obras completas tomo 024 lenin akal 1975 ocr

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  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    OBRAS COMPLETAS

    TOMO

    A

    *.

    AKAL EDITOR

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    OBRAS COMPLETAS

    TOMO XXIV

    V. I.

      LENÍN

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    3/279

     

    V I L E N I N

    OBRAS COMPLETAS

    TOM O XXIV

    Agosto  de 1916 - mayo  de 1917

    m i n r m W".:L''D  03  DERECHO

    . W á M .

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    Akai Editor

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    Versión

      d e

      Editorial Progreso.

    Cubierta  de  César Bobis.

    AKAL EDITOR,

     1977

    Lorenza Correa,  13 Madrid-20

    Tele'fs. 4500217 - 4500287

    ISBN: Tomo XXIV: 84-7339-303-1

    Depósito legal: M-39884-1974

    Impreso e n España - Printed in Spain

    Imprime: Gráficas Elica.

    Boyer, 5 Madrid-32

    P R Ó L O G O

    E l  tomo XXIV contiene  lo s  trabajos escritos  por V. I.  Lenin

    en el  período comprendido entre agosto  de 1916 y  mayo  de 1917.

    L a  mayor parte  de los  artículos  so n  reflejo  de la  lucha  d e

    Lenin  y los  bolcheviques contra  la  guerra imperialista  y la  polí-

    tica traidora  de los  líderes centristas  y  socialchovinistas declara-

    dos de los

      partidos

      de la II

      Internacional.

      A

      este tema están dedi-

    cados, entre otros,  lo s  artículos:  El

      imperialismo

      y la

      división

      del

    socialismo,

      Una

      decena

      de

      ministros "socialistas", Pacifismo

      bur-

    gués  y  pacifismo socialista,  A los  obreros  qu e  apoyan  la  lucha

    contra

      la

     guerra

      y

      contra

      los

      socialistas

      que se han

      puesto

      de l

      lado

    de sus

      gobiernos.

    Este volumen incluye  el  famoso artículo  d e  Lenin  El

      progra-

    ma

      militar

      de la

      revolución proletaria,

      en el  cual, utilizando  los

    datos sobre  el  capitalismo imperialista contenidos  en su  obra  El

    imperialismo, etapa superior  de l  capitalismo,  elabora  la  nueva  te -

    sis   teórica sobre  la

      imposibilidad

      del  triunfo simultáneo  de l  socia-

    lismo  en  todos  los  países  y la

      posibilidad

      de su  triunfo  en un  solo

    país capitalista.  E n s u  artículo Lenin también fundamenta  la teo-

    ría de las

      guerras justas

      e

      injustas.

    L os

      trabajos

      en los que

      define

      la s

      tareas

      de los

      socialdemó-

    cratas revolucionarios  en la  guerra imperialista  d e  1914-1918  ocu-

    pan un  importante lugar  en los  escritos  d e  Lenin  d e  este período.

    Entre ellos figuran:

      Tareas

      de la

      izquierda

      de

      Zimmerwald

      en el

    Partido Socialdemócrata Suizo, Sobre

      el

      planteamiento

      del pro-

    blema

      de la

     defensa

      de la

     patria,

      La

      defensa

      de la

     neutralidad,

      etc.

    E n  La

      nueva tendencia

      de l

      "economismo imperialista",

      en

    Respuesta

      a P.

     Kíevski

      (I.

      Piatakov)

      y en  Un a

      caricatura

      del mar-

    xismo

      y el

      "economismo imperialista",

      Lenin critica  la  actitud  del

    grupo antipartidario  d e  Bujarin-Piatakov como hostil  al  marxismo,

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    8

    V. I .

      L E N I N

    y  elabora  el  programa bolchevique sobre  el  problema nacional  d e

    acuerdo  con las  nuevas condiciones históricas.

    Este tomo incluye también  el

      Informe sobre

      la

      revolución

      de

    1905 pronunciado  en una  reunión  d e  jóvenes obreros  en  Zurich.

    E n é l  Lenin generaliza profunda  y  analíticamente  la  primera  re -

    volución rusa.

    E n e l

      Proyecto

      de

      tesis,

      4 (17) de

      marzo

      de 1917,  la s

      Cartas

    desde lejos,

      La s

      tareas

      de l

      POSDR

      en la

      revolución rusa,

      La

      revo-

    lución

      en

      Rusia

      y las

      tareas

      de los

      obreros

      de

      todos

      los

      países

      y

    otros artículos, escritos  en los  primeros días  de la  revolución  d e

    febrero, analiza  la  correlación  de las  fuerzas  de  clase  y  señala  la

    perspectiva  d e  pasar  de la  revolución democraticoburguesa  a

    la   revolución socialista.

    E n l a s  célebres Tesis  d e  abril  (Las

      tareas

      de l

      proletariado

      en

    la

      actual revolución)

      Lenin  da al  partido  y al  proletariado  u n  plan

    concreto, teóricamente elaborado  d e  lucha  por la  transición  de la

    revolución democraticoburguesa  a la  revolución socialista,  y  plan-

    tea la  consigna  d e  crear  u na  república  de los  soviets como  la

    mejor forma política  de la  dictadura  de l  proletariado.  L as  ideas

    contenidas  en  estas Tesis  so n  desarrolladas  en los  artículos  Cartas

    sobre táctica,  La s  tareas  de l  proletariado  en  nuestra revolución  y

    otros.

    Se   incluyen  p or  primera  vez en  este tomo

      Guiones para

      el

    folleto "Estadística  y  sociologíaIndicios  de  "centro" como  ten-

    dencia

      en la.

      socialdemocracia internacional, Plan para

      el

      artículo

    "Enseñanzas

      de la

      guerra", Guión para

      la

      quinta "Carta desde

    lejos", Respuestas

      al

      corresponsal

      de l

      periódico "Politiken",

      Res-

    puesta

      a F.

      Stróm, representante

      de los

      socialdemócratas

      de iz-

    quierda  de  Suecia, Discurso  en la  plaza  de la  estación Finlandia

    a los

      obreros, soldados

      y

      marineros,

      etc .

    L A

      NUEVA TENDENCIA

      D E L

      "ECONOMISMO

    IMPERIALISTA"

    1

    E l  viejo "economismo"  de los  años 1894-1902 razonaba asir

    lo s populistas están vencidos;  el capitalismo  ha  triunfado  en Rusia.

    E n  consecuencia,  no  cabe pensar  en  revoluciones políticas.  Con-

    clusión práctica: "para  los  obreros  la  lucha económica  y  para  los

    liberales  la  lucha política"  -—o sea un  bandazo hacia  la  derecha—.

    O  bien,  en  lugar  de la  revolución política, huelga general para

    u n a

      revolución socialista. Este bandazo hacia

      la

      izquierda,

      f u e

    defendido

      en un

      folleto,

      ho y

      olvidado,

      de un

      "Economista" ruso

    d e

      fines

      de la

      década

      del 90*.

    Ahora nace  u n  nuevo "economismo". Ambos bandazos cons-

    tituyen,  d e  igual manera,  la  base  de su  razonamiento:  "a la  dere-

    cha" —

      estamos

      en

      contra

      de l

      "derecho

      a la

      autodeterminación"

    (o sea,

      contra

      la

      liberación

      de los

      pueblos oprimidos,

      la

      lucha

    contra  la s  anexiones, aunque  eso no ha  sido  aú n  completamente

    pensado  o  claramente expuesto);  "a la  izquierda"  —  estamos  en

    contra  de un  programa mínimo  (e s  decir, contra  la  lucha  por re-

    formas  y por la democracia), dado  q u e  "contradice"  la  revolución

    socialista.

    Hace

      más de un año que esa

      nueva tendencia

      se

     puso

      de ma-

    nifiesto ante varios camaradas,  en la  conferencia  d e  Berna  en la

    * Se

      alude

      al

      articulo "¿Quién realizará

      la

      revolución política?"

      p u -

    blicado

      en la

      recopilación

      Próletárskaia Borbá,  núm. 1 ,

      editado

      por el

      "Grupo

    socialdemócrata

      de los

      Urales"

      en 1899 y más

      tarde reditado

      por el

      Comité

    d e

      Kíev

      en

      forma

      d e

      folleto.

      E l

      autor

      de l

      folleto

      f u e A . A .

      Sanin,

      que se

    mantenía  en las  posiciones  de l  "economismo":  se  pronunció contra  la  crea-

    ción

      de un

      partido político independiente

      de la

      clase obrera, negaba

      la

      nece-

    sidad

      de una

      revolución política

      y

      consideraba

      que la

      trasformación socia-

    lista  en  Rusia  era una  tarea inmediata  y qu« se la  podía realizar  po r  medio

    de una

      huelga general.

      (Ed.)

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    1 0

    V. I.  L E N I N

    primavera  de 1915. E n  aquel entonces, afortunadamente, sólo  un

    carnarada,

      q ue

      recibió

      la

      desaprobación

      general,

      insistió hasta

      el

    fin de la  conferencia  en  esas ideas  de l  "economismo imperialista"

    y las

      formuló

      po r

      escrito

      en

      forma

      de

      "tesis" especiales.

      Nadie

    adhirió  a  esas tesis®.

    M ás   tarde, otros  do s  adhirieron  a las  tesis contra  la  autode-

    terminación

      d e

      dicho camarada

      (sin

      saber

      que e l

      asunto estaba

    indisolublemente vinculado  a la  línea general  de las  "tesis" antes

    mencionadas)". Pero

      la

      aparición

      de l

      "programa holandés"

      en

    febrero  de 1916, publicado  en el núm. 3 del

      Boletín

      de la

      Comisión

    Socialista Internacional***,

      puso  d e  manifiesto

      inmediatamente

    es e  "malentendido"  y  obligó  de  nuevo  al  autor  de las  "tesis origi-

    nales"  a  replantear  su  "economismo imperialista", esta  vez, ade-

    más, en su  totalidad  y n o  simplemente aplicado  a u n  solo punto

    supuestamente "parcial".

