente, es uno de los orga-nizadores de TEDxRioDeLaPlata, y embajador local de Singularity University, el centro de estudios auspiciado por Google y la NASA, que funciona en el corazón de Si-licon Valley. Santiago formó parte de la primera camada de argenti-nos que estudió en el campus de la NASA en el año 2010. Es un emprendedor multiterreno que, sabiéndose privilegiado, sin-tió que tenía que compartir su co-nocimiento para que todos pue-dan abrirse a lo que viene. Así fue que armó una presentación llama-da “El futuro del futuro” -acerca del impacto de los cambios que se avecinan- y la compartió en una conferencia de tecnología. La charla llamó la atención de un pe-riodista, que lo entrevistó para un diario. Eso desencadenó un efec-to “bola de nieve” que lo llevó a convertirse en columnista del pro-grama de radio “Basta de Todo” y en divulgador de las novedades tecnológicas. A los 43 años, San-

tiago plantó árboles con sus hijos en la misma semana en la que pu-blicó su libro “Pasaje al futuro”.

¿Cómo fue el proceso para ingre-sar a Singularity University?Desde chiquito quise ser científico o inventor, así que cuando ya esta-ba decidido a dejar Officenet, de-cidí retomar algo de ese sueño in-fantil, sabiendo que a los 39 años ya no estaba en posición de con-vertirme en científico ni tendría pasta de inventor. De manera ab-solutamente casual, vi en Twitter que se dictaba un curso en una sede de la NASA y dije: “Es esto”. Pero duraba 3 meses y era suma-mente selecto: entraban 80 per-sonas del mundo entero y se pre-sentaban más de 4000. Además, implicaba irme de mi casa mucho tiempo. Estando casado y con 3 hijos, no era una tarea sencilla. El proceso es bastante exhausti-vo, tenés que presentar proyectos escritos, cartas de recomenda-ción y realizar muchos trámites. Finalmente me llegó la carta de aceptación y mi esposa me apo-yó muchísimo. Mis hijos eran chi-quitos y se bancaron mi ausencia.

¿Fuiste el primer argentino que logró entrar?Nunca había ido un argentino an-tes, pero en mi año fuimos dos. Fui

con Emiliano Kargieman, que fun-dó una compañía de satélites des-pués de pasar por Singularity. Lo bueno es que hoy soy el punto de contacto para informar a la gen-te sobre Singularity en Argenti-na y en 2014 fueron cuatro repre-sentantes locales. Organizamos un concurso anual que da una be-ca para que un argentino siempre tenga un cupo asegurado.

¿Cómo fue vivir en el campus de la NASA?Yo pensaba en la NASA y me ima-ginaba Epcot pero es una depen-dencia del gobierno, y como tal, es súper austera. No pueden ser percibidas como si estuvieran malgastando el dinero de los con-tribuyentes así que ediliciamente es muy básico. Las clases eran in-tensas, de 9 a 21 con pausas pa-ra almorzar y cenar, y después de las 21, había actividades in-formales para discutir acerca de proyectos e ideas.

¿Cuál es el objetivo de tu libro?La mayoría de la gente vive de es-paldas al futuro. Es difícil pensar en cómo van a ser las cosas en 2028 si estás pensando cómo lle-gar a fin de mes, pero los cambios no pasan por el celular o por una tableta. No es un libro de prediccio-nes estrambóticas, quiero contar

t e n d e n c i a

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algo que te vuele la cabeza en un viaje de subte de 5 minutos.

¿Por ejemplo?En el capítulo sobre la extensión de la vida, cuento cómo ya lograron que algunos ratones vivan el do-ble de lo que vivirían naturalmente. Esas cosas después se prueban en monos y eventualmente nos lle-gan a nosotros. Si lográs duplicar la expectativa de vida humana, no sólo la duplicaste, sino que ganás todo ese tiempo para seguir du-plicándola. La edad de una perso-na no está representada por cuán-tos años ya vivió, sino por cuántos años le quedan por vivir. Ese es un número que puede bajar o subir.

¿En cuántos años pensás que puede suceder este cambio?Depende mucho de a quién le pre-guntes y de cuánto énfasis pon-gamos en la investigación. Aubrey De Gray es el principal investiga-dor de estos temas y está todo el tiempo pataleando porque no re-cibe dinero para la investigación. Asegura que si destináramos el 10% del presupuesto que se des-tina a Defensa, en menos de una generación seríamos inmortales.

Entre la fantasía del futuro distópico que plantea Blade Runner y la visión edulcorada del futuro de Los Supersónicos, ¿De cuál estamos más cerca?Depende de nosotros y no está decidido aún. Históricamente, la humanidad va hacia los dos cami-nos. Vamos a darle a la tecnología todos los usos maravillosos y to-dos los usos catastróficos.

Alguna vez dijiste que la privaci-dad es un valor del pasado y que tenemos que aprender a vivir sin ella. ¿Cómo se hace?La gente más grande se resiste a que sus fotos y su información es-tén en la web pero el mundo es de los más chicos y ellos vienen con otro chip. Yo quiero vivir en el mun-

do del mañana, no quiero conver-tirme gradualmente en un nostál-gico. Tuve mi adolescencia en la década de los 80 que fue legen-daria a nivel musical. Durante mu-chos años me quedé anclado en esa música y un día borré todos los temas de mi iPod y empecé a escuchar música nueva. Es nece-sario romper el ancla de la nostal-gia y lanzarse a lo nuevo.

Vos sos un papá analógico, ¿cómo convivís en el mundo de tus hijos, que son nativos digitales?Yo soy bastante digital a costa de mucho esfuerzo, es una decisión vital. A mis hijos siempre les habi-lité mis dispositivos digitales y hoy tienen una familiaridad que ni si-quiera todos los chicos de su ge-neración tienen. Hace poco, mi hijo dio una charla en el TEDx hablando sobre la enseñanza de la progra-mación y en muchos sentidos está tomando bandera propia en cosas que tienen que ver con cosas im-portantes para su generación.

¿Le pasaste a tus hijos elgen emprendedor?Tengo uno solo que está en edad, tiene 15 años y ya lanzó su primer emprendimiento (Bookmerang –un sitio para vender los libros entre compañeros a medida que van pa-sando de año) pero no me propuse pasarle ningún gen. Si me pide al-go puntual lo ayudo, pero dejo que haga su camino.

¿Cómo surgió crear TEDxRio-DeLaPlata y por qué funciona tan bien?Nosotros fuimos los primeros en pedir una licencia y hacemos e-ventos gigantes que son percibi-dos como emblemáticos pero de ninguna manera tenemos el mo-nopolio de los TEDx, ni nos tienen que pedir permiso para realizar un evento. Somos un licenciatario más. Cualquier persona puede ha-cer un TEDx y por eso el formato de charlas muy cortas, grabadas

digitalmente y consumidas por in-ternet, pega en la fibra del mundo de hoy. Hacer un buen o mal even-to depende de los oradores que construyen la experiencia.

¿Cómo imaginás que va a serla vida en 2035?El cambio más profundo que se viene es nuestra relación con el trabajo. Si las computadoras re-emplazan gran parte del traba-jo humano, el precio de los bienes puede ser mucho más bajo, por-que las computadoras no cobran un sueldo. A priori suena apocalíp-tico pero también puede ser mara-villoso. Si armamos un mundo más justo en donde la riqueza esté me-jor distribuida, sin la obligación de conseguir el sustento, tenemos una oportunidad fenomenal entre manos. Creo que la generación de los millenials se está dando cuen-ta de que el trabajo no va a ser tan importante para la subsistencia ni para la realización personal. Noso-tros aún lo consideramos como al-go absolutamente central que de-fine nuestras vidas. En la sociedad de los griegos, la tarea más enal-tecida era el ocio, y el negocio era la negación del ocio, por eso lo consideraban una tarea indigna, y tenían esclavos. Si las computadoras fueran nues-tros esclavos, tal vez podamos vi-vir como los griegos.

“Es nEcEsario rompEr El ancl a dE l a nos tal gia

y l anz arsE a l o nuE vo”