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BOLETÍN DEL CENTRO DE INFORMACIÓN PARA EL DISEÑO OFICINA NACIONAL DE DISEÑO INDUSTRIAL VOL 1 NÚMERO 2 JULIO 2007 ISSN SOLICITADO

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cartel cubano

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BOLETÍN DEL CENTRO DE INFORMACIÓN PARA EL DISEÑO

oficina nacional de diseño industrial

Vol 1 número 2 julio 2007

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Cartel Cubano ¿ruptura o Continuidad? por: Lic. Flor de Lis López Hernández

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Profesora de Historia del Diseño. Jefe de De-partamento de Teoría y Metodología Instituto Superior de Diseño

El cartel como pieza de comunicación visual, nace y se desarrolla de una elemental necesidad de comunicación humana. Sin embargo esta área del diseño gráfico tiene puntos de contacto con la esfera del arte y en ocasiones excelentes piezas han alcanzado esta categoría, cuando sus mensajes traspasando las fronteras del objetivo neto para el que fueron creados han logrado una solución que proporcione goce estético a la vez que informe, obtenién-dose de esta manera un producto cultural capaz de enri-quecer la vida cotidiana.

Al abordar la problemática del cartel en Cuba somos con-cientes de que es un tema que ha suscitado el interés de muchos: investigadores, diseñadores, estudiantes, entre otros, por las características particulares de este medio en nuestro país. No solo desde el punto de vista formal sino sobre todo, desde lo conceptual y por su estrecho vínculo con las coyunturas históricas, políticas y culturales en que se desarrolló. Precisamente la riqueza de este fenómeno cultural permite acercarse al mismo desde diferentes óp-ticas, lo que nos ofrece la posibilidad, de aportar nuestros modestos criterios sobre el tema.

Nuestro interés se centra particularmente en un segmento de la gráfica cubana más contemporánea, específicamen-te la producción cartelística de los jóvenes diseñadores de la generación de lo 90. Ante la que se nos presenta la siguiente disyuntiva

¿Son continuadores de una fuerte tradición gráfica que se asentó en épocas precedentes? o por el contrario ¿Mani-fiestan una ruptura con la misma?

El cartel producido por la mencionada generación ¿Incor-pora el anterior de manera orgánica? o ¿Lo reemplaza, fomentando su olvido?

Cuba, el cartel en la Revolución.

A tan solo unas horas de conocerse la noticia de la vic-toria del Ejército Rebelde sobre la tiranía, el 1ro de Enero de 1959, aparecen pegados en las calles habaneras 100 ejemplares del primer cartel de la Revolución. Con gran pregnancia y economía óptima, por el empleo de solo dos tintas, roja y negra, con gran carga simbólica, por ser los colores del Movimiento 26 de Julio. Su autor, un joven diseñador, Eladio Rivadulla. Investigadores, historiado-

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res y críticos especializados, lo consideran el iniciador de la gráfica de la Revolución cubana, no sólo por la fecha temprana de su realización, sino por sus valores creativos, conceptuales, técnicos y simbólicos.IMAGEN 1

Desde el triunfo mismo de la Revolución en Cuba, junto a los profundos cambios políticos, económicos y sociales, se potenció el desarrollo de todas las artes, así como el libre acceso a su disfrute por el pueblo en aras de fomen-tar el conocimiento tanto de la cultura nacional como de los mejores valores internacionales. La gráfica y especí-ficamente el cartel jugó un decisivo papel en la inten-ción de lograr una rápida y efectiva comunicación con las masas populares. Ejemplo fehaciente de lo anterior fue nuestra primera gran ofensiva educacional, en época tan temprana como 1961, con la cual se desarrolló además la primera campaña promocional en tiempos de Revolución: la Campaña de Alfabetización. Para la cual se movilizaron todas las fuerzas del país y todos los medios gráficos posi-bles en aras de lograr este objetivo.IMAGEN 2

La nueva realidad dinámica, cambiante, volcada hacia grandes transformaciones sociales. La épica revoluciona-ria creó una estética revolucionaria, donde temas como política, economía y cultura se presentaban de manera clara, inequívoca, potenciando su tarea más importante: la comunicación.

Los carteles de la década del 60 y 70, conocida como épo-ca de oro del cartel cubano, nacieron con una estética muy particular marcada por la impronta de la inmediatez y por su técnica de impresión serigráfica (como única op-ción prácticamente), con la que se lograba la autenticidad de un original, por lo artesanal del método, en una repro-ducción múltiple. De tal manera que estas piezas desbor-daron los límites epocales y comunicacionales para las que fueron creadas, trascendiendo al futuro, con un sentido exacto de lo cubano.

Carteles políticos que no dejaban espacio a la confusión, en su interés de reafirmación nacional y revolucionaria. Aquí la inmediatez y la urgencia de convocar al pueblo a defender la joven revolución no lastró la calidad estética, al contrario, se lograron mensajes impactantes, de fácil comprensión y gran poder movilizativo.IMÁGENES 3 y 4

Carteles culturales, pródigos en metáforas visuales, que abrían mas espacio a la creatividad individual, a las ten-dencias de vanguardia. Un ejemplo sobresaliente es el cartel hecho por Alfredo Rostgaard para el Primer Encuen-tro de la Canción Protesta, organizado por la Casa de las Américas en 1967. En este paradigmático cartel cubano una rosa con espina sangrante se convierte en excelen-te símbolo de la canción revolucionaria. Posteriormente la mencionada flor se convirtió en emblema de un movi-

1/ Eladio Rivadulla. Primer cartel de la Revolución cubana,1959.

2/ Alfabeticemos. Delegación del Gobierno del Capitolio Nacio-

nal,1961.

3/ Jesús Forjans.¡Alerta!, COR,1962.

4/ Juan Ayús y Alberto Korda. Comandante en Jefe, ordene.

UJC,1962.

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miento de amplia repercusión socio- cultural, el de la Nue-va Trova.IMAGEN 5

El de cine específicamente caracterizado por su sentido de ruptura con los carteles tradicionales del Starts System, utilizó elementos del contenido del filme en lugar de los rostros edulcorados de los protagonistas, influyendo de esta manera en el gusto del público que aceptó y disfru-tó estas nuevas propuestas. Maestros como René Ascuy, Antonio Pérez (Ñiko), Eduardo Muñoz Bach, A. Fernández Reboiro, Eladio Rivadulla, Alfredo Rostgaard, Morantes, supieron hacer arte de un medio que estaría al alcance de todos, en las puertas de los cines, en las paredes y en las “sombrillitas del ICAIC” como se les llamó por más de 20 años a una especie de tótem utilizado para promocionar las películas. IMÁGENES 6 y 7

La solidaridad con otros pueblos ha sido premisa indispen-sable desde el triunfo mismo de la revolución, la creación en 1966 de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) y la gráfi-ca que lo acompañó, dio evidencia de ello. Diseñadores como Jesús Forjans, Guillermo Menéndez, René Mederos, Alfredo Rostgaard, Olivio Martínez y Gladys Acosta com-binaron un novedoso lenguaje y nada tradicional uso de imágenes en las cuales se puede concebir hasta un Cristo Guerrillero como símbolo del movimiento revolucionario Latinoamericano.

Para un país, que se esfuerza en salir adelante, temas tan cotidianos y necesarios como el ahorro de agua, electrici-dad o materias primas estuvieron entre los privilegiados por la gráfica. De ellos quedaron magníficos ejemplos, en-tre los más conocidos el cartel realizado en 1969 por el di-señador Félix Beltrán, el cual es un referente hasta hoy en día; un cartel de fondo negro, solo con la palabra CLIK en amarillo aludiendo al sonido que se produce al accionar el interruptor de la luz al apagarlo, hace gala de excelente comunicación con mínimos recursos.IMAGEN 8

La escasez de medios que tenían los diseñadores no fue un freno para la labor creadora, al contrario, novedosas soluciones resueltas con gran economía de recursos grá-ficos, síntesis compositiva, espacios vacíos, asociación de imágenes, pocas tintas y colores planos, textos cortos y una técnica artesanal fueron un excelente producto de esta realidad, de tal manera que se lograron carteles de un real interés estético-comunicativo.

Gráfica joven de los 90

Para Cuba los 90 significaron un vuelco brusco del estado de cosas existente, la desaparición de la URRS y del Campo Socialista Europeo, con su consecuente estructura econó-mica y la disolución de organizaciones como el Consejo de

5/ alfredo rostgaard. festival de la canción Protesta. casa de las améri-

cas,1967.

6/ René Ascuy. Besos Robados, ICAIC,1970.

7/ Nelson Ponce. La imagen Constante, CITMATEL, 2000.

8/ Félix Beltrán. CLIK, COR, 1969.

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Ayuda Mutua Económica (CAME) trajeron aparejados para nuestra isla, bloqueada y dependiente en casi su totalidad del comercio con los países del mencionado bloque, una abrupta ruptura de nuestra estabilidad económica. Similar a la ya ocurrida en 1959 cuando dependíamos por entero del comercio con los Estados Unidos y nuestras relacio-nes se cortaron de golpe.

Ante tal situación se declara a partir de 1990 un Período Especial como vía para enfrentar y resolver nuestros pro-blemas desde adentro. La vida del cubano tiene entonces una dinámica diferente, a limitaciones de todo tipo, solu-ciones insospechadas.

Por otra parte 1989 significó un año importante para el di-seño cubano, con el 5to aniversario del Instituto Superior de Diseño Industrial sale a la luz la primera graduación de profesionales del diseño con nivel universitario, con una sólida formación académica y una capacidad instrumental para enfrentar las nuevas tecnologías. Lo que necesaria-mente provoca un cambio en los resultados.

Este nuevo contexto generó un tipo de gráfica, como lo generó el contexto de décadas anteriores. De un lado las reales limitaciones, de tintas, papeles y todos los insumos gráficos, de otro, los nuevos profesionales del diseño y el empuje de otros medios de comunicación con más fácil acceso y masividad, los cuales ocupan el protagonismo que décadas atrás tuvo el cartel.

Los 90 no se caracterizaron por aquella invasión cotidiana del cartel en los espacios públicos, al contrario este medio se vio confinado a recintos cerrados, exposiciones, con tiradas muy limitadas en ocasiones autofinanciadas por los propios autores. Incluso se hicieron carteles, sin que mediara el encargo de ningún cliente, rompiendo así con un principio básico del diseño y situándolos en la frontera del arte pues ellos respondían más a una necesidad de creatividad individual que a una necesidad rea de comu-nicación. Ejemplo de esto fue la Carpeta 8 UP Carteles con Burbujas, realizada en 1997, a iniciativa de un gru-po de jóvenes diseñadores, pertenecientes al grupo Next Generation de Cuba y que se materializó en el taller de serigrafía René Portocarrero a raíz de la Bienal de Arte de la Habana.IMAGEN 9

Los carteles de la mencionada década, no son tan nume-rosos pero si novedosos. En ellos se evidencia la originali-dad y pertinencia a un presente, nuevas imágenes como referente obligado a los nuevos tiempos, nueva sensibili-dad de una generación de fin de siglo. Desinhibidos, jo-cosos algunos, pero convocando a la reflexión con imáge-nes analíticas. En ocasiones se le exige un conocimiento previo al espectador pues el lenguaje ya no es tan claro ni tan directo como en el afichismo precedente, significando

9/ dúo nudo. Havana express, carpeta uP, 1997.

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esto un punto de ruptura importante. Como nunca antes en nuestra gráfica podemos apreciar un verdadero festi-val lúdico, en obras que se despreocupan si son tomadas en cuenta o no. La acentuada presencia del humor (que puede llegar a la ironía) rasgo que por otra o parte está presente en la personalidad del cubano, es reutilizado en una actitud problematizadora y va tomando forma como elemento identificativo de la producción joven.

El reciclaje de fuentes anteriores es un modo mediante el que acceden a lo contemporáneo, la apropiación de códigos de la plástica y la gráfica anterior, el color tratado con un valor simbólico y expresivo, la utilización de recur-sos de la cultura de masas, revalorizando elementos que pueden ir desde canciones infantiles a frases del gracejo popular, refranes, graffitis, transgrediendo así conceptos canonizados de: buena forma, textos legibles, comunica-ción clara y directa. Citas, parodia, intertextualidad, recur-sos todos a la mano de estos diseñadores formados en las aulas de una Universidad de Diseño. Los de anteriores generaciones tenían una formación como artistas plásti-cos fundamentalmente.IMÁGENES 10 Y 11

La presencia tipográfica es protagónica, lo que separa esta visión de la de sus predecesores, mientras que aquellos uti-lizaban la tipografía por su capacidad de hacer legible en el plano bidimensional un texto y no por sus posibilidades expresivas, en los nuevos carteles se experimenta con los tipos, se utilizan como formas combinándolos libremente, se personalizan potenciando su carácter expresivo.IMAGEN 12

En resumen, la cartelística nacida de las nuevas hornadas de diseñadores, cambió en su manera de hacer y de de-cir, igual que en su impacto social, por lo limitado de las tiradas.

Sin embargo esto no impidió que la gráfica hecha por jó-venes lograra un nivel de reconocimiento en la pasada década, al utilizarse en Festivales nacionales de cine, tea-tro y ballet, en Eventos de diseño, Congresos juveniles y de estudiantes, Ferias del libro, etc.IMAGEN 13, 14 y 15

También al alzarse con premios y menciones en los con-cursos nacionales de Gráfica 26 de Julio por varios años consecutivos y en concursos homenaje a figuras cimeras de nuestra historia como José Martí y Ché Guevara, las cuales fueron representadas por los jóvenes de manera nada ortodoxa, imprimiendo frescura, carácter renovado y vitalidad a las imágenes de estos hombres cuyas ideas conviven cotidianamente entre nosotros. Por último en 2003 se obtuvo el 1er y 2do lugar (Gaucho de Oro y Gau-cho de Plata) en la Bienal de carteles de Bien Público de Sao Paulo en Brasil con una serie de carteles sobre la ter-cera edad.IMÁGENES 16, 17, 18 y 19

10/ Raúl Cordero. La Mariracha y la Cucaposa, Carpeta UP, 1997.

11/ Dúo Nudo. La plástica joven se dedica al béisbol,1989.

12/ Festival de teatro de la Habana, 2003.

13/ Arturo Bustillo. 6to Encuentro de Diseño, ONDI,2000.

14/ Khiustin Tornés.17 Festival de ballet de La Habana, Ballet Nacional

de Cuba,2000.

15/ Nelson Ponce. Mayo Teatral, Casa de Las Américas, 2000.

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Mientras, las posibilidades de la imagen digitalizada y los nuevos sistemas de impresión compiten con el sentido de manualidad y carga artesanal que la serigrafía le dio al mismo en períodos anteriores.

No podemos hablar de un nuevo cartel cubano, sería pre-maturo aventurarse a hacer tal valoración, pero de segu-ro hay una voluntad de cambio que se viene gestando. Sin embargo esto no implica un sentido de ruptura total con sus antecesores, por el contrario el peso de la imagen conceptual que refuerza la idea, la recurrencia a símbolos, la economía de medios gráficos nos hablan de una con-tinuidad.

Cabe preguntarse entonces: ¿Son estos carteles la eviden-cia de una línea continuadora de la gráfica cubana? O ¿De una ruptura revolucionaria con el período anterior?

Creemos en el continuismo gráfico como en la continui-dad histórica que lo sustenta, consideramos que el car-tel joven cubano es deudor del anterior sobre todo en la fuerza de las ideas, poniendo todos los recursos gráficos a su alcance en función del concepto que se quiere tras-mitir. Sin embargo para este fin utilizan un lenguaje nuevo acorde con las nuevas exigencias, la diversificación de las temáticas, las posibilidades que brindan las nuevas tecno-logías y como reflejo de una realidad diferente a la de los 60 y 70.

Cierto es también que, los carteles de décadas anterio-res nacieron de una necesidad social de comunicación y por sus cualidades estéticas devinieron arte y piezas de colección. Mientras que una parte no despreciable de la producción de los 90 estuvo marcada más por la impronta de necesidades espirituales de coleccionismo, por lo tanto artísticas, estando ahí una diferencia sustancial.

Al enfrentarnos a este segmento de la producción carte-lística de la pasada década lo hacemos con la sensación de estar asistiendo al nacimiento de una nueva etapa en el devenir de nuestro cartel, que de alguna manera ya va conformando una parte de la cultura visual contemporá-nea en nuestro país.

16/ Daniel Cruz. A Ché,1997.

17/ Osmany Torres.Cortar por la línea de puntos…,1997.

18/ Edubal Cortina. Un verso, 1999.

19/ Grupo Camaleón. No solo llegan los años…, MINSAP, 2003.

Entrevistas

/ Diseñador José Menéndez, Junio 2003.

/ Diseñador Ernesto Niebla Chalita, Mayo 2003.

/ Diseñador Alfredo Rostgaard, Julio 2003.

Fuentes consultadas

/ Bermúdez, Jorge. La imagen constante. El cartel cubano del siglo XX. Editorial Letras

Cubanas, La Habana, Cuba, 2000.

/ Carteles de la década del 90. Colección privada de Pepe Menéndez.

/ De Juan Adelaida. La belleza de todos los días. En: Revista Universidad de la Haba-

na, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, Cuba, 1983.

/ Frascara, Jorge. Diseño y Comunicación Visual I. Ediciones Infinito, Buenos Aires

(reimpresión ISDI, La Habana,1988).

/ López, Flor de Lis. Next Generation, gráfica joven de Cuba, trabajo realizado para

la Maestría en arte de la Universidad de la Habana, 1999.

/ Rodríguez, Marina. El cartel cubano. Conversando con Rostgaard. Editora Política,

La Habana,1999.

/ Vega, Sara. Ayer y hoy. Carteles de cine cubano, Ediciones ICAIC, 1999.