    E s  absolutamente necesario

      prevenir

      una y  otra  vez a los

    camaradas

      en

      cuestión, haciéndoles

      ver que se han

      metido

      en un

    atolladero,  que sus  "ideas"

      nada tienen

      en

      común

      ni con el mar-

    xismo  ni con. la  sociáldemocracia revolucionaria.  N o  podemos

    dejar este asunto  "en la  oscuridad"  por más  tiempo: ello solamen-

    te   alentaría  la  confusión ideológica  y la  encauzaría  en la

      peor

    dirección  d e  equívocos, conflictos "particulares", "roces" intermi-

    nables,  etc. Por el  contrario, nuestro deber  es  insistir  del  modo

    m ás   absoluto  y  categórico  en la  obligación  de  reflexionar profun-

    damente  y  analizar  los  problemas  que se  plantean para  ser dis-

    cutidos.

    L a

      Redacción

      del

      S

    otsial-Demokrat  en sus

      tesis sobre

      la au-

    todeterminación (publicadas  en  alemán como  una  reimpresión  del

    núm. 2 de  Vorbote

    ), publicó adrede

      el

      asunto

      en la

      prensa,

      en

    *  Véase  V. I .  Lenin,

      Obras completas,

      2» ed.,  Buenos Aires,  E d . C a r -

    tago,  1970, t . XX,  nota  61 .  (Ed.)

    "" Se

      refiere

      a las

      tesis  La  consigna  de l  derecho  de las  naciones  a la

    autodeterminación,  redactadas

      por N . I .

      Bujariri

      en

      noviembre

      de .1915 y

    «nviadas  a la  Redacción  d e

      Sotsial-Demokrat

      firmadas  por N . I .  Bujarin,

    G . L .  Piatakov,  E . B .  Bosh.  (Ed.)

    °* ° S e  alude  al  proyecto  de

    r

      programa  de los  holandeses  d e  izquierda,

    escrito  por H,  Roland-Holst  y  publicado  el 29 de  febrero  de 1916, en el

    núm. 3 del

      Boletín

      de la  Comisión Socialista Internacional bajo  el  título  d e

    "Proyecto  d e  programa  de la  Unión Socialista Revolucionaria  y del  Partido

    íSocialdemócrata Obrero  d e  Holanda", firmado  H .  Roland-Holst,  I.  Fishec,

    D .  Wijnkoop,  I.  Setón.  (Ed.)

    L A  NUEVA TENDENCIA  DE L   "ECONOMI S MO  IMPERIALISTA"

      1 1

    forma impersonal  pero  m uy  detallada, destacando  en  particular

    el   vínculo entre  la  autodeterminación  y el  problema  general  d e

    la   lucha  por las  reformas,  por la  democracia,  lo  inadmisible  d e

    ignorar  el  aspecto  político,  etc.*  E n sus  observaciones- sobre

    la s  tesis  de la  Redacción,  el  autor  de las  tesis originales (sobre  el

    "economismo imperialista")  se

      solidariza

      con el

      programa holan-

    dés,

      demostrando

      co n

      ello,

      m uy

      claramente,

      que e l

      problema

      d e

    la   autodeterminación  no es de  ninguna manera  un  problema  "par-

    cial" como sostienen

      lo s

      representantes

      de la

      nueva tendencia,

    sino  un  problema general  y  fundamental.

    E l  programa  de los  holandeses  f u e  presentado ante  lo s  repre-

    sentantes  de la  izquierda  de  Zimmerwald,  el 5-8 de  febrero  d e

    1916, en la  reunión  d e  Berna  de la  Comisión Socialista Interna-

    cional

    2

    . Ninguno  de los  miembros  de la  izquierda  d e  Zimmer-

    wald,  ni  siquiera Rádek,  apoyó  el  programa, puesto  que  éste  com-

    bina indiscriminadamente puntos tales como "expropiación

      de los

    bancos"  y  "abolición  de las  tarifas aduaneras", "supresión  de la

    primera cámara  del  senado",  etc. La  izquierda  d e  Zimmerwald,

    por

      unanimidad, prácticamente

      sin

      comentarios,

      en

      realidad sólo

    encogiéndose  de  hombros, descartó  el  programa holandés,  con-

    siderándolo total  y  manifiestamente inapropiado.

    Si n  embargo  al  autor  de las  tesis originales, escritas  en la

    primavera  de 1915, le  gustaba tanto  el  programa  q ue  afirmó:  " E n

    esencia

      no es

      sino

      eso lo que yo

      dije"

      [en la

      primavera

      de

      1915],

    "los  holandeses  ha n

      meditado

      las

      cosas:

      para ellos  el

      aspecto

      eco-

    nómico

      es la

     expropiación

      de los

      bancos

      y la

      producción

      en

      gran

    escala

      [empresas],  el

     aspecto político

      es una

      república,

      etc.

      ¡Com-

    pletamente correcto "

    L o

      cierto,

      sin

      embargo,

      es que los

      holandeses

      no

      "meditaron

    la s  cosas", sino  que  presentaron  un  programa  no  meditado.  Es e l

    triste destino

      de

      Rusia

      que

      entre nosotros algunos

      se

      aferran

      pre-

    cisamente  a lo no  meditado,  en la  última novedad...

    E l

      autor

      de las

      tesis

      de 1915

     cree

      que la

      Redacción

      de  Sotsial-

    Demokrat

      incurrió

      en una

      contradicción

      al

      reclamar "ella misma"

    "l a  expropiación  de los  bancos", agregando incluso  la  palabra  "in-

    mediatamente" (además  d e  "medidas dictatoriales")  en el § 8

    *  Véase  V. I.  Lenin,  ob. cit.,  t.  XIII,  "L a  revolución socialista  y el

    derecho  de las  naciones  a la  autodeterminación" (Tesis).  (Ed.)

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    1 2

    V. I .

      L E N I N

    ("Medidas concretas").

      "¡Y

      cómo

      m e

      criticaron

      en

      Berna

      por

    éso ", exclama indignado  el  autor  de las  tesis  de 1915,  recordan-

    do los  debates  en  Berna  en la  primavera  de 1915.

    Este autor olvida

      o

      pierde

      d e

      vista esta "pequeñez";

      la Re-

    dacción  d e  S

    otsial-Demokrat,

     en el § 8,  distihgue claramente  dos

    eventualidades:  I, la  revolución socialista  ha

      comenzado.

      E n ese

    caso, dice: "expropiación inmediata  de los  bancos",  etc.; II: la

    revolución socialista  no  h a  comenzado,  y en tal  caso tendremos

    q u e  postergar  la  conversación sobre esas buenas cosas.

    Puesto

      que la

      revolución socialista,

      en el

      sentido señalado,

    evidentemente  aú n  no ha  comenzado,  el  programa  de los  holan-

    deses  es  incoherente.  Y el  autor  de las  tesis añade  su  pequeña

    dosis  d e

      "profundidad'

      (¡siempre  cae en lo  mismo )  a su  antiguo

    error: trasformar  la s  reivindicaciones políticas (¿tales como  la

    "supresión

      de la

      primera cámara"?)

      en una

      "fórmula política para

    la  revolución social".

    Después  d e  marcar  el  paso durante todo  un año, el  autor

    vuelve

      a su

      antiguo error. Aquí está

      el

      "quid"

      de sus

      desventu-

    ras, él no  puede resolver  el  problema  d e

      cómo vincular

      el

      adve-

    nimiento

      de l

      imperialismo

      con la

      lucha

      por las

      reformas

      y la de-

    mocracia,  exactamente igual  que e l  "economismo",  d e  feliz  m e-

    moria,  no  pudo vincular  el  advenimiento  d e l  capitalismo  con la

    lücha  por l a  democracia.

    De ahí la  total confusión  en lo que se  refiere  a que las rei-

    vindicaciones democráticas bajo  el  imperialismo  so n  "inalcan-

    zables".

    De ahí el  desconocimiento  de la  lucha política ahora,  en  este

    momento, inmediatamente  y e n  todo momento, inadmisible para

    un  marxista  (y  permisible solamente para  u n  "economista"  d e

    Rabóchaia Misl).  De ahí el  arte  d e  "deslizarse" persistentemente

    d e l

      reconocimiento

      de l  imperialismo  a la

      apología

      del  imperialis-

    mo (de l  mismo modo  que los "economistas",  d e  feliz memoria,  se

    deslizaban  d e l  reconocimiento  d e l  capitalismo  a la  apología  del

    capitalismo).

    Y así  sucesivamente.

    N o h a y  posibilidad alguna  d e  hacer  un  análisis minucioso  d e

    lo s  errores  que e l  autor  de las  tesis  de 1915 comete  en sus  obser-

    vaciones sobre  la s  tesis  de la Redacción  d e  S

    otsial-Demokrat

     sobre

    la   autodeterminación, porque

      ¡cada frase

      es

      falsa

    Después  d e

    todo,  no se  puede escribir folletos  o  libros  en  respuesta  a  "obser-

    L A

      NUEVA TENDENCIA

      DE L

      "ECONOMISMO IMPERIALISTA"

      1 3

    vaciones",  si los  iniciadores -del  "economismo imperialista" marcan

    e l  paso durante todo  un año y  rechazan obstinadamente preocu-

    parse  de lo que  debería  ser su  deber partidario directo,  si es que

    •quieren encarar seriamente  lo s  problemas políticos,  es  decir:  una

    exposición meditada  y  coherente sobre  lo que  ellos llaman "nues-

    tras divergencias".

    Me veo

      obligado

      por lo

      tanto

      a

      limitarme

      a

      hacer

      u n

      breve

    análisis sobre  la  manera  en que e l autor aplica  su  error fundamen-

    ta l y  cómo  lo  "completa".

    E l  autor cree  q u e m e  contradigo:  en 1914 (en

      Prosvesche-

    nie

    *) escribí  que e ra  absurdo buscar  la  autodeterminación  "en

    lo s  programas  de los

      socialistas

      de

      Europa occidental"**

      pero

    en 1916  declaro  que la  autodeterminación  es  particularmente

    apremiante.

    Al  autor  no se le  ocurrió  ( ) que  esos "programas" fueron

    redactados  en los  años  1875, 1880,  1891 '

    0 0

    Tomemos ahora  su s  objeciones  (a las  tesis  de la  Redacción

    d e

      Sotsial-Demokrat sobre

      la

      autodeterminación) punto

      p or

      punto.

    § 1.  Idéntica negativa "economista"  d e  enfocar  y  plantear  los

    problemas  políticos. Dado

      que e l

      socialismo crea

      la

      base econó-

    mica para  la  eliminación  de la  opresión nacional  en la  esfera  po-

    lítica,

      po r

      consiguiente  nuestro autor

      se

     niega

      a

     formular nuestras

    tareas políticas

      en esa  esfera. ¡Eso  es  ridículo

    Dado

      qu e  el  proletariado triunfante  no  niega  la s  guerras  con-

    tra la

      burguesía

      d e

      otros países,  po r  consiguiente

      el

      autor ¡¡se

    niega  a  formular nuestras tareas políticas respecto  de la  opresión

    nacional Todos estos

      so n

      ejemplos

      d e

      violación absoluta

      del

    marxismo  y de la  lógica;  o, si se  quiere, manifestaciones  de la

    lógica

      de los

     errores fundamentales

      de l

     "economismo imperialista".

    § 2 . L os  adversarios  de la  autodeterminación están confundi-

    dos  irremisiblemente  en sus  referencias  a que  ésta  se a  "inal-

    canzable".

    *

      Véase

      V. I .

      Lenin,  ób ctt.,

      t.

      XVIII, nota

      3.

      (Ed.)

    Id.   ibíd.,  t . X X I , "E l  derecho  de las  naciones  a la  autodetermina-

    ción", punto

      3, los

      rasgos concretos

      d el

      problema nacional

      en

      Rusia

      y la

    trasformación democraticoburguesa

      d e

      Rusia.  (Ed.)

    " " " V . I .

      Lenin

      se

      refiere

      al

      programa

      de 1880 del

      partido obrero fran-

    cés y a los

      programas

      de l a

      socialdemocracia alemana,

      e l de

      Gotha

      de 1875

    y el de

      Erfurt

      de 1891 . (E d . )

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    8/279

    14

    V. I .

      L E N I N

    L a  Redacción  d e

      Sotsial-Demokrat

      le s  explica  do s  posibles

    interpretaciones  de lo  inalcanzable  y su  error  en

      ambos

      casos.

    E n  cuanto  al  autor  de la  tesis  de 1915, sin  siquiera esforzarse

    por da r

      su  interpretación

      de lo

      "inalcanzable"

      o sea,

      aceptando

    nuestra explicación  de que  aquí  se  confunden  do s  cosas distintas,

    ¡¡insiste

      en esa

      confusión

    Vincular

      la s

      crisis

      con la

      "política" "imperialista": ¡nuestro

    experto  en  economía política  olvida  que las  crisis existieron  antes

    de l  imperialismo

    Sostener

      que la

      autodeterminación

      es

      económicamente inal-

    canzable  es  confundir  el  problema, explica  la  Redacción.  E l  autor

    no   responde,  no  afirma  q u e  considera  que la  autodeterminación

    es

      económicamente  inalcanzable; abandona

      su

      dudosa posición

    y  salta  a la  política (inalcanzable, pese  a  todo) aunque  se le  dijo

    con la  mayor claridad posible  q u e

      políticamente

      un a  república

    es tan

      "inalcanzable" bajo

      el

      imperialismo, como

      la

      autodeter-

    minación.

    Arrinconado,  el  autor vuelve  a  "saltar"; ¡¡Acepta  u n a  repú-

    blica

      y

      todo

      el

      programa mínimo sólo como

      u n a

      "fórmula política

    para  la  revolución social"

    E l

      autor

      se

      niega

      a

      defender

      la

      teoría

      de que la

      autodeter-

    minación  es "económicamente" inalcanzable,  y  salta  a la  política

    sosteniendo  que lo  inalcanzable, políticamente,  se  aplica  a  todo

    el   progr ama mínimo. Aquí tampoco  hay un  ápice  d e  marxismo,

    ni de  lógica, salvo  la

      lógica

      de l

      "economismo imperialista".

    ¡E l  autor quiere  imperceptiblemente  (sin  detenerse  a  pensar,

    si n

      producir nada coherente,

      sin

      esforzarse

      por

      elaborar

      su

      propio

    programa) aligerar  el  programa mínimo  de l  partido socialdemó-

    crata ¡No es de  extrañar  q u e  haya estado marcando  el  paso  d u -

    rante todo  un año

    E l  problema  de la  lucha contra  el

      kautskismo

      no es  tampoco

    u n  problema parcial sino  general  y  fundamental  de la  época  ac-

    tual:

      el

      autor

      no

      co'mprende

      esa

      lucha.

      As í

      como

      los

      "economis-

    tas"  trasformaron  la  lucha contra  los  populistas  en una  apología

    d e l  capitalismo,  d e l  mismo modo  el  autor trasforma  la  lucha  con-

    tra el  kautskismo  en una  apología  de l  imperialismo (esto  t am-

    bién  se  aplica  al  punto  3 ) .

    E l  error  de los  partidarios  d e  Kautsky reside  en que  éstos

    presentan estas reivindicaciones  con un  sentido reformista  y en

    u n  momento  en que no se  pueden plantear sino  en  forma revolu-

    L A  NUEVA TENDENCIA  DE L  "ECONOMISMO IMPERIALISTA"  1 5

    cionaria (pero

      el

      autor

      se

      desorienta

      al

      considerar

      que e l

      error

    de los  partidarios  d e  Kautsky  es  promover esas reivindicaciones

    en  conjunto,  as í  como  lo s  "economistas" "entendían"  que la  lucha

    contra

      el

     populismo consistía

      en que la

      consigna "abajo

      el

      absolu-

    tismo"  er a  populismo).

    E l  error  del  kautskismo reside  en que  proyecta hacia atrás,

    hacia

      el

      capitalismo pacífico,

      la s

      reivindicaciones democráticas

    justas,  en  lugar  d e  orientarlas hacia  el  futuro, hacia  la  revolución

    social  (e l  autor,  si n  embargo,  se  desorienta  al  considerar esas  rei-

    vindicaciones como injustas).

    § 3. Ver más  arriba.  E l  autor elude

      también

      la  cuestión  de la

    "federación".

      E l

      mismo viejo error fundamental

      de l

      mismo viejo

    "economismo"; incapacidad  d e plantear problemas

      políticos*.

    § 4. "De la autodeterminación deriva  la  defensa  de la patria",

    repite

      el

      autor obstinadamente. Aquí

      su

      error

      es que

      quiere

      con-

    vertir  la  negativa  de la  defensa  de la  patria  en un  lema,  lo  deduce

    no   de la  particularidad histórica concreta  de una  guerra

      dada

      sino

    que lo  aplica  "e n  general".  Eso no es marxismo.

    Al  autor  se le ha  dicho hace tiempo: trate  d e  idear  una fó r -

    mula  d e  lucha contra  la  opresión nacional  o la  desigualdad,  que

    (l a  fórmula)  no  justifique  ' l a  defensa  de la  patria". Usted  no

    puede idear  ta l  fórmula,  y el  autor  no lo  discutió.

    ¿Significa esto

      q u e

      nosotros rechazamos

      la

      lucha contra

      la

    opresión nacional

      si

      ello pudiera interpretarse como

      la

      defensa

    de la  patria?

    N o.   Pues nosotros  no nos  oponemos  a la  "defensa  de la pa -

    tria"  "e n  general"  (ve r  resoluciones  d e  nuestro partido)

    , sino  a

    la   utilización  de  esta consigna fraudulenta para  embellecer  la ac-

    tual guerra  imperialista.

    E l  autor

      quiere

      plantear  el  problema  de la  "defensa  de la

    patria"  d e u n a  manera  fundamentalmente incorrecta  y  antihistó-

    ® "A

      nosotros

      no nos

      asusta

      la

      dispersión", escribe

      el

      autor,

      "no de-

    fendemos  la s  fronteras nacionales". ¡¡Intenten  dar a  esto  un a  formulación

    política precisa

    Sencillamente,

      no

      podrán hacerlo  y esa es la

      dificultad

    con que

      ustedes tropiezan;

      la

      traba

      d e

      ustedes

      es la

      ceguera "economista*

    respecto

      de los

      problemas

      d e

      democracia política.

    "  Véase  V. I.  Lenin,  ob. cit.,  t .  XXII, "Conferencia  de las sec-

    ciones

      de l

      POSDR

      en el

      extranjero", Sobre

      la

      consigna

      de l a

      "defensa

      d e

    la

      patria".  (Ed.)

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    9/279

    1 6

    V. X.  I . E N I N

    rica  (pero  110 puede,  e n  vano  h a  tratado  d e  hacerlo durante todo

    u n  a ñ o . . . ) .

    Su  alusión  a l  "dualismo" demuestra  q u e n o  comprende  l a

    diferencia entre monismo  y  dualismo.

    ¿Si yo  "junto"  u n  cepillo  d e  zapatos  y u n  mamífero, será esto

    "monismo"?

    ¿Si yo  digo  q u e  para alcanzar  la  meta  a  debemos

    c

      > a  IÍ  b

    ir  desde  e l  punto  b  hacia  la  izquierda  y  desde  el  punto  c  hacia

    la   derecha, ¿será esto "dualismo"?

    ¿E s  igual  la  posición  d e l  proletariado  de l as  naciones opre-

    soras  y de las  oprimidas respecto  de la  opresión nacional?  N o ,

    no es la  misma,  no es la  misma desde  el  punto  d e  vista  económico,

    político, ideológico, espiritual,  etc.  ¿Qué significa? Significa  que ,

    unos  d e  un a  manera  y  otros  d e  otra,  tratarán  d e  alcanzar  la .  misma

    meta  ( la  unión  de las  naciones), arrancando  d e  puntos  d e  partida

    diferentes.  L a  negación  d e  esto  es el  "monismo"  q u e  junta  u n

    cepillo  d e  zapatos  y u n  mamífero.

    No   corresponde decir esto  [itnpulsar  la  autodeterminación]

    a los proletarios  d e u n a  nación oprimida",  as í  "interpreta"  el  autor

    la s  tesis  de la  Redacción.

    ¡¡Es risible Nada semejante  hay en las  tesis.  O el  autor  n o

    terminó  d e  leerlas  o no  reflexionó  e n  absoluto sobre ellas.

    § 5. Ver más  arriba sobre  el  kautskismo.

    § 6. Al  autor  le han  dicho  que en e l  mundo  h a y  tres  tipos  d e

    países.  L o  "objeta",  y se  toma  d e  "casos".  E s o e s  casuística  y no

    política.

    ¿Desea usted  u n  "caso" concreto?:  "¿ y  Bélgica?"

    Ver el  folleto  d e  Lenin  y  Zinóviev; allí  se  dice  q u e  estaría-

    m os   po r  la  defensa  d e  Bélgica (hasta  p o r  medio  d e u n a  guerra)

    si  esta guerra concreta fuera diferente

    0

    .

    ¿N o  está  d e  acuerdo  con  esto?

    ¡¡Dígalo, entonces

    Usted  n o  consideró  en  form correct el   problema  d e  por

    qu é  lo s  sociáldemócratas están contra  la  "defensa  de la  patria".

    °

      Véase

      V. I .

      Lenin  ob. cit.,

      t.

      XXII,

      " L a

      bancarrota

      de la II

      Inter-

    nacional",  E l  ejemplo  d e  Bélgica.  (Ed.)

    L A  NUEVA TENDENCIA  DE L  "ECONOMISMO IMPERIALISTA"  1 7

    N o  estamos contra ella  por los  motivos  q u e  usted cree, pues

    el

      planteamiento

      q u e

      usted hace

      de l

      problema (vanos esfuerzos

    y no un  real planteamiento)  v a  contra  la  histeria. Esta  es mi

    respuesta  a l  autor.

    Describir como "sofístico"  el  hecho  d e q u e  mientras  justifi-

    camos guerras para  la  supresión  de la  opresión nacional  no jus-

    tificamos  la  actual guerra imperialista,  q u e  libran  ambas  partes

    para  reforzar  la  opresión nacional, implica utilizar palabras "fuer-

    tes", sin  reflexionar  un  ápice.

    E l  autor  quiere  plantear  el  problema  de la  "defensa  de la

    patria" desde  u n a  posición  más de  "izquierda" pero  el  resultado

    (durante todo  un año ya) ¡es la  mayor confusión

    § 7 . E l

      autor  critica:  "para nada

      se

      tocó

      la

      cuestión

      de l as

    condiciones

      d e

      paz'".

    ¡¡Extraña crítica: fracaso  en  tratar  u n  problema  q u e  nosotros

    n i  siquiera planteamos

    Pero  l o que se  "tocó"  y se  debatió  f u e e l  problema  de las

    anexiones,  problema sobre  el  cual  lo s  "economistas imperialistas""

    están completamente confundidos, esta  vez ,  junto  con los  holan-

    deses  y con  Rádek.

    O  usted rechaza  la  consigna inmediata,  contra  la s  viejas  y

    nuevas anexiones  — ( n o  menos "inalcanzables" bajo  el  imperia-

    lismo  que l a  autodeterminación, tanto  en  Europa como  en las-

    colonias)—  y en ese  caso usted pasa  de la  apología disimulada

    d e l  imperialismo,  a la  abierta.

    O  bien usted acepta  la  consigna (como  lo  hizo Rádek  en la

    prensa)  y en ese  caso ¡¡usted acepta  la  autodeterminación  d e

    la s  naciones bajo  u n  nombre diferente

    § 8 . E l  autor proclama "bolchevismo  en  escala europea occi-

    dental"  ("no es la  posición suya", añade).

    N o

      atribuyo importancia

      a l

      deseo

      d e

      sujetarse

      a la

      palabra

    "bolchevismo", pues conozco  tales  "viejos bolcheviques"

      de los-

    cuales Dios

      nos

      libre. Sólo pue do decir

      que e l

      "bolchevismo

      e n

    escala europea occidental", proclamado  por e l  autor,  no es ,  estoy

    profundamente convencido,  n i  bolchevismo  n i  marxismo, sino  u n a

    pequeña variante

      de l

      mismo viejo "economismo".

    A  juicio  mío, es el  colmo  de lo  intolerable,  de lo  petulante  y

    n o  partidista proclamar durante  u n a ñ o  entero  u n  nuevo bolche-

    vismo

      y

      dejar

      la s

      cosas como están.

      ¿ N o e s

      tiempo

      d e

      reflexionar

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    1 8

    V. I.  L E N I N

    y d e

      proporcionar

      a los

      camaradas

      u n a

      exposición clara

      e

      integral

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    2 0

    V. X.

      L E N I N

    no s  encontramos  en  medio  de tan  espantoso holocausto? ¿Para

    q u é  discutir  los  derechos  de las  naciones cuando  p o r  todas partes

    la   norma  es la  asfixia total? ¡Autodeterminación  e  "independen-

    1

    •cia"  de las  naciones ¡Pero miren  lo que han  hecho  con la  "inde-

    pendiente" Grecia ¡Para  q u é  hablar  d e  "derechos"  y  pensar  en

    ellos cuando  en  todas partes  se pisotea  los  derechos  en  interés  d e

    lo s  militaristas ¡Qué sentido tiene hablar  de una  república  y

    pensar

      en

      ello

      si no hay

      absolutamente ninguna diferencia, entre

    la s  repúblicas  m á s  democráticas  y las  monarquías  m ás  reaccio-

    narias, ¡cuando  la  guerra  ha  borrado todo vestigio  d e  diferencia

    P .  Kíevski  se  enoja mucho cuando  le  observan  que se ha

    dejado llevar  por el  miedo hasta  el  punto  d e  negar  la  democra-

    cia en

      general.

      Se

      enoja

      y

      objeta:

      no

      estoy contra

      la

      democracia,

    solamente contra  un a  reivindicación democrática  q u e  considero

    ^'mala". ¡Pero aunque Kíevski

      se

      ofenda

      y

      aunque

      él nos

      "asegu-

    re" a

      nosotros

      (y

      quizás

      a sí

      mismo)

      que de

      ningún modo está

    "contra"  la  democracia,  su s

      argumentos

      o, más  correctamente,  los

    infinitos err ores

      en sus

      argumentos  demuestran  todo

      lo

      contrario.'

    L a  defensa  de la  patria  es una  mentira  en una  guerra impe-

    rialista, pero  no lo es en una  guerra democrática  y  revoluciona-

    ria.  Todo discurso sobre "derechos" parece absurdo durante  una

    guerra, porque

      toda

      guerra remplaza  los  derechos  por la  violencia

    directa  y  total. Pero ello  no  debe hacernos olvidar  q u e  hubo  en

    la   historia,  en el  pasado  ( y  seguramente habrá  y  deberá haber  en

    e l  futuro), guerras (guerras democráticas  y  revolucionarias)  que ,

    remplazando  por la  violencia toda clase  d e  "derecho", toda clase

    d e

      democracia durante

      la

      guerra,  sirvieron

      sin

      embargo,

      por su

    contenido social  y  consecuencias,  a la  causa  de la  democracia  y,

    po r

      consiguiente,

      al  socialismo.  E l  ejemplo  d e  Grecia pareciera

    "refutar" toda autodeterminación  de las  naciones. Pero  si uno

    se   detiene  a  pensar, analizar  y  reflexionar acerca  d e  esta cuestión

    y no se  deja ensordecer  por el  sonido  d e  palabras  o  atemorizar  u

    oprimir  por las  espantosas impresiones  de la  guerra, entonces este

    ejemplo

      no es más

      serio

      o

      convincente

      q u e

      ridiculizar

      el

      sistema

    republicano porque  la s  repúblicas "democráticas",  las más  demo-

    cráticas  — no  solamente Francia, sino también Estados Unidos,

    Portugal

      y

      Suiza—,

      h an

      adoptado

      y a o

      están adoptando,

      en ef

    -trascurso  d e  esta guerra, exactamente  la s  mismas arbitrariedades

    militares  q u e  existen  en  Rusia.

    E s u n  hecho  que la  guerra imperialista borra  la  diferencia

    RESPUESTA

      A P .

      KÍEVSKI

      ( I .

      PIATAKOV)

    2 1

    entre república

      y

      monarquía. Pero negar

      por

      ello

      la

      república

      o

    a u n  asumir  u n a  actitud despectiva hacia ella,  es  dejarse atemori-

    zar por la  guerra  y  dejar  que sus  horrores

      opriman

      el pensamiento

    de uno .  Esta  es la  mentalidad  d e  muchos partidarios  de la con-

    signa  d el  "desarme" (Roland-Holst,  el  elemento  m ás  joven  en

    Suiza,  lo s  "izquierdistas" escandinavos

    3

      y  otros); ellos dicen: ¿Para

    q u é  discutir  de l  empleo revolucionario  d e l  ejército  o de la  mili-

    cia,

      cuando

      e n

      esta guerra

      no hay

      diferencia entre

      la

      milicia

      d e

    la s

     repúblicas

      y el

     ejército permanente

      de las

      monarquías

      y

      cuan-

    do el  militarismo  en

      todas partes

      procede  t a n  espantosamente?

    E s  toda  un a  misma tendencia  del  pensamiento,  uno y el mis-

    mo  error político teórico  y  práctico  en que, s in  saberlo, incurre

    P.  Kíevski  a  cada paso.  É l

      cree

      q u e  argumenta sólo contra  la

    autodeterminación,  él

      quiere

      argumentar sólo contra  la  autodeter-

    minación, pero

      el

      resultado  —¡contra

      su

      voluntad

      y su

      conciencia

    y  esto  es lo curioso —  es que no  aporta  ni un

      solo

      argumento  que

    no  pueda aplicarse  en la misma medida  a la  democracia  en  general.

    L a  verdadera fuente  d e  todos  su s  curiosos errores lógicos  y

    confusiones — y esto  se aplica  no  solamente  a la  autodeterminación

    sino también

      a la

      defensa

      de la

      patria,

      al

      divorcio,

      a los

      "dere-

    chos"  en  general—, reside  en que su  pensamiento está

      oprimido

    por la  guerra  que le  hace tergiversar completamente  la  posición

    marxista sobre

      la

      democracia.

    E l  imperialismo  es el  capitalismo altamente desarrollado;  el

    imperialismo  es  progresivo;  el  imperialismo  es  la  negación  de la

    democracia.  " E n  consecuencia"  la  democracia  es  "irrealizable"

    bajo

      el

      capitalismo.

      L a

      guerra imperialista

      es una

      violación

      f la-

    grante  de  toda democracia,  ya sea en  monarquías atrasadas como

    en  repúblicas progresistas;  "E n  consecuencia"  es  inútil hablar  d e

    "derechos"  ( ¡es  decir,  d e  democracia ).  L o  "único"  que se puede'

    "oponer"  a la  guerra imperialista  es el  socialismo; sólo  el  socia-

    lismo  es la  "salida".  "E n  consecuencia" incluir consignas demo-

    cráticas  en  nuestro programa mínimo,  es  decir, bajo  el  capitalis-

    mo, es un

      engaño

      o una

      ilusión, confusión

      o

      aplazamiento,

      etc . ,

    de l a  consigna  de la  revolución socialista.

    Aunque Kíevski  no se de  cuenta  de  ello,  esa es la  fuente real

    d e  todos  su s  contratiempos.  Ese es su  error lógico

      fundamental

    q u e ,  precisamente  por ser  fundamental  y por no  darse cuenta  d e

    él el

      autor, "estalla"

      a

      cada paso como

      u n

      neumático

      d e

      bicicleta

    pinchado.  O ra  "revienta"  en el  problema  de la  defensa  de la

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    12/279

    £ 2

    V. I .  L E N I N

    patria,  ora en el  problema  del  divorcio,  ora en la  frase sobre  los

    "derechos",  en esa  notable frase (notable  por su  total desprecio

    de los  "derechos"  y su  total fracaso para comprender  el  asunto):

    ¡N o  discutiremos  el  problema  de los  derechos

      sino

      el de la des-

    trucción  de la  esclavitud secular

    Decir semejante cosa,  es  demostrar  que no se  comprende  la

    relación entre

      el

      capitalismo

      y la

      democracia, entre

      el

      socialismo

    y la   democracia.

    E l  capitalismo  en general  y el  imperialismo  en  particular tras-

    forman  la  democracia  en una  ilusión,  y al  mismo tiempo,  el  capi-

    talismo engendra aspiraciones democráticas  en las  masas, crea

    instituciones democráticas, agudiza

      el

      antagonismo entre

      la ne-

    gación imperialista  de la  democracia  y la  aspiración  de las  masas

    a la

      democracia.

      E l

      capitalismo

      y el

      imperialismo pueden

      ser

    derrocados solamente  por la  revolución económica.  N o  pueden

    se r  derrocados  por  trasformaciones democráticas,  aun las más

    "ideales". Pero

      un

      proletariado,

      no

      educado

      en la

      lucha

      por la

    democracia,

      es

      incapaz

      d e

      realizar

      u n a

      revolución económica.

      N o

    se   puede vencer  el  capitalismo  sin

      tomar

      los

      bancos,

      sin  abolir  la

    propiedad privada  de los  medios  d e  producción . Estas medidas

    revolucionarias  no se pueden llevar,  sin  embargo,  a la  práctica,  sin

    organizar

      a

      todo

      el

      pueblo para

      la

      administración democrática

    de los

      medios

      d e

      producción tomados

      a la

      burguesía,

      sin

      enrolar

    a  toda  la  masa  de los  trabajadores, proletarios, semiproletarios  y

    pequeños campesinos, para  la  organización democrática  de sus

    filas,  su s  fuerzas,  su participación  en los  asuntos  del  Estado.

    Podría decirse  que la  guerra imperialista  es una  triple nega-

    ción  de la  democracia  (a .  toda guerra remplaza  el  "derecho"  por

    la   violencia;  b. el  imperialismo como  tal, es la  negación  de la de-

    mocracia;  c. la  guerra imperialista iguala totalmente  la s  repúbli-

    cas con las  monarquías), pero  el  despertar  y el  crecimiento  de la

    insurrección socialista contra  el  imperialismo están

      indisoluble-

    mente

      vinculados  con el  crecimiento  de la  resistencia democráti-

    ca y de la  rebelión.  E l  socialismo conduce  a la  extinción  de

      todo

    estado,  por  consiguiente, también  d e  toda democracia; pero  el so-

    cialismo puede realizarse solamente  a  través  de la  dictadura  del

    proletariado,  q u e  combina  la  violencia contra  la  burguesía,  és

    decir, contra  la  minoría  de la  población,  con un  desarrollo

      total

    de la

      democracia,

      es

      decir,

      la

     participación, verdaderamente igua-

    litaria  y  verdaderamente universal  d e  toda  la  masa  de la  pobla-

    RESPUESTA  A P .  KÍEVSKI  ( I .  PIATAKOV) 2 3

    ción,  en  todos  los  asuntos  de l  estado  y en  todos  los  complejos  pro-

    blemas referentes  a la  liquidación  de l  capitalismo.

    F u e e n

     estas "contradicciones"

      en las que P.

     Kíevski

      se

     enredó,

    a l

      olvidar

      la s

      enseñanzas

      de l

      marxismo sobre

      la

      democracia.

      L a

    guerra, hablando  en  sentido figurado, reprimió  de ta l  manera  su

    pensamiento  q u e  Kíevski  usa la  consigna agitadora "fuera  el im-

    perialismo" para remplazar todo otro pensamiento,  de l  mismo

    modo  que e l  grito "fuera  de las  colonias"  se usa  para remplazar

    el   análisis  de lo que,  hablando correctamente —económica  y po-

    líticamente—, significa  que las  naciones civilizadas "salgan  d e

    la s  colonias".

    L a  solución marxista  de l  problema  de la  democracia consiste

    en la

      utilización,

      por el

      proletariado,

      de

      todas

      la s

      instituciones

    democráticas

      y

      aspiraciones,

      en su

      lucha

      d e

      clase contra

      la bur-

    guesía, para preparar  su  derrocamiento  y  asegurar  su  propia  vic-

    toria.  E sa  utilización  no es  tarea fácil.  A los  "economistas", tols-

    toianos,

      etc. les

      parece

      a

      menudo

      un a

      concesión imperdonable

      a

    la s

      concepciones "burguesas"

      y

      oportunistas,

      de la

      misma manera

    q u e  Kíevski considera  u n a  concesión imperdonable  a las  concep-

    ciones burguesas  la  defensa  de la  autodeterminación  de las na-

    ciones  "en el  período  d e l  capital financiero".  E l  marxismo  nos

    enseña  q u e  "luchar contra  el  oportunismo", renunciando  a  utili-

    zar las  instituciones democráticas creadas  y  deformadas  por la

    burguesía  de una  sociedad

      dada,

      capitalista,  ¡es

      claudicar

      com-

    pletamente  ante  el  oportunismo

    L a  consigna  d e  "guerra civil"  por el  socialismo indica  la  sali-

    da más  rápida  de la  guerra imperialista,  y

      vincula

      nuestra luchacontra  la  guerra  co n  nuestra lucha contra  el  oportunismo. Esta  es

    la  única consigna  q u e  toma  en  consideración  de  manera correcta

    tanto  la s  particularidades  de l  tiempo  d e  guerra  — la  guerra  se

    prolonga  y amenaza trasformarse en  toda  u n a  "época" d e  guerras—

    como  el  carácter general  d e  nuestras actividades  en  oposición  al

    oportunismo,

      con su

      pacifismo,

      su

      legalismo,

      su

      adaptación

      a la

    "propia" burguesía. Además,  la  guerra civil contra  la  burguesía

    es una  guerra,

      democráticamente

      organizada  y

      democráticamente

    conducida,  de las  masas desposeídas contra  la  minoría poseedora.

    Pero  la  guerra civil, como cualquier otra, debe remplazar inevita-

    blemente

      el

      derecho

      por la

     violencia.

      Si n

      embargo

      la

      violencia

      en

    nombre

      de los

      intereses

      y los

      derechos

      de la

      mayoría

      es de

      natu-

    raleza diferente: aplasta  los  "derechos"  de los  explotadores,  de la

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    13/279

    2 4

    V. I .

      L E N I N

    burguesía;  es  irrealizable  sin la  organización democrática  del

    ejército  y de la  "retaguardia".  L a  guerra civil expropia  por la

    fuerza, inmediatamente

      y

      ante todo,

      lo s

      bancos,

      la s

      fábricas,

      los

    ferrocarriles,  la s  grandes propiedades rurales,  etc.  Pero,  para  ex -

    propiar todo ello,

      lo s

      funcionarios públicos

      y los

      oficiales deben

    se r

      elegidos

      por eí

      pueblo, debe realizarse

      u n a  fusión total  del

    ejército  q u e  hace  la  guerra contra  la  burguesía  con la  masa  d e

    la

     población, debe democratizarse totalmente

      la

      administración

      d e

    la s  reservas alimenticias,  la  producción  y la  distribución  d e  víve-

    res , etc. E l

      objetivo

      de la

      guerra civil

      es

      apoderarse

      de lo s ban -

    cos, de las

      fábricas,

      etc.,

      destruir toda posibilidad

      d e

      resistencia

    de la

      burguesía, destruir

      sus

      fuerzas armadas . Pero este objetivo

    n o

      podrá alcanzarse

      ni  en el

      aspecto puramente militar,

      ni

      econó-

    mico,

      ni

      político,

      a

      menos

      q u e ,

      durante

      la

      guerra,

      se

      introduzca

    simultáneamente  y se  extienda  la  democracia  en  nuestro  ejército

    y en  nuestra

      "retaguardia". Decimos ahora

      a las

      masas

      (y las

    masas sienten instintivamente

      q u e

      estamos

      en lo

      cierto):

      "Los en -

    gañan haciéndolos luchar

      por el

      capitalismo imperialista

      en una

    guerra disfrazada  co n  grandes consignas  d e  democracia. Ustedes

    deben librar,  y  librarán,  un a  legítima  guerra democrática  contra

    la

      burguesía para lograr

      u n a

      verdadera democracia

      y el

      socialis-

    m o . " L a

      guerra actual

      une y

      "fusiona"

      a las

      naciones, formando

    coaliciones median te  la  violencia  y la dependencia económica.  E n

    nuestra guerra civil contra

      la

      burguesía, uniremos

      y

      fusionaremos

    a las

      naciones

      no  con la

      fuerza

      del

      rublo,

      no  con el

      poder

      de]

    garrote,

      no  con la

     violencia, sino

      con el

     consentimiento

      voluntario,

    y la

      unidad

      de los

      trabajadores contra

      lo s

      explotadores. Para

      la

    burguesía

      la

      proclamación

      de la

      igualdad

      d e

      derechos

      d e

      todas

    la s

      naciones

      se ha

      convertido

      en un

      engaño; para nosotros será

      la

    verdad  q u e  facilitará  y  acelerará  el  paso  d e  todas  la s  naciones  a

    nuestro campo.

      Sin una

      organización realmente

      democrática  d e

    la s

      relaciones entre

      la s

      naciones

      —y, po r

      consiguiente,

      sin

      liber-

    t ad de

      secesión—

      la

      guerra civil

      de los

      obreros

      y de los

      trabaja-

    dores

      en

      general

      d e

      todas

      la s

      naciones contra

      la

      burguesía,

      es

    imposible.

    A

      través

      de la

      democracia burguesa hacia

      la

      organización

      so -

    cialista

      y

      consecuentemente democrática

      del

      proletariado contra

    la   burguesía  y  contra  e l  oportunismo,  N o h a y  otro camino.  No

    h ay

      otra salida.

      E l

      marxismo como

      la

      vida misma

      n o

      conoce otra

    RESPUESTA  A P .  KÍEVSKI  ( I .  PIATAKOV)

    .25

    la] ¡da.

      Debemos encauzar

      en esa vía la

      libre secesión

      y la

      libre

    fusión

      de las

      naciones

      sin

      eludirlas,

      sin

      temer

      q u e

      ello "manche"

    *la   pureza"  d e  nuestros objetivos económicos.

    Escrito entre agosto

      y

      setiem-

      Se

      publica

      d e

      acuerdo

      con el

    bre de 1916.  manuscrito.

    Publicado  po r  primera  vez en

    1929, en la  revista

      Proletárskaia

    Reoolutsia,

      núm. 7.

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    14/279

    UN A  CARICATURA  D E L  MARXISMO  Y E L  "ECONOMISMO

    IMPERIALISTA"

    4

    "Nadie puede desacreditar

      a la

      socialdemocracia revolucio-

    naria,  en  tanto ella misma  no se  desacredite." Siempre recorda-

    mos y debemos tener presente esta sentencia, cuando triunfa cual-

    quier tesis teórica

      o

      táctica importante

      de l

     marxismo

      o

     cuando está

    a la  orden  del día, y  cuando,

      además

      de los  enemigos francos  y

    firmes  es  "asaltada"  po r  amigos  que la  comprometen irremedia-

    blemente —hablando

      en

      ruso:

      la

      ridiculizan—

      y la

      convierten

      en

    u n a

      caricatura. Esto

      ha

      sucedido

      más de una vez en la

      historia

    del   movimiento socialdemócrata  d e  Rusia.  E l  triunfo  del  marxis-

    mo en el  movimiento revolucionario,  a  comienzos  de la  última

    década

      d e l

      siglo pasado,

      f u e

      acompañado

      por la

      aparición

      de una

    caricatura  de l  marxismo,  en  forma  d e  "economismo"  o  "huelguis-

    mo". Los  "iskristas"

    0

      no  habrían podido defender  los.  fundamen-

    to s  teóricos  y  políticos  de l  proletariado, contra  el  populismo  pe -

    queñoburgués  y  contra  el  liberalismo burgués,  sin una  larga lucha

    contra  el  "economismo".

    Igual cosa sucedió  con el  bolchevismo,  q u e  triunfó  en el mo-

    vimiento obrero  d e  masas  en 1905  debido, entre otros motivos,  a

    una  correcta aplicación  de la  consigna  d e  "boicot  a la  Duma zaris-

    ta""* "  cuando  se  libraron  la s  luchas  m ás  importantes  de la  revo-

    lución rusa,  en el  otoño  de 1905. E l  bolchevismo tuvo  que en-

    frentar

      — y

      vencer

      en la

      lucha— otra caricatura

      en

      1908-1910,

    °  Integrantes  de la  organización revolucionaria  que se  formó  en  torno

    al  periódico  Iskra,  fundado  p or  Lenin  en 1900 y que se  publicaba  en el

    extranjero.  (Ed.)

    "  Véase  V. I.  Lenin,  ob. cit.,  t . XI,  nota  4.  (Ed.)

    r

    ( i

    Primera página

      de l

      manuscrito

      de V. I .

      Lenin,

      Un a

      caricatura

    de l  marxismo  y el  "economismo imperialista".

      1916

    Tamaño reducido

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    i

    V

    ¡

    ¡í

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    i

    UN A

      CARICATURA

      DE L

      MARXISMO

    2 9

    cuando Alexinski

      y

      otros

      se

     oponían

      co n

      gran alboroto

      a

      participar

    en la III

      Duma*.

    Igual cosa sucede también ahora.  E l  reconocimiento  del ca-

    rácter imperialista

      de la

      guerra  actual,

      y la

      demostración

      d e  sus

    íntimos vínculos

      con la

      época imperialista

      de l

      capitalismo,

      en -

    cuentran  no  solamente resueltos adversarios sino también amigos

    irresolutos, para quienes

      la

      palabra "imperialismo"

      se ha

      conver-

    tido  en "moda".  H an

      memorizado

      la  palabra  y  ofrecen  a los obre-

    ros una

      irremediable confusión teórica, resucitando muchos

      d e

    los

     viejos errores

      de l

      viejo "economismo".

      E l

      capitalismo

      ha

      triun-

    fado;  por lo

      tanto

      no es  necesario molestarse  co n  problemas polí-

    ticos, razonaban  lo s  viejos "economistas"  en  1894-1901, llegando

    hasta  la  negación  de la  lucha política  en  Rusia.  E l  imperialismo

    ha   triunfado;  por lo  tanto  no es  necesario molestarse  con los pro-

    blemas  de la  democracia política, razonan  los  actuales "economis-

    ta s  imperialistas". Como muestra  d e  esos sentimientos,  de esa ca-

    ricatura

      del

      marxismo, merece atención

      el

      artículo

      de P .

      Kíevski

    que se

      publica

      en

      este número, como primer intento

      de

      ofrecer

    algo parecido  a una  exposición literaria integral  de las  vacilacio-

    nes que se han  observado  en  algunos círculos  d e  nuestro partido

    en el  extranjero desde principios  del año 1915.

    Si el  "economismo imperialista"  se  propagara entre  los mar-

    xistas,  que se han  manifestado decididamente contra  el  socialcho-

    vinismo  y por el  internacionalismo revolucionario  en la  gran crisis

    actual

      de l

      socialismo, ello significaría

      u n

      golpe gravísimo

      a

      nues-

    tr a  tendencia  — y a nuestro partido— pues  lo  comprometería desde

    dentro, desde  su s  propias filas,  lo  convertiría  en  exponente  de unmarxismo caricaturesco.  Por eso es  necesario discutir profunda-

    mente aunque sólo  sea los más importantes  de los  numerosos erro-

    res de  Kíevski prescindiendo  de lo  "poco interesante"  q u e  esto

    sea, y

      prescindiendo, también,

      de l

      hecho

      de que con

      frecuencia

    tengamos  q u e  explicar tediosamente verdades elementales cono-

    cidas  y  comprendidas hace mucho  por el  lector atento  y  reflexivo

    a  través  d e  nuestra literatura  de los  años  1914 y 1915.

    Empezaremos  por el punto "central"  de los  razonamientos  d e

    P .

      Kíevski, para llevar inmediatamente

      al

      lector

      a la

      "esencia"

      d e

    esta nueva tendencia  de l  "economismo imperialista".

    ' Se

      refiere

      a los

      otzovistas

      y a los

      ultimatistas, véase  id.  ibíd.,

      t .

    XV ,

      nota

      17 .

      (Ed.)

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    16/279

    30

    V. I .

      L E N I N

    1 . L A

      ACTITUD MARXISTA HACIA

      L A

      GUERRA

      Y L A

      "DEFENSA

    D E L A

      PATRIA"

    P.

      Kíevski está convencido,

      y

      quiere convencer

      a sus

      lectores,

    q u e é l  solamente  "n o  está  d e  acuerdo"  con el § 9 de l  programa  d e

    nuestro partido,  que se  refiere  a la  autodeterminación  de las na-

    ciones. Trata,  m uy  enfadado,  de  rechazar  la  acusación  d e  haberse

    apartado  de los  fundamentos  de l  marxismo  en

      general

      en el pro-

    blema

      de la

     democracia,

      d e

     haber "traicionado"

      ( las

      comillas aira-

    das son de P.  Kíevski)  el  marxismo  en  problemas fundamentales.

    Pero,  lo  cierto  es que en  cuanto nuestro autor comienza  a  discutir

    su  desacuerdo supuestamente parcial sobre  u n  problema particu-

    lar, en

      cuanto presenta

      su s

      argumentos, consideraciones,

      etc., in-

    mediatamente revela

      que se

      está desviando

      de l

      marxismo

      en

      toda

    la   línea. Tómese  el § &  (apart.  2) de su  artículo. "Esta reivin-

    dicación"

      (e s

      decir,

      la

      autodeterminación

      de las

      naciones) "lleva

    directamente  [ ]  hacia  el  socialpatriotismo" declara nuestro autor,

    y  explica  que la  consigna "traidora"  de la  defensa  de la  patria

    surge

      d e

      manera "completamente"

      [ ]

      lógica

      [ ] del

      derecho

      de

    la s  naciones  a la  autodeterminación"...  E n s u  opinión,  la  auto-

    determinación significa "aprobar

      la

      traición

      de los

      socialpatriotas

    franceses  y  belgas,  q u e  defienden esta independencia  [l a  inde-

    pendencia nacional  d e  Francia  y  Bélgica],  con las  armas  en las

    manos ellos hacen

      lo que los

     partidarios

      de la

      'autodeterminación'

    defienden sólo..."  "L a  defensa  de la  patria pertenece  al  arsenal

    d e  nuestros  m ás  encarnizados enemigos..."  " N o s  negamos deci-

    didamente  a  comprender cómo  se  puede estar  a l

      mismo tiempo

    contra  la  defensa  de la  patria  y por la  autodeterminación, contra

    l a

      patria

      y por

      ella."

    Este  es P.  Kíevski. Evidentemente  no ha  comprendido nues-

    tras resoluciones contra  la  consigna  de la  defensa  de la  patria  en

    l a  actual guerra.  E s  necesario,  por lo  tanto, explicar nuevamente

    e l  sentido  de lo que, con  tanta claridad,  se  expone  en  nuestras

    resoluciones.

    L a  resolución  d e nuestro Partido, adoptada  en la  Conferencia

    d e  Berna,  en  marzo  de 1915,  "Sobre  la  consigna  de la  defensa  d e

    la   patria", comienza  co n  estas palabras:  La

      verdadera esencia

    de la

      guerra actual reside"...

    L a

      resolución trata

      de la

      guerra  actual.

      N o

      pudo ponerse

    co n  mayor claridad.  L as  palabras  "e n  esencia", indican  que hay

    UN A

      CARICATURA

      DE L

      MARXISMO

    31

    q u e  distinguir entre  lo  aparente  y lo  real, entre  la  apariencia  y

    la   esencia, entre  la s  palabras  y los  hechos.  E l  propósito  d e  todo-

    discurso sobre

      la

      defensa

      de la

      patria

      en

      esta guerra

      es

      presentar

    falsamente  la  guerra imperialista  d e  1914-1916, guerra  por e l re -

    parto

      d e

      colonias,

      por el

      saqueo

      d e

      países extranjeros,

      etc . ,

      como-

    u n a  guerra nacional.  Y para  n o  dejar  la más  mínima posibilidad

    d e  desfigurar nuestros puntos  d e  vista, agregamos  a la  resolución

    u n  parágrafo especial sobre  la s "guerras

      realmente

      nacionales"  q u e

    "tuvieron lugar

      particularmente

      (¡particularmente  no  significa

    exclusivamente ) entre  1789 y  1871".

    L a  resolución aclara  que en la  "base"  d e  estas guerras "real-

    mente" nacionales existía  u n  "largo proceso  d e  movimientos  n a -

    cionales  d e  masas,  u n a  lucha contra  el  absolutismo  y el  feudalis-

    mo, por la

      eliminación

      de la

      opresión nacional..,"°

    ¿Está claro,  no es  así?  L a  actual guerra imperialista  se de-

    riva

      de las

      condiciones generales

      de la

      época imperialista,

      y no-

    es   casual,  no es una  excepción,  no es una  desviación  de lo  gene-

    ral y

      típico.

      L os

      discursos sobre

      la

      defensa

      de la

      patria

      son por

    lo   tanto  un  engaño  al  pueblo, pues esta guerra  no es  u n a  guerra

    nacional.  E n u n a  guerra

      realmente

      nacional  la s  palabras "defen-

    sa de la patria"  no  son un  engaño  y  no

      estamos

      en

      contra

      de

      ella.

    Tales guerras (realmente nacionales) tuvieron lugar "particular-

    mente" entre l789  y 1871 y  nuestra resolución,  sin  negar  con una

    sola palabra

      q u e

      también ahora

      so n

     posibles, explica cómo debemos

    distinguir  una  guerra realmente nacional  de una  guerra imperia-

    lista, encubierta  co n  engañosas consignas nacionales. Para  dis-

    tinguirlas específicamente, tenemos  q u e  examinar  si la  "base"  d e

    la   guerra consiste  en "un  largo proceso  de  movimientos nacionales

    d e

      masas",

      el

      "derrocamiento

      de la

      opresión nacional".

      L a

      reso-

    lución sobre  el  "pacifismo" afirma expresamente:  "los  socialde-

    mócratas

      n o

      pueden dejar

      d e

      notar

      el

      significado positivo

      de las

    guerras revolucionarias,  es  decir,  de las  guerras  no  imperialistas,

    como aquellas  q u e  tuvieron lugar,  po r  ejemplo [préstese atención:

    "por  ejemplo"] desde  1789  hasta  1871 con el  propósito  de  supri-

    mir la  opresión nacional"...

    00

      ¿Podía  la  resolución  d e  nuestro

    0

      Véase

      V. I .

      Lenin,

      ob. cit.,  t.

      XXII, "Conferencia

      de las

      secciones

    de l

      POSDR

      en el

      extranjero", Sobre

      la

      consigna

      de la

      "defensa

      de l a pa-

    tria".

      (Ed.) /

    Id.,  ibíd.,  "E l  pacifismo  y la  consigna  de l a paz" .  (Ed.)

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    32

    V. I .

      L E N I N

    Partido  de 1915  hablar  de las  guerras nacionales sostenidas desde

    1789 a 1871, y  decir  que no  negamos  el  significado positivo  d e

    tales guerras,  si no se  considerara  q ue  también  hoy son  posibles?

    Claro  que no.

    E n e l  folleto  de  Lenin  y  Zinóviev sobre

      Socialismo

      y

      guerra

    se   hace  un  comentario  o  explicación popular  de las  resoluciones

    d e  nuestro Partido.  E n l a  página  5, se  dice claramente  que "los

    socialistas  han considerado  la s  guerras  'por la  defensa  de la  patria",

    o  guerras 'defensivas', corno legítimas, progresistas  y  justas",

      sólo

    en el  sentido  de l  "derrocamiento  de la  opresión extranjera". Cita

    u n  ejemplo: Persia contra Rusia,

      "etc.",

      y  dice: "estas serían  gue-

    rras justas  y  defensivas, prescindiendo  d e  quién atacó primero;

    cualquier socialista desearía  la  victoria  de los  Estados oprimidos

    dependientes,  y de los  Estados  en  desigualdad  d e  condiciones

    sobre

      la s

      grandes' potencias opresoras, esclavistas

      y

      expolia-

    doras"*.

    P .

     Kíevski conoce perfectamente

      el

      contenido

      de l

      folleto,

      que

    f u e

      publicado

      e n

      agosto

      de 1915 y

      traducido

      al

      alemán

      y al

      fran-

    cés. ¡Y

     nunca,

      e n

      ninguna ocasión

      ni él , ni

      nadie objetó

      la

      reso-

    lución sobre

      la

      consigna

      d e

      defensa

      de la

      patria,

      o la

      resolución

    sobre  el  pacifismo,  o su  interpretación  en el  folleto ¡Nunca,  n i

    una  sola vez Tenemos entonces,  el derecho  d e  preguntar: ¿calum-

    niamos  a P.  Kíevski cuando decimos  que no  comprendió  en  abso-

    luto  el marxismo,  si  comenzando  co n  marzo  de 1915 no  objetó  los

    puntos

      d e

      vista

      de

      nuestro Partido sobre

      la

      guerra, mientras

      que

    ahora,

      en

      agosto

      de 1916, en un

      artículo sobre

      la

      autodetermina-

    ción,

      es

      decir, sobre

      un

      problema supuestamente parcial, revela

    una  notable incomprensión  de un  problema

      general?

    P.

      Kíevski califica

      la

      consigna

      de la

      defensa

      de la

      patria

      d e

    "traidora". Podemos asegurarle  co n  confianza  q ue

      toda

      consigna

    es y  será siempre "traidora"

      para quienes

      la  repiten  en  forma  me-

    cánica,  si n  comprender  su  significado,  sin  prestarle  una  atención

    adecuada,

      para quienes

      simplemente memorizan  la s  palabras  sin

    analizar  su s  inferencias.

    ¿Qué  es en  términos generales  la  "defensa  de la  patria"?  ¿ E s

    un

      concepto científico referente

      a la

      economía,

      a la

      política, etc.?

    "  Véase  V. I .  Lenin,  ob. cit.,  t.  XXII,  " E l  socialismo  y la  guerra",

    Diferencia entre guerra ofensiva  y  guerra defensiva.  (Ed.)

    UN A  CARICATURA  DE L   MARXISMO  3 3

    N o . E s  simplemente  una  expresión corriente  m uy  manoseada,  a

    veces simplemente pequeñoburguesa, destinada  a

      justificar

      la

    «uerra.

      ¡Nada  más ,  absolutamente nada  m á s E l  término "trai-

    dora" sólo puede aplicarse  en el  sentido  de que e l pequeñoburgués

    es   capaz  d e  justificar  cualquier  guerra diciendo: "defendemos

    nuestra patria",  en tanto  que e l marxismo,  que no se  degrada reba-

    jándose hasta  el  nivel  de los  pequeñoburgueses, exige  u n  análisis

    histórico  d e  cada guerra para determinar  si

      esta guerra particular

    puede  o no ser  considerada progresista,  si es  útil  a los  intereses

    de la  democracia  y de l  proletariado,  y si,  en tal

      sentido,

      es  legí-

    tima, justa,  etc.

    L a  consigna  d e  defensa  de la  patria  es a  menudo  una  justifi-

    cación inconciente pequeñoburguesa  de la  guerra  y  revela inca-

    pacidad

      d e

      analizar

      el

      significado

      y las

      consecuencias

      de una

    guerra particular

      y

      verla

      en su

      perspectiva histórica.

    E l  marxismo hace este análisis  y  dice:  si  la  "esencia"  de la

    guerra

      es ,  po r

      ejemplo,

      el

      derrocamiento

      de la

      opresión extranjera

    ( lo que fue

      particularmente  típico

      de la

      Europa

      de

      1789-1871),

    entonces

      es a

      guerra

      es

      progresista

      en lo que se

     refiere

      a la

      nación

    o

      estado oprimidos.

      Sin

      embargo,

      si  ' l a

      esencia"

      de la

      guerra

      es

    un   nuevo reparto  d e  colonias,  el  reparto  de l  botín,  el  saqueo  d e

    países extranjeros  (y así es la  guerra  de 1914-1916), entonces toda

    frase sobre

      la

      defensa

      de la

      patria

      es un

      "engaño absoluto

      al

    pueblo".

    ¿Entonces, cómo descubrir  y  definir  "l a  esencia"  de una

    guerra?  L a  guerra  es la  continuación  de la  política.  E n  conse-

    cuencia debemos examinar

      la

      política

      de

      preguerra,

      la

      política

      que

    condujo  a la  guerra  y la  provocó.  Si era una  política imperialista,

    es  decir,  q u e  defendía  lo s  intereses  de l  capital financiero,  y sa-

    queaba

      y

      oprimía

      la s

     colonias

      y los

      países extranjeros, entonces

      la

    guerra

      q u e

      surge

      de esa

      política

      es

      imperialista.

      Si era una

      polí-

    tica

      de

      liberación nacional,

      es

      decir,

      si era la

      expresión

      de l

      movi-

    miento  d e  masas contra  la  opresión nacional, entonces  la  guerra

    qu e  surge  de esa  política  es una  guerra  de  liberación nacional.

    E l

      hombre común

      no

      comprende

      que la

      guerra

      es la

      "conti-

    nuación  de la  política"  y por lo  tanto  se  limita  a la  fórmula  "el

    enemigo

      nos

      atacó",

      "e l

      enemigo invadió

      m i

      patria",

      sin

     detenerse

    a  analizar  qu é

      cuestiones

      están  en  juego  en esa  guerra,  qu é  clases

    la  libran  y con  qu é  objetivos políticos.  P.  Kíevski desciende  al

    nivel  de ese  hombre común cuando declara  que los  alemanes

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

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    3 4

    V. X.  L E N I N

    h an

      ocupado Bélgica

      y, en

      consecuencia, desde

      el

      punto

      d e

      vista

    de la  autodeterminación  lo s  "socialpatriotas belgas tienen razón"

    o: los  alemanes  h an  ocupado parte  d e  Francia,  en  consecuencia

    "Guesde puede estar satisfecho", porque  "se  trata  de un  territorio

    poblado por l a nación interesada"  (y no por una  nación extranjera).

    Para

      el

      pequeñoburgués

      lo

      importante

      es

      dónde  están apos-

    tados

      los

      ejércitos, quién está venciendo

      en el

      momento actual,

    Para

      u n

      marxista

      lo

      importante

      es  qu é

      cuestiones  están

      en

      juego

    en   esa  guerra,  en el  curso  de la  cual puede  ir  venciendo  a  veces

    u n  ejército,  a  veces  el  otro.

    ¿Por  qué se  libra  la  guerra actual?  L a  respuesta está dada

    en   nuestra resolución (basada  en la  política seguida durante  dé -

    cadas antes

      de la

      guerra

      por los

      países belige rantes). Inglaterra,

    Francia

      y

      Rusia luchan para conservar

      la s

      colonias

      de las que se

    apoderaron, para saquear  a  Turquía,  etc,  Alemania  lo  hace para

    apoderarse  d e  esas colonias  y  saquear ella misma  a  Turquía,  etc.

    Admitamos incluso  que los  alemanes tomen París  o  Petersburgo.

    ¿Cambiaría  por eso el  carácter  de la  guerra actual?  E n lo más

    mínimo.  E l  propósito  de los  alemanes  —y lo que es más  impor-

    tante

      aún, la

      política

      q u e

      realizarían

      en el

      caso

      d e

      triunfar ellos—

    es   apropiarse  de las  colonias, dominar  a  Turquía, anexarse terri-

    torios poblados  po r  otras naciones,  p or  ejemplo, Polonia,  etc . De

    ninguna manera someter  a la  dominación extranjera  a los  france-

    ses o a los  rusos.  L a  verdadera esencia  de la  guerra actual  no es

    nacional, sino imperialista.  E n  otras palabras:  no se  libra para

    que un

      bando pueda derrocar

      la

      opresión nacional,

      que e l

      otro

    bando trata  d e  mantener.  E s u n a  guerra entre  do s  grupos opre-

    sores, entre  dos  bandoleros, para determinar cómo repartir  el

    botín, quién  ha de  saquear  a  Turquía  y las  colonias.

    E n  síntesis:  un a  guerra

      entre

      grandes potencias imperialistas

    (e s

      decir, potencias

      q u e

      oprimen

      a

      toda

      u n a

      serie

      d e

      pueblos

      y

    lo s  tienen sometidos  a l  capital financiero,  etc.) o en

      alianza

      con

    la s  grandes potencias,  es una  guerra imperialista.  Así es la  guerra

    d e  1914-1916.  Y en  es a  guerra  "la  defensa  de la  patria"  es un

    engaño,

      u n

      intento

      d e

      justificar

      la

      guerra.

    U na

      guerra  contra

      la s

     potencias imperialistas,

      es

      decir, contra

    la s

      potencias opresoras

      p or

      parte

      de los

      países oprimidos

      (por

    ejemplo, coloniales),  es una  guerra realmente nacional.  E s posible

    también  hoy . "La  defensa  de la  patria"  en una  guerra  de una,

    nación oprimida contra  u n  opresor extranjero,  no es un  engaño.

    UN A

      CABICATURA

      DE L

      MARXISMO

    3 5

    L os   socialistas  no  se  oponen  a "la  defensa  de la  patria"  en una

    ta l  guerra.

    L a  autodeterminación  de las  naciones  es lo  mismo  que la

    lucha

      por la

      completa liberación nacional,

      por la

      plena indepen-

    dencia, contra  la s  anexiones,  y los  socialistas  no

      pueden

      —sin dejar

    de ser

      socialistas— rechazar

      ta l

      lucha,

      en

      cualquiera

      de sus for-

    mas ,  inclusive hasta llegar  a la  insurrección  o la  guerra.

    P.  Kíevski cree  q u e  argumenta contra Plejánov. ¡Fue Plejá-

    no v  quien señaló  el  vínculo entre  la  autodeterminación  y la de-

    fensa  de la  patria P.   Kíevski

      creyó

      a  Plejánov; creyó  que ese

    vínculo  era  realmente  ta l  como Plejánov

      lo

      presentaba.

      Y por

    haberle creído,  P. Kíevski  se  asustó  y  resolvió después  que é l debía

    rechazar

      la

      autodeterminación para

      no

      caer

      en las

      conclusiones

      d e

    Plejánov... ¡Grande

      es la

      confianza

      en

      Plejánov,

      y

      también

      el

    susto , pero  ¡no hay ni  rastros  d e

      reflexión

      sobre  la  esencia  del

    eiTor  d e  Plejánov

    Para hacer pasar esta guerra como  un a  guerra nacional,  los

    socialchovinistas invocan  la  autodeterminación.  Hay una  sola

    manera correcta  d e  combatirlos: debemos demostrar  que la  guerra

    no se

      libra para liberar naciones, sino para determinar cuál

      de los

    grandes ladrones oprimirá  mayor número

      d e

      naciones. Llegar

    hasta

      la

      negación

      de las

      guerras

      qu e

      efectivamente

      se

      libran para

    la  liberación  de las  naciones, significa hacer  la  peor caricatura

    del   marxismo. Plejánov  y los  socialchovinistas franceses insisten

    en   hablar  de la  república  q u e  existe  en  Francia para justificar  la

    "defensa"  d e  ella contra  la  monarquía alemana.  Si  fuéramos  a

    seguir

      el

      hilo

      del

      razonamiento

      de P.

      Kíevski, ¡¡tendríamos

      que

    oponernos tanto  a la  república como  a una  guerra  q u e

      efectiva-

    mente

      se

      libra para preservar

      la

      república

    L os

      socialchovinistas

    alemanes encaran  el  sufragio universal  y la  enseñanza primaria

    obligatoria  en su  país, para justificar  la  "defensa"  de  Alemania

    contra  el  zarismo.  Si  siguiéramos  el  hilo  d e l  razonamiento  de P.

    Kíevski, ¡tendríamos  q u e  oponernos tanto  al  sufragio universal

    como  a la  enseñanza primaria obligatoria,  o a una  guerra  que

    efectivamente

      se  libra  en  defensa  de la  libertad política contra

    los   intentos  de  aboliría

    K.

      Kautsky

      f u e

      marxista hasta

      la

      guerra

      de

      1914-1916,

      y mu-

    chas  de sus  principales obras  y  declaraciones serán siempre  un

  • 8/15/2019 Obras Completas Tomo 024 Lenin Akal 1975 Ocr

    19/279

    3 6

    v . i .

      L E N I N

    modelo  d e  marxismo.  E l 26 de  agosto  de 1910  escribió  en  Neue

    Zeit

      a

      propósito

      de la

      guerra inminente:

    E n u n a  guerra entre Alemania  e  Inglaterra  la  cuestión  no es la  demo-

    cracia, sino  el  dominio mundial,  es  decir,  la  explotación  de l  mundo.  N o es

    esta  u n a  cuestión  en la que los  socialdemócratas puedan alinearse  con los

    explotadores  de su  propia nación.  (Nene Zeit,  28 ,  Jahrg,  Bd. 2 , S. 776.)

    He ah í una  excelente formulación marxista,  q u e  coincide  en

    todo  con la  nuestra,  q u e  desenmascara completamente  al  Kautsky

    de hoy,  que de l

      marxismo

      se

      pasó

      a la

      defensa

      de l

      socialchovi-

    nismo.  E s un a  formulación  q u e  pone  d e  manifiesto  co n  claridad

    los   principios  en que se  basa  la  actitud  de l  marxismo hacia  la

    guerra (tendremos ocasión

      d e

      volver sobre ello

      en

      otros artículos).

    L a

      guerra

      es la

      continuación

      de la

      política.

      E n

      consecuencia,

    cuando existe  un a  lucha  por la  democracia,  es

      posible

      una  guerra

    por la  democracia.  L a  autodeterminación  de las  naciones  es  sólo

    una de las  reivindicaciones democráticas  y no  difiere,  en  princi-

    pio, de  otras re