bosques de cuba (parte i )

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Page 1: Bosques de Cuba (parte I )

11111SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

Page 2: Bosques de Cuba (parte I )

22222 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

COORDINADORESDra. Jacqueline Pérez CamachoDra. Sonia Rosete BlandarizIng. Osniel Sánchez RiveraCO-COORDINADORESDr. Pedro Antonio Álvarez OliveraDra. Katia Manzanares AyalaCOORDINADOR: Instituto de Ecología y Sistemática, CITMACO-COORDINADOR: Universidad de Pinar del Río, MESInstituto de Investigaciones Forestales, MINAGINSTITUCIONES PARTICIPANTES:Instituto de Ecología y Sistemática, CITMAUniversidad de Pinar del Río, MESInstituto de Investigaciones Forestales, MINAGRIDirección Forestal, (SEF) MINAGCentro Nacional de Áreas Protegidas (CENAP), CITMAECOVIDA (CITMA, PR)Cuerpo de Guardabosques (CGB), MININTUniversidad de La Habana (CESEU)Museo Nacional de Historia NaturalAUTORESDra. Alicia Mercadet Portillo, Instituto de Investigaciones ForestalesDra. Delhy Albert Puentes, Instituto de Ecología y SistemáticaDra. Greicy Rodríguez Crespo, Universidad de Pinar del RíoDra. Jacqueline Pérez Camacho, Instituto de Ecología y SistemáticaDra. Maira Fernández Zequeira, Instituto de Ecología y SistemáticaDra. Margarita Mesa Izquierdo, Asociación Cubana de TécnicosAgrícolas y Forestales (ACTAF)Dra. Marta Bonilla Vichot, Universidad de Pinar del RíoDra. Milagros Cobas López, Universidad de Pinar del RíoDra. Nancy E. Ricardo Nápoles, Instituto de Ecología y SistemáticaDra. Sonia Rosete Blandariz, Instituto de Ecología y SistemáticaDr. Alberto Vidal Corona, Instituto de Investigaciones ForestalesDr. Ángel Saldívar Solís, Universidad de Pinar del RíoDr. Antonio López Almirall, Museo Nacional de Historia NaturalDr. Arnaldo Álvarez Brito, Instituto de Investigaciones ForestalesDr. Arnaldo Díaz Acosta, Universidad de Pinar del RíoDr. Benito Leyva Córdova, Instituto de Investigaciones ForestalesDr. Eduardo González Izquierdo, Universidad de Pinar del RíoDr. Fernando R. Hernández Martínez, Universidad de Pinar del RíoDr. Francisco Cejas Rodríguez, Instituto de Ecología y SistemáticaDr. Germán Padilla Torres, Universidad de Pinar del RíoDr. Ynocente Betancourt Figueras, Universidad de Pinar del RíoDr. Juan Herrero Echevarria, Dirección ForestalDr. Juan Manuel García Delgado, Instituto de InvestigacionesForestalesDr. Luis F. de Armas Chaviano, Instituto de Ecología y SistemáticaDr. Pedro Antonio Álvarez Olivera, Universidad de Pinar del RíoDr. Pedro Herrera Oliver, Instituto de Ecología y SistemáticaDr. Pedro Pablo Henry Torriente, Instituto de InvestigacionesForestalesDr. Rogelio Sotolongo Sospedra, Universidad de Pinar del RíoDr. Rolando Quert Álvarez, Instituto de Investigaciones ForestalesMSc. Adolfo Núñez Barrizonte, Instituto de Investigaciones ForestalesMSc. Ana América Socarrás Rivero, Instituto de Ecología ySistemáticaMSc. Candida Martínez Callis, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Haylet Cruz Escoto, Instituto de Investigaciones ForestalesMSc. Hermen Ferrás Álvarez, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Iralys Ventosa Rodríguez, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Ivianne Vila Marín, Instituto de Investigaciones ForestalesMSc. José Manuel Guzmán Menéndez, Instituto de Ecología ySistemáticaMSc. Juana Teresa Suárez Sarría, Instituto de InvestigacionesForestalesMSc. Lázara Sotolongo Molina, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Lázaro Rodríguez Farrat, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. María A. Guyat Dupuy, Instituto de Investigaciones ForestalesMSc. Roberto Alonso Bosch, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Sonia Machado Rodriguez, Instituto de Ecología y SistemáticaIng. Arsenio Renda Sayous, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. Celia Guerra Rivero, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. Elias Linares Landa, Dirección ForestalIng. Freddy Delgado Fernández, ECOVIDAIng. Isabel Russó Milet, Dirección ForestalIng. José Antonio Bravo Iglesias, Instituto de InvestigacionesForestalesIng. Juan M. Montalvo Guerrero, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. María Josefa Villalba Fonte, Universidad de Pinar del RíoIng. Miguel A. Pérez García, Jefatura Nacional Cuerpo deGuardabosquesIng. Osniel Sánchez Rivera, Instituto de Ecología y SistemáticaIng. Tomás Plasencia Puentes, Instituto de Investigaciones ForestalesLic. Ariel Aguilar Reyes, Universidad de La HabanaLic. Avelino Suárez Rodríguez, Instituto de Ecología y Sistemática

Lic. Humberto García Corrales, Instituto de Investigaciones ForestalesLic. Idalmis Acosta Morejón, Instituto de Investigaciones ForestalesLic. Juan A. Hernández Valdés, Centro Nacional de Áreas ProtegidasLic. Leda Menéndez Carrera, Instituto de Ecología y SistemáticaLic. Maria A. Castañeira Colomé, Centro Nacional de Áreas ProtegidasLic. René López Castilla, Instituto de Investigaciones ForestalesTéc. Teresa Regalado Calero, Instituto de Ecología y SistemáticaCoronel. Manuel Lama Gómez, Cuerpo de GuardabosquesCOAUTORESMSc. José L. Rodríguez Sosa, Instituto de Investigaciones ForestalesMSc. Orlidia Hechavarría Kindelán, Instituto de InvestigacionesForestalesMSc. Andrés Hernández Riquene, Instituto de Investigaciones ForestalesMSc. Osiris Ortiz Álvarez, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. Arlety Ajete Hernández, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. Elsa Cordero Miranda, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. Hilda Quesada Font, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. Leufrido Yero Valdés, Instituto de Investigaciones ForestalesIng. Maylín del C. Figueredo León, Jefatura Nacional Cuerpo deGuardabosquesIng. Raúl González Rodríguez, Jefatura Nacional Cuerpo deGuardabosquesCOLABORADORESDra. Maritza García García, Estación Ecológica Sierra del RosarioMSc. Ángel Vale González, Instituto de Ecología y Sistemática

MSc. Carlos Mancipa González, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Eneider Pérez Mena, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Maikel Cañizares Morera, Instituto de Ecología y SistemáticaMSc. Lucía Hechavarría Schwesinger, Instituto de Ecología y SistemáticaIng. Nurys Corona Rodríguez, Jefatura Nacional Cuerpo deGuardabosquesIng. Rafael Zayas-Bazán Rodríguez, Jefatura Nacional Cuerpo deGuardabosquesIng. Sheila Rodríguez Camacho, Jefatura Nacional Cuerpo de Guarda-bosquesLic. Patricia Cernuda, Instituto de Ecología y SistemáticaDr. Orlando Novua Álvarez, Instituto de Geografía TropicalLic. Odalys Pérez Valdés, Instituto de Ecología y SistemáticaTéc. Marilyn Cárdenas Moreno, Instituto de Ecología y Sistemática

GRUPO DE EDICIÓNEDITORIAL ACADEMIA

Edición: Lic. Noelia Garrido RodríguezDiseño y tratamiento de imágenes: Marlene Sardiña PradoCorrección editorial: Caridad Ferrales AvínISBN: 978-959-270-112-02007, «Año 49 de la Revolución»

Í N D I C EPARTE 1INTRODUCCIÓN /

¿Qué es un bosque? / 3Importancia de los bosques / 3Tipos de bosques en el mundo / 3Estado de los bosques a nivel mundial / 3Los bosques de Cuba y su historia / 3

COMPONENTES Y CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DE LOS BOSQUES / 4Principales componentes y características / 4Funciones e interacción de sus componentes / 8

FORMACIONES BOSCOSAS DE CUBA / 9Clasificación y distribución / 9Otros bosques / 9

EL BOSQUE Y SUS ATRACTIVOS / 12Especies viajeras / 12Caprichos de la naturaleza / 12Creencias, mitos y realidades / 13

BOSQUE Y SOCIEDAD / 14¿Qué se entiende por bienes y servicios que brindan los bosques? / 14Bienes / 14

PARTE 2Servicios / 3Sociedad y desarrollo forestal sostenible / 4

MANEJO Y CONSERVACIÓN DE LOS BOSQUES / 4Manejo y tratamientos / 4Creación de bosques / 6Bosques y árboles en los entornos urbanos / 9Árboles fuera del bosque / 9

COMPORTAMIENTO DE LOS BOSQUES ANTE LOS IMPACTOS / 10Comportamiento ante el cambio climático / 10Comportamiento ante la acción antrópica y eventos naturales / 12

PROTECCIÓN DE LOS BOSQUES / 13ADMINISTRACIÓN FORESTAL / 14

Bosques de producción / 14BIBLIOGRAFÍA / 16GLOSARIO / 16

Page 3: Bosques de Cuba (parte I )

33333SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALINTRODUCCIÓN

¿Qué es un bosque?Existen muchas definiciones de bosque pero todas co-inciden de una u otra forma, estas son:a) En el bosque crecen diversas especies de plantas,

entre las que predominan fundamentalmenteárboles de diferentes tamaño, altura y diámetro,aunque también se presentan arbustos, hierbas,lianas y epífitas. Pueden ser naturales o plantados,ya sean explotados o no, son capaces de producirmadera y otros productos que se conocen comoproductos forestales no maderables; en sufisonomía influyen el clima, el régimen hidrológicoy las características ecológicas que les rodean.Además, brindan protección a la vida silvestre.

b) Según el uso principal del suelo en Bolivia seconsidera un bosque como la superficie cubiertade especies naturales vegetales, cultivadas ydestinadas a diferentes usos. Esta definición seutiliza generalmente donde se identifica el espacioque ocupan como terreno forestal.

c) Para la FAO, la definición del bosque, o de lastierras forestales, se basa en la estructura de laformación (porcentaje de cubierta arbórea, alturade las especies leñosas) y su superficie.

d) Para los países que hacen referencia a la formaciónforestal, el umbral considerado en la coberturaterrestre que ocupan es variable, y puede ser inferiora 10 % (por ejemplo, en Irán), alcanzar 70 % (enCosta Rica), e incluso, tener más de 75 %, comosucede en Sudáfrica.

e) En Cuba, en la Ley no. 85, conocida como LeyForestal, se identifica al bosque como formaciónnatural (bosque natural) o artificial (plantación)constituida por árboles, arbustos y otras especiesde plantas y animales superiores e inferiores, queresultan un ecosistema de relevancia económicay social por las funciones que desempeña.

En la actualidad hay un creciente reconocimientomundial a la función que desempeñan los bosques enla estabilización del cambio climático, protegiendo labiodiversidad y la subsistencia de 1,6 mil millones depersonas que dependen de ellos (Fig. 1).

Fig. 1. Bosque tropical.

Importancia de los bosquesLos bosques proporcionan un hábitat a una amplia va-riedad de plantas y animales; además, cumplen otrasmuchas funciones relacionadas de forma directa con los

seres humanos. El follaje de las plantas libera el oxígenotan necesario para la respiración, mediante la fotosínte-sis, proceso químico que se realiza en las hojas utilizan-do la luz solar y el dióxido de carbono de la atmósfera.Mediante este proceso se producen azúcares que pro-porcionan energía a las plantas.

Los bosques también impiden la erosión, el desgastedel suelo por el viento y la lluvia. En parajes desnudoscon poca o ninguna vegetación, las fuertes lluvias quecaen sobre grandes áreas pueden arrastrar el suelo has-ta ríos y arroyos, y provocan corrimientos de tierra e inun-daciones. En áreas boscosas la copa de los árboles in-tercepta y redistribuye gradualmente la precipitación, quede otro modo podría causar inundaciones y erosión, unaparte de la precipitación fluye por la corteza de los tron-cos; el resto se filtra a través de las ramas y el follaje, ypenetra en el suelo. Esa distribución más lenta y pocouniforme de la lluvia asegura que el suelo y el agua nosean arrastrados de forma inmediata.

Las raíces de los árboles y las de otras plantas re-tienen el suelo e impiden inundaciones y el enturba-miento de ríos y arroyos. Los bosques también puedenaumentar la capacidad de la tierra para capturar y al-macenar reservas de agua. La cobertura boscosa esespecialmente eficiente para capturar agua procedentede la niebla, que distribuye como precipitación en lavegetación y el suelo. El agua almacenada en las raícesde los árboles, troncos, tallos, follaje y el suelo del terre-no forestal, permite a los bosques mantener un flujo cons-tante de agua en ríos y arroyos.

Aunque a menudo se han considerado como consu-midores de dióxido de carbono, los bosques madurosdesempeñan una importante función en el ciclo globaldel carbono, como reservorios estables de carbono y sueliminación conlleva un incremento de los niveles atmos-féricos del dióxido de carbono.

Universalmente aún no existe una clasificación de losbosques con criterio único, lo que supone una dificul-tad a la hora de interpretar las cifras que diferentes es-tudios aportan para conocer extensiones de bosques,índices de destrucción, etc. La FAO está preparandoun sistema de clasificación que intentará convertirse enla norma para este tipo de estudios, pero todavía noestá terminado.

Los bosques pueden ser clasificados de diferentesmaneras y grados de especificación. Una forma es de-terminar el medio ambiente (ecosistema) en el que exis-ten, junto con la longevidad de las hojas de la mayoríade los árboles (sea de hojas perennes o caducas). Otraclasificación es por la composición predominante delos bosques según el tipo de hoja: ancha (bosqueslatifolios) o aciculifolia (coníferas, pinos).a) Bosques Boreales; ocupan la zona subártica, y

están integrados por coníferas y, por lo general,sus árboles presentan hojas perennes.

b) Bosques de las Zonas Templadas; en ellos seencuentran bosques caducifolios (pierden sus hojasen un período determinado) de hoja ancha, ybosques perennifolios de coníferas. En las zonastempladas cálidas hay árboles perennifolios dehojas anchas, incluyendo bosques de laureles.

c) Bosques tropicales y subtropicales; incluyen a loshúmedos, secos y los de coníferas.

La fisonomía, como se ve, clasifica los bosques porsu estructura física aunque también pueden ser clasifi-cados, más específicamente, por la presencia de espe-cies dominantes, y existen numerosos tipos de bos-ques. Dos tercios de las 250 000 especies de plantasvasculares del mundo crecen en regiones tropicales, lamayoría de ellas se presentan sólo en los bosques tro-picales húmedos. Los bosques lluviosos tropicales al-bergan más de la mitad de las especies vegetales yanimales de la tierra, pero apenas cubren 7 % de lasuperficie terrestre.

Tipos de bosques en el mundo

Estado de los bosques a nivel mundialLos bosques mundiales abarcan, según los datos de laOrganización de las Naciones Unidas para la Agricultu-ra y la Alimentación (FAO), cerca de 4 mil millones dehectáreas, y cubren casi 30 % del área mundial. Desde1990 hasta el 2005, el mundo perdió 3 % de su áreatotal de bosques, una disminución promedio de 0,2 %al año. Hoy los bosques ocupan más de la cuarta partede las tierras emergidas, excluyendo la Antártida yGroenlandia. La mitad de los bosques están en los tró-picos; y el resto en las zonas templadas y boreales.Siete países albergan más de 60 % de la superficieforestal mundial: Rusia, Brasil, Canadá, Estados Uni-dos, China, Indonesia y Congo.

La mitad de los bosques que una vez cubrieron laTierra, 29 millones de km2, desaparecieron y lo más im-portante en términos de biodiversidad, cerca de 78 % delos bosques primarios se encuentran ya destruidos y elresto, amenazado por la extracción de madera, la con-versión a otros usos como la agricultura y la ganadería,la especulación, la minería, los grandes embalses, lascarreteras y caminos forestales, el crecimiento demo-gráfico, el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.Al comenzar el siglo XXI, hay una disminución neta anualde 11,3 millones de hectáreas de bosques, según la FAO,que se destinan a otros usos. Cuba se sitúa entre lasnaciones que mayor crecimiento mantiene de sus recur-sos forestales, al tener cubierto 24,5 % del territorio na-cional y proponerse llegar a 29 % en el año 2015.

Bosques de Cuba y su historiaCon el descubrimiento de Cuba, la conquista y coloni-zación europea del Nuevo Mundo, se conoció que lasuperficie de la cubierta forestal era superior a 90 %,pues la población indígena era fundamentalmente reco-lectora y su agricultura incipiente no había deforestadomás que los «bateyes» para construir sus «caneyes».Los pocos terrenos abiertos estaban constituidosmayoritariamente por las sabanas naturales interioresde gramíneas, bosquecitos dispersos y de galería conpequeños cursos de agua, donde comenzó la ganade-ría vacuna en el país.

La cobertura vegetal original de Cuba se ha estimadoentre 70 y 80 (95 %), hasta 1812 todavía existía 90 %de bosques originales. Sin embargo, ya desde 1520 seinició el desmonte de nuestros bosques. En 1900 seobserva una drástica disminución de 54 % de cobertu-ra, debido al intenso desarrollo de la ganadería y el cul-tivo de la caña de azúcar, esta dramática disminuciónalcanzó su máxima expresión en 1959, cuando llega a14 % (ver Fig. 2).

Las ordenanzas reales de España disponían que secortaran sólo árboles maduros para el aserrado, el queentonces se hacía de forma manual con serrotes, enpoblados y astilleros. En las montañas se aserraba enlos mismos bosques y los tablones se trasladabanmediante arrias de mulos, mientras que las gruesastrozas eran transportadas en carruajes de bueyes lla-mados trinquivales, que consistían en un arco con ejespara un par de ruedas y la troza se transportaba col-gando debajo de dicho arco.

Como los interesados cortaban sólo los árboles delas mejores maderas, al no existir disposiciones de lasordenanzas que exigieran una selección adecuada, losbosques perdieron las especies maderables más valio-sas, a pesar de que el bosque aparentemente seguíasiendo alto, denso y sano, a la vista de los oidores queen ocasiones venían a comprobar cómo se cumplíanlas leyes de la Corona en cuanto al recurso forestal.

Ya para entonces en Europa se había desarrolladola silvicultura de plantaciones (cultivo de bosques), so-bre todo de coníferas, para entibar las minas (construc-ción que protege los túneles), y de hayas y robles parala construcción de barcos.

Los inicios de la silvicultura de plantaciones en Cubafueron Alberto J. Fors Reyes, quien propugnó las plan-

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44444 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALtaciones de cedro y realizó la introducción de variasespecies arbóreas principalmente de eucaliptos, JesúsCañizares Zayas, que realizó las primeras plantacio-nes de Pinus caribaea en Topes de Collantes y VicenteDíaz Serrano, que fomentó las plantaciones de eucalip-tos en Cuba. Los precursores de la silvicultura de losbosques naturales fueron: Fors al divulgar en Cuba lasexperiencias de la silvicultura tropical de los inglesesen la India; Isaac del Corral y Eliseo Matos quienespropusieron el manejo racional de los manglares y Pa-blo Díaz Cuevas, que experimentó el enriquecimientode su propio bosque con especies preciosas de rápidocrecimiento.

En la primera mitad del siglo XX, se destacaron comoestudiosos de los bosques cubanos el sueco ErikLeonard Ekman, los religiosos franceses Hermanos Leóny Alaín, así como los cubanos Juan Tomás Roig Mesay Julián Acuña Galé. En la segunda mitad, VeroslavSamek introdujo en el país los principios más generali-zados de la silvicultura de plantaciones y los avancesque hasta ese momento se conocían de la silviculturade los bosques tropicales y Johannes Bisse alertó so-bre las especies amenazadas de extinción en el país.

Actualmente se ha internacionalizado el cultivo deplantaciones forestales, para satisfacer las necesida-des de la sociedad y disminuir la presión de la deman-da de los sobre-explotados bosques naturales, muchosde ellos, ya declarados protegidos. En 1998 se estimó21,5 % de cobertura boscosa, reportado en el estudionacional de Diversidad Biológica. Hasta el año 2003 secontaba con 23,4 % y en el 2007 existe 24,7 % decobertura boscosa.

Fig. 2. Esquema histórico de la cubierta boscosa en Cuba.

COMPONENTES Y CARACTERÍSTICASESENCIALES DE LOS BOSQUES

Principales componentesy características

Flora

La flora cubana es una de las más diversas de Las An-tillas. Cuenta con cerca de 8000 especies de plantasterrestres de las cuales alrededor de 50 % son endémi-

cas. Por supuesto, no se encuentran todas esas espe-cies en un mismo lugar. Sin embargo, es cierto que sepresenta una gran variedad de plantas terrestres y lalista de especies particulares varía bastante entre unpunto y otro de su paisaje (Fig. 3).

Fig. 3. Especie endémica Copernicia macroglossa.

Además de pertenecer a una u otra especie, cadaplanta tendrá una «forma de crecimiento» (porte, hábito)particular. Existen plantas herbáceas (hierbas),arbustos, árboles, bejucos o lianas, y epífitas (orquídeas,curujeyes) entre otras. La abundancia de plantas conuna forma de crecimiento u otro, también varía endistintos lugaresdel paisaje, y se establecen unidadesdeterminadas. Estas clases generales de vegetación

se denominan formaciones vegetales, que sedefinen como el conjunto de plantas concierta estructura, tanto horizontal comovertical, y que tiene una morfología definida,individual y colectiva, viviendo en ciertorégimen climático.

No todos los bosques cubanos son idén-ticos entre sí. ¿Qué elementos permitendistinguir un bosque de otro? Además dediferencias en la estructura física, así comolas debidas a la clase de árbol (por ejemplo,un pinar comparado con un bosque de árbolesde hojas anchas), cada bosque se caracterizaprimero por las especies que allí habitan, esdecir por su composición florística, la cual enparte está modificada por las condicionesabióticas del lugar (suelo, relieve y humedad,entre otras). Por ejemplo, algunas plantassuelen crecer en suelos ácidos (acidófilas) comoel mantequero (Magnolia cubensis, Fig. 4), lajubá prieta (Sideroxylon jubilla) y el copal(Protium cubense); en cambio otras sedesarrollan en suelos neutros (neutrófilas) eincluyen la mayoría de las plantas cultivadas,tales como los cítricos (Citrus spp.), la gua-yaba (Psidium guajava), más algunas nativascomo el dagame (Calycophyllum candidissi-mum), la baría (Cordia gerascanthus) y el roble(Tabebuia lepidophylla). Las plantas que vivenen suelos neutros pueden a su vez clasificarseen calcífilas, aquellas que requieren abun-dancia de iones de calcio (ej.: jocuma, Side-

roxylon foetidissimum) y calcifobas, que no puedencrecer en un sustrato con calcio (vaca buey, Pisoniarotundata).

También existen plantas capaces de vivir en casicualquier tipo de suelo, como el almácigo (Burserasimaruba), el jobo (Spondias mombin) y el ramón decaballo (Trophis racemosa). Finalmente, Cuba cuentacon muchas zonas de suelos serpentínicos derivadosde la roca , la que presenta un desbalance de minerales(deficiencia de algunos importantes y exceso de otrosque son tóxicos), el cual afecta a la mayoría de lasplantas. La vegetación que se desarrolla en los suelosserpentiníticos es única e incluye un gran número deespecies endémicas.

Fig. 4. Flor de Magnolia cubensis.

La flora también varía según la humedad del suelo.Existen especies que viven en contacto directo con elagua o que son muy dependientes de esta, tales comoel bagá (Annona glabra), el júcaro (Bucida buceras), elmangle rojo (Rhizophora mangle), el patabán (Laguncu-laria racemosa) y el mangle prieto (Avicennia germinans).Los tres últimos también toleran determinados nivelesde salinidad. La mayoría de las plantas habitan en luga-res donde se alternan períodos de lluvia y seca, y pre-sentan mecanismos morfológicos y/o fisiológicos que lespermiten regular eficientemente la pérdida de agua. A estegrupo pertenecen las plantas más comunes, incluyendolas cultivadas. Pueden alcanzar con facilidad el tamañode árboles por lo que aparecen en todas las formacionesboscosas del país. Además, son las de más rápido cre-cimiento y por eso predominan en la vegetación secun-daria. Entre ellas están el cedro (Cedrela odorata), lacaoba cubana (Swietenia mahagoni) y la majagua(Talipariti elatum).

Otras plantas logran vivir en lugares con un suminis-tro insuficiente de agua la mayor parte del tiempo, yasea producto de un clima con poca lluvia o por algunacaracterística especial del sustrato. Por su historia evo-lutiva estas especies presentan mecanismos morfoló-gicos y fisiológicos que les permiten mantener un ba-lance de agua adecuado. En estos climas muchasplantas poseen abundantes espinas y una fuerte ten-dencia a la reducción del tamaño de las hojas (plantasmicrófilas), características muy difundidas a través dela flora cubana. De 1115 especies de árboles y arbus-tos representantes de las diferentes formaciones vege-tales cubanas, unas 800 (72 %) son especies con mar-cada tendencia a la microfilia, 563 son endemismos, loque evidencia que la evolución en nuestros ecosistemastiende a la resistencia a la sequía. De hecho, entre Cubay el continente americano hay muchos géneros de plan-tas compartidos, cuyas especies continentales tienenhojas grandes mientras que los representantes cuba-nos exhiben hojas y ramas pequeñas y espinosas, porejemplo los robles (Tabebuia).

La estructura de la vegetación se refiere a la disposi-ción de las plantas como un todo en el espacio, ya quelas diferentes plantas tienen distintas formas de creci-miento (alturas y portes). A veces un bosque parece pre-sentar «estratos» definidos de vegetación de múltiplesformas formas, aunque a menudo no son tan evidentes.Ellos pueden ser: estrato arbóreo, arbustivo y herbáceo.

Estrato arbóreo: Consiste en árboles, los que sue-len tener un sólo tronco leñoso y alcanzar un mínimode 5 a 6 m de altura, que unen sus copas y establecenun techo más o menos continuo. La naturaleza de esteestrato determina la clasificación de las formacionesboscosas. Los árboles han alcanzado la plena luz solary a la vez sus raíces les permiten el acceso directo alagua del suelo y el directo o indirecto (por medio de loshongos de las micorrizas) a la oferta de nutrientes. Suscopas están expuestas a las corrientes de aire y mu-chas especies producen semillas que dispersa el vien-to, aunque también hay otras con frutos carnosos cu-yas semillas son dispersadas por aves o murciélagos.Pero el hecho de ser un árbol también trae sus conse-cuencias: el árbol debe invertir mucha energía en el tron-

Page 5: Bosques de Cuba (parte I )

55555SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALco leñoso y, por ende, crece lentamente antes de al-canzar el estrato arbóreo, y una vez que lo alcance sushojas experimentan temperaturas elevadas y corren elriesgo de perder mucha agua.

Puesto que la mayoría de árboles maduros de unbosque dado presenta alturas más o menos semejan-tes, casi todo el estrato arbóreo tendrá un aspecto en-tre casi plano y algo ondulado, aunque también podríanexistir algunos árboles que sobresalen del nivel de losdemás: los árboles emergentes. En ocasión no son másque relictos de un antiguo estrato superior del arbóreo.Sin embargo, existen ciertas especies cuyos ejempla-res maduros tienden a ser emergentes. Si se tomacomo ejemplo al bosque semideciduo, uno de los másextendidos en el país como consecuencia de nuestroclima, con frecuencia se encuentran ejemplares de ceiba(Ceiba pentandra), almácigo (Bursera simaruba), pal-ma real (Roystonea regia) y guaguasí (Zuelania guidonia)sobresaliendo del estrato formado por dagame(Calycophyllum candidissimum), cedro (Cedrelaodorata), baría (Cordía gerascanthus), cuyá (Sideroxylonsalicifolium), jocuma (Sideroxylon foetidissimum) y cao-ba cubana (Swietenia mahagoni).

Estrato arbustivo: Debajo de los árboles maduroscuyas copas forman el estrato arbóreo, se encuentraun conjunto heterogéneo de plantas bastante altas, perocuyas hojas no alcanzan, o no han alcanzado todavía,la plena luz solar. Muchas son ejemplares maduros deespecies arborescentes distintas a las del arbóreo y detalla menor. Tales especies de «arbolitos» del bosquesemideciduo incluyen guara hembra (Cupania america-na), guara macho (Cupania glabra), gigua (Nectandracoriacea), gaya (Oxandra lanceolata), siguaraya(Trichilia havanensis) y yaití (Gymnanthes lucida). Losejemplares de estos «arbolitos» no invierten tanta ener-gía en su tronco como las especies del arbóreo y sufollaje experimenta temperaturas moderadas. Sin em-bargo, su falta de acceso a 100 % de la luz solar impli-ca que, en general, tampoco disponen de tanta energíapara invertir en la reproducción sexual (flores, frutos ysemillas) como las especies del estrato arbóreo. Asi-mismo, en el estrato arbustivo se encuentran los ejem-plares inmaduros de las especies mismas del arbóreo,todavía en crecimiento, y algunos arbustos antiguos ygrandes. En los bosques húmedos del continente ame-ricano el arbustivo suele incluir ciertas especies de pal-meras y ocasionalmente hierbas gigantes.

Estrato herbáceo: En este estrato se encuentran lashierbas que son plantas y plantitas de hasta 2 m dealtura, cuyos tallos no son leñosos. Además, aparecenlas plántulas y juveniles de aquellas especies que cuandomaduren podrán alcanzar el estrato arbustivo o arbóreo.

Sotobosque: En términos prácticos consiste en lasplantas con tallos y ramas que impiden el paso por elbosque, más las plantas no resistentes que se pisanmientras se hace el esfuerzo: arbustos y hierbas, res-pectivamente.

Los arbustos y herbáceas exhiben una gran riquezade especies e incluso un elevado porcentaje deendemismo. A diferencia de los árboles del estrato ar-bustivo, los arbustos y herbáceas nunca tendrán plenoacceso a la luz solar todo el día, aunque de vez encuando algunos haces de luz llegan a su follaje por unabertura entre copa y copa de los árboles. A menos quese abra un claro sobre ellos, no suelen crecer rápida-mente debido a la escasez de energía. Sin embargo,no invierten tanta energía en sus tallos delgados comolos árboles en sus tallos robustos. Las herbáceas noinvierten ninguna energía en troncos leñosos y puedencrecer con bastante rapidez, a pesar de la escasez deluz. Los arbustos y las herbáceas experimentan un ré-gimen estable de temperatura y humedad del aire. Lasraíces de los árboles les proveen acceso libre al agua ylos nutrientes del suelo. Aunque muchas herbáceas yalgunos arbustos producen semillas dispersadas por elaire; en el sotobosque hay pocas corrientes fuertes de

aire y se encuentran varias especies con pequeños fru-tos carnosos que atraen a las aves o los murciélagos.Entre las especies arbustivas del sotobosque están elpalo de caja (Allophylus cominia), la cuaba de ingenio(Amyris balsamifera), jibá (Erythroxylum havanense),guairaje (Eugenia axillaris), arabo de piedra (Erythroxylumminutifolium), y espuelas de caballero (diferentes espe-cies del género Jacquinia). Abundan los cordobanes (es-pecies diversas de la familia Melastomataceae), mijes yguairajes (especies de la familia Myrtaceae) y tapaca-minos (Psychotria) y otras especies de la familia del café(Rubiaceae). Entre las especies herbáceas están el tibisí(Arthrostylidium spp.), maguey (Agave spp.), tibisí chico(Lasiacis divaricata y, Lasiacis sloanei), tibisí (Olyralatifolia), guizazo de perro (Pharus parvifolius), cambute(Paspalum notatum), quitasol chino (Cyperus alternifolius)y algunos juncos (Rhynchospora spp.).

En algunas formaciones boscosas las herbáceas sonescasas debido a que las plantas más altas no permitenque la luz llegue al suelo, por ejemplo, en un bosquesemideciduo; mientras que en otras, los pinares, exis-ten abundantes gramíneas de hojas anchas, helechos yotras plantas herbáceas. No obstante, se encuentranherbazales en los claros del bosque. Las especies quecolonizan estos lugares perturbados no suelen sergramíneas o ciperáceas, sino «especies pioneras» dehojas anchas y crecimiento rápido bajo mucha luz.

Lianas (bejucos), trepadoras o enredaderas y epifitas:Tanto las herbáceas como los arbustos y árboles seproveen de su propio apoyo físico para alcanzar la luzsolar y/o simplemente crecer derecho. Pero otras plan-tas presentan formas de crecimiento únicas que lespermiten salir del sotobosque y en algunos casos subirhasta el estrato arbóreo, invirtiendo poca o ninguna ener-gía en el tallo propio sino aprovechando la estructuraque las demás plantas les proveen.

Las lianas o bejucos viven en los bosques. Sustallos son leñosos y largos pero flexibles y mucho másdelgados que los de los árboles. Sus raíces se encuen-tran en el suelo con acceso al agua y nutrientes, perosus ramas están en la plena luz solar del estrato arbóreo,sin haber invertido energía en la producción de un tron-co fuerte. Pueden crecer rápidamente y extenderse dela copa de un árbol a la de sus vecinos. Algunas lianastienen cientos de metros de largo, trepadas sobre lascopas de 20 árboles o más. Pero no todo es ventajoso:puesto que dependen de los árboles, cuando estos secaen las lianas caen con ellos. Sin embargo, luego deun ciclón que tumbe todos o casi todos los árboles, laslianas caídas todavía aparecen en la luz «sobre el estra-to arbóreo» de los árboles tumbados y prosperan a cortoy largo plazo, porque mientras que las plantas «indepen-dientes» se recuperan y crecen debajo de ellas, las lianasse quedan en la luz, sin tener que pasar otra vez por lasombra para alcanzarla. Por tanto, el desarrollo excesi-vo de las lianas puede reflejar perturbaciones naturales oantrópicas del pasado.

En el sotobosque viven las enredaderas. Su «estilode vida» se parece mucho al de las lianas (por ejemplo,cruzan los espacios abiertos entre ramas o entre dife-rentes plantas de apoyo), excepto que su tallo no esleñoso (puede ser medio leñoso) y es delgado. Además,las del sotobosque no alcanzan el estrato arbóreo. Lasplantas trepadoras también tienen sus raíces en el sueloy suelen ser no leñosas, pero a diferencia de las lianas yenredaderas crecen pegadas a los troncos de árbolesdel bosque hasta que a un nivel intermedio (casi nuncael arbóreo) producen hojas más grandes o una agrupa-ción de hojas, florecen y fructifican. Algunas de las espe-cies más comunes de lianas y bejucos son: el bejucotortuga (Bauhinia glabra), bejuco colorado (Davilla rugo-sa, Doliocarpus dentatus), bejuco guara (Tetraceravolubilis) y la raíz de China (Smilax spp.).

Las plantas epifitas son aquellas que llegan comosemillas o esporas a las ramas y troncos de otras plan-tas y allí crecen sin ninguna conexión con el suelo,

pero sólo utilizan las otras como soporte, sin hacerlesdaño. Incluyen a los curujeyes, muchas orquídeas, al-gunos helechos y unos pocos cactus. Es decir, lasepIfitas se benefician de la luz solar sin haber invertidonada en un tallo. Pero las consecuencias de no tenerlas raíces en el suelo son la imposibilidad de un accesodirecto a la oferta de agua y nutrientes. Por ende, elestrato arbóreo aun de un bosque que reciba muchaprecipitación, para ellas es como un desierto entre llu-via y lluvia, y las fuentes más importantes de nutrientesson el polvo, la hojarasca que cae (en los curujeyes) ylos pequeños animales o sus restos. A pesar de la abun-dancia de luz, crecen lentamente. También hay muchasepifitas debajo del estrato arbóreo, pegadas a los tron-cos o ramas inferiores de arbustos y árboles. Están encondiciones menos estresantes que las de sus análo-gos en el arbóreo, con mayor humedad y acceso anutrientes de la hojarasca y animales, pero tienen menosluz. Sin embargo, en Cuba se observa que las epifitasson conspicuas, y se hallan desde los manglares has-ta los ambientes más secos, donde aparecen curujeyesque crecen sobre los cactus grandes.

Las especies y la abundancia total de las epifitasvarían ampliamente entre las diferentes formacionesvegetales, en algunas de las cuales (como los bosquessemideciduos) tienen poco desarrollo, mientras que enlos bosques pluviales son muy abundantes. Sus semi-llas o esporas son dispersadas por el viento en la ma-yoría de los casos. Los principales representantes delas epifitas son los curujeyes (familia Bromeliaceae),las orquídeas (familia Orchidaceae) y los helechos (es-pecies de diferentes familias, como Aspleniaceae, Poly-podiaceae y Dennstaedtiaceae). No obstante, existenplantas de otras familias que pueden ser epifitas, comolas peperomias (familia Piperaceae) y la disciplinilla(Rhipsalis baccifera, familia Cactaceae).

Plantas no vasculares y hongos: Estos grupos, queincluyen a los musgos, hepáticas, líquenes y hongos,entre otros, están mucho menos estudiados y son me-nos conocidos que las plantas vasculares analizadas.Aparecen en todas las formaciones vegetales aunquelos musgos y hepáticas son poco comunes en los am-bientes más secos y cálidos.

Fig. 5. Curujeyes en un bosque siempreverde micrófilo,Cayo Santa María.

Los bosques son ecosistemas altamente producti-vos e importantes, tanto para el funcionamiento sanode todo el planeta, como para el paisaje en que ustedvive. Son ellos los que aportan más biomasa por unidadde superficie . Producen mucho oxÍgeno y absorben eldióxido de carbono que de otra manera contribuiría alcalentamiento global. Los suelos cubiertos de bosquespresentan mucha materia orgánica como resultado dela descomposición de la hojarasca y están protegidosfrente a la erosión, gracias a la acción de las raíces delas más variadas plantas.

Page 6: Bosques de Cuba (parte I )

66666 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALDe la flora de Cuba 60 % está constituido por árbo-

les y arbustos, y 40 % son plantas herbáceas, por loque los bosques cubanos exhiben una considerable ri-queza de especies en los estratos arbustivos y arbóreos.Además, existe un elevado porcentaje de endemismo,característico de nuestra flora, también expresado enlos bosques cubanos. Cuba Oriental es considerada la«cuna» de la flora cubana, y el mayor centro de espe-ciación de las Antillas junto a la región occidental de LaEspañola (Haití y República Dominicana).Precisamentelos bosques del Oriente del país son los que exhiben elmayor número de endémicos: alrededor de 24 génerosy más de 1500 especies constituyen endemismos es-trictos de las zonas montañosas húmedas, pertenecien-tes a los macizos de Nipe-Sagua-Baracoa y la SierraMaestra; y las zonas áridas costeras y subcosteras.Algunos ejemplos de especies endémicas que habitanen nuestras formaciones boscosas son: el aguacatecimarrón (Dendrocereus nudiflorus), la vigueta naranjo(Chione cubensis), el roble (Tabebuia oligolepis), laguana (Hildegardia cubensis) y el rascabarriga o arraigán(Espadaea amoena).

Fauna « Silba el grillo; el lagartijo quiquiquea, y su coro le

responde: aun se ve, entre la sombra, que el monte esde cupey y de pagúa, la palma corta y espinada; vuelan

despacio en torno las animitas; entre los nidosestridentes, oigo la música de la selva, compuesta y

suave, como de finísimos violines; la música ondea, seenlaza y desata, abre el ala y se posa, titila y se eleva,

siempre sutil y mínima…»

José Martí

Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos.

Mientras reposaba el cansancio del camino, nuestroapóstol deparaba en la belleza y singularidad de loscampos cubanos, de sus maniguas y bosques. En sustextos admiraba la mágica melodía de su música, sufrescura y su verdor, y se percataba de la armónica com-plicidad entre plantas y animales. En las líneas a conti-nuación se pretende enumerar y describir algunos delos atributos más notorios de la fauna que habita ennuestros bosques, sin particularizar en las formacionesvegetales que se verán adelante. Usualmente en estetipo de acercamiento, gozan de mayor suerte losvertebrados (mamíferos, aves, reptiles y anfibios) y al-gunos de los grupos más conspicuos de invertebradoscomo las mariposas y los moluscos, pero en esta oca-sión se intenta ofrecer también información de otraspequeñas criaturas invertebradas, que desde la hoja-rasca u otros estratos, contribuyen decisivamente a lascomplicadas tramas biológicas que allí tienen lugar.

VertebradosEstos se destacan por su marcado endemismo, que enalgunos grupos como los anfibios supera 90 %. Aladentrarse hoy en un bosque cubano no se encuentrangrandes mamíferos, ni aspectos, ni formas sensacio-nales como los de las selvas tropicales de África, Amé-rica Central y del Sur. No obstante, se conoce que en elpasado vivieron acá especies gigantes de perezososde dos dedos (megaloníquidos neotropicales) muy rela-cionadas con las de Centro y Suramérica. Existen sóli-das evidencias, además, de que nuestros bosques fue-ron habitados por monos (Paralouatta), que según suaspecto locomotor tenían hábitos semiterrestres, comoalgunos monos del viejo mundo y, al menos, dos espe-cies de pequeños insectívoros de aspecto grácil(Nesophontes), emparentados con las musarañas quehoy viven en Norte América y que por su registro fósil,parecen haberse distribuido en toda la isla.

Entre los mamíferos cubanos autóctonos, los mur-ciélagos (orden Chiroptera) son el grupo mejor repre-sentado; habitan en nuestro archipiélago 26 especies,que representan 45 % de la fauna de quirópteros antilla-

nos. Aunque de una u otra manera casi todas frecuen-tan los bosques, casi la mitad de ellas muestra unaclara dependencia de los recursos que estos les brin-dan. Esta dependencia se expresa en términos de refu-gios y fuentes de alimentos. Así, algunas especies secobijan en el follaje, ya sea abierto o compacto, en lasoquedades de los troncos de árboles y las palmas detodo tipo.

Las jutías (familia Capromyidae) son un grupo deroedores fitófagos, arborícolas por excelencia y exclu-sivos de las Antillas. En Cuba habitan 10 especies (nuevede ellas endémicas); algunas han sobrevivido en mu-chas regiones de la Isla; otras, como las del géneroMesocapromys, tienen su distribución restringida a pe-queños cayos del norte y sur de la Isla y hoy enfrentanserio peligro de extinción, por lo que los bosques demangles son hábitat crítico para su conservación. En-tre los mamíferos terrestres cubanos no podría dejar demencionarse al almiquí (Solenodon cubanus), únicaespecie de insectívoro que ha logrado sobrevivir en laisla hasta hoy, pero que enfrenta un serio peligro deextinción debido a la paulatina destrucción de su hábitaty la introducción de especies exóticas, como perros,mangostas y gatos ferales. Sus escasas poblacionesparecen estar restringidas a los bosques mejor conser-vados del oriente de la isla, en el macizo de Nipe-Sagua-Baracoa y quizás en algunos reductos de la SierraMaestra.

Un bosque puede hacerse más o menos atractivo ala vista y al oído de muchas personas, por la belleza,diversidad de formas, coloridos y sonidos que sus avespueden exhibir. Hasta la fecha en el País han sido reco-nocidas 372 especies (28 viven sólo en Cuba), de las558 que habitan en el Caribe insular. Más de 50 % delas especies registradas para la Isla son migratorias,pues sobre nuestro archipiélago atraviesan dos de lasrutas migratorias más importantes entre Norte ySuramérica.

Con la excepción de pocas especies (mayormentemarinas) todas las aves utilizan los beneficios que lesbrindan los bosques. Algunos grupos están adaptadose incluso especializados exclusivamente a la vida eneste tipo de hábitat y les son indispensables sus recur-sos para la alimentación y la reproducción. Tal escaso de los bien conocidos pájaros carpinteros (ordenPiciformes), con seis especies, cinco de las cuales sonendémicas. Mención especial merece la subespecie decarpintero real (Campephilus principalis bairdii), cuyosúltimos avistamientos datan de hace más de 20 añosen la zona de Ojito de Agua, en las montañas de Sagua-Baracoa. Esta especie, por su tamaño y especializa-ción, requería de grandes extensiones de bosques, conárboles cuyos diámetros fuesen suficientemente gran-des para garantizar alimentos y sitios de nidificación.De manera desafortunada, estas condiciones se fueronhaciendo cada vez más limitadas debido a la destruc-ción y fragmentación de este hábitat y aunque algunoscientíficos aún albergan la esperanza de reencontrarla,otros muchos la consideran ya extinta.

Los pájaros carpinteros, al abandonar sus nidos conel vuelo de los pichones, ofrecen un extraordinario ser-vicio a otras aves del bosque como el tocororo (Priotelustemnurus), la cotorra (Amazona leucocephala), el catey(Aratinga euops), los sijúes (Glaucidium siju yGymnoglaux laurencii), entre otros, que aprovechan es-tas cavidades para depositar sus huevos y criar a suprogenie.

Otro grupo de aves que tipifica los bosques y cuyosarrullos enriquecen la sonoridad de los amanecerescubanos son las palomas silvestres. En Cuba se cono-cen 12 especies, muchas de las cuales utilizan los di-ferentes estratos de la vegetación boscosa para cons-truir sus nidos y alimentarse de granos y semillas.Particularmente hermosas son las cuatro especies depalomas terrestres cubanas, donde se combinan tonose iridiscencias en sus plumajes que van desde el pardorojizo hasta el azul metálico.

Las 41 especies de bijiritas o chinchilas (familiaParulidae) que en su mayoría son residentes invernales,excepto la chillina (Teretistris fernandinae) y el pechero(T. fornsi) que son dos endemismos, el canario de man-glar (Dendroica petechia) y la bijirita del pinar (D.pityophila), que anidan en Cuba, destacan a pesar desu pequeño tamaño, por el colorido de su plumaje ysus vivaces movimientos. Usualmente acompañan aestas aves, nueve especies de vireos o verdones, indivi-duos de tamaño y conducta similares a los de lasbijiritas, pero con el pico curvo hacia abajo y colora-ciones más opacas, uno de los cuales es endémico yse le puede escuchar todo el año con su típico cantarjuan chiví (Vireo gundlachii).

Otras aves que habitan los bosques son: lacartacuba o pedorrera (Todus multicolor), endémico cuyaconducta, tamaño y colorido resultan particularmenteatractivos a la vista; el ruiseñor cubano (Myadesteselizabeth), que junto a otro endémico del archipiélago,el tomeguín del pinar (Tiaris canora) exhibe uno de loscantos más melodiosos entre las aves cubanas. El arrie-ro (Saurothera merlini), con varias subespecies endé-micas, el sinsontillo (Polioptila lembeyei), endémico quehabita desde la región central hasta el extremo orientalde la isla, el cabrero (Spindalis sena), y los zunzunes ocolibríes (familia Trochilidae), entre los que resalta elzunzuncito o pájaro mosca (Mellisuga helenae), el avemás pequeña del mundo (los machos apenas alcanzanlos 60 mm de longitud y una masa de menos de 2 g),exclusiva del territorio cubano.

También muestran preferencias por las áreasboscosas aves como: los pitirres y bobitos (familiaTyrannidae), zorzales (familia Turdidae), ictéridos(solibio, toti, etc.), algunas de nuestras aves rapaces(orden Falconiformes, rapaces diurnas como los gavila-nes y el orden Strigiforme, rapaces nocturnas como lalechuza, la siguapa, el cárabo, etc.). Los bosques demangle y de ciénaga albergan más de 60 especies deaves acuáticas, y les brindan abundante alimento, si-tios de descanso protegidos y condiciones propiciaspara la reproducción. Durante la etapa de cría, en estoshumedales es posible encontrar congregaciones desdepequeños grupos de escasos individuos hasta coloniasde miles de parejas nidificando, de una sola especie omultiespecíficas. Sus deyecciones son elementos cla-ves para la ecología de los bosques de mangles.

El archipiélago cubano es pródigo en cuanto a ladiversidad y endemismo de su fauna de reptiles, con142 especies conocidas y endemismo superior a 80 %.Representantes de tres de los cuatro órdenes vivientesdel planeta, habitan los ecosistemas cubanos(Crocodylia, Chelonia y Squamata); sólo cinco espe-cies son marinas, por lo que se presentarán algunas delas más carismáticas e interesantes de las 135 restan-tes, muchas de las cuales frecuentan nuestros bos-ques. En Cuba habitan 102 especies de lagartos (ochofamilias) y 31 especies de serpientes (cinco familias),todas dentro del orden Squamata. Entre los lagartosresaltan las del genero Anolis (familia Polychrotidae),que con 62 especies incluyen 40 % de las especies dereptiles cubanos (Fig. 6). Dos familias de lagartos conespecies típicas de bosque son Gekkonidae yTropiduridae. En Cuba la primera comprende al menoscuatro géneros de los cuales Sphaerodactylus con 19especies (16 de las cuales son endémicas) ha coloni-zado una amplia gama de hábitat, entre los que se in-cluyen los bosques húmedos, tanto de zonas llanascomo montañosas. La otra familia, Tropiduridae, inclu-ye a seis especies del género Leiocephalus, conocidoscomúnmente como bayoyas o iguanitas. Estas tienenapariencia robusta, cabeza corta y larga cola; mues-tran hábitos terrestres y se distribuyen en toda la isla.Las bayoyas se asocian a las formaciones boscosasmás próximas a las costas y aunque en la mayoría delos casos no se adentran mucho en éstas, se hacenbastante visibles en los linderos con sus rapidísimosmovimientos.

Page 7: Bosques de Cuba (parte I )

77777SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALEn las formaciones costeras de casi todo el archi-

piélago, ya sean arenosas o rocosas, es posible en-contrar al mayor de los lagartos cubanos, pertenecien-tes a la familia Iguanidae. La iguana cubana (Cycluranubila) llega a medir 1,5 m y pesar hasta 15 kg, es unlagarto dócil e inofensivo, que puede incluso convivir conel hombre. Se alimenta principalmente de materia ve-getal (hojas, flores y frutos), aunque también incluyeninsectos y crustáceos. Sus refugios preferidos son lasgrietas y agujeros en las rocas, y trepan a las copas delos árboles en ecosistemas de manglar.

Fig. 6. Especie de Anolis en el tronco de un árbol.

En la temporada de cría, los manglares y bosquesde ciénaga son frecuentados por las hembras de lastres especies de cocodrilos que habitan el territorio(Crocodylus acutus, Crocodylus rhombifer y Caimancrocodylus), las dos últimas prefieren los sitios asocia-dos a aguas dulces, ciénagas, pantanos y marismas,mientras que la primera puede incluso estar en aguassaladas. Estas construyen sus nidos en montículos detierra, ramas y hojas, protegidos entre la vegetación,que cuidan celosamente hasta la eclosión. En loshumedales son de las especies más temidas, sobretodo en la época de cría cuando las hembras se tornanmuy agresivas, mientras defienden su descendencia.

De las 31 especies cubanas de serpientes, 28 pue-den encontrarse en los bosques y sólo tres de ellas noson endémicas. Las familias más numerosas sonTropidophidae (16 especies) y Colubridae (11), todas, porlo general, de pequeña talla, ninguna es venenosa, y noatacan al hombre, se alimentan sobre todo de pequeñasaves, lagartos y ranas. Merece particular mención lamayor boa de las Antillas, el majá de santa maría(Epicrates angullifer), que alcanza hasta 6 m de largo.Es exclusivo de Cuba y a pesar de ser terrestre, trepa alos árboles en busca de alimento o sitios de reposo.Aunque es constrictora, o sea, vence a sus presas porasfixia, es una especie inofensiva para los humanosque se alimenta de pequeños mamíferos (murciélagos,ratas y jutías) y aves.

Casi la tercera parte del total de especies de anfi-bios registrado para las Antillas, habita en el archipiéla-go cubano (62 especies), y alcanza 95 % de endemis-mo. Todas pertenecen al orden Anura y han sidoagrupadas en cuatro familias Bufonidae (8 especies desapos, todos endémicos), Leptodactylidae (52 especiesde campanitas y ventorrillas del género Eleuthero-dactylus, de las que sólo una no es endémica), Hylidae(la rana platanera) y Ranidae (la rana toro, introducida).Los anfibios viven en una gran variedad de hábitat, des-de el nivel del mar hasta el punto más alto de nuestrageografía.

Los bosques, y en especial los de los cuatro princi-pales macizos montañosos, son los que albergan lamayor diversidad de especies de anfibios, y se desta-can los de Nipe-Sagua-Baracoa y la Sierra Maestra,con más de 15 especies cada uno. Los anfibios cuba-nos en su mayoría muestran una clara independenciadel agua para la reproducción (excepto los ocho saposy las dos ranas), pues colocan sus huevos en sitioshúmedos (hojarasca, curujeyes, musgos, intersticios

entre las rocas, etc.), desde donde emergen pequeñasranitas en miniatura sin necesidad de acudir a los cuer-pos de agua, o sea, no tienen fase larval o de renacua-jo. De esta manera han logrado colonizar casi todoslos estratos del bosque: mientras algunas especiesdesarrollan sus actividades vitales entre la hojarascadel suelo, donde encuentran las condiciones propiciaspara su supervivencia y reproducción, otras han desa-rrollado adaptaciones morfológicas y conductuales queles permiten explotar estratos más altos en la vegeta-ción (la rana platanera, Osteopilus septentrionalis y ochoespecies de Eleutherodactylus arborícolas), incluidas eneste ultimo género existen especializaciones tales comolas ranas bromeliadícolas, que tienen su cuerpo aplasta-do dorso-ventralmente, grandes discos digitales que lespermiten trepar por las lisas hojas de los curujeyes y,refugiarse entre las axilas de estas plantas donde seacumula el agua de lluvia e incluso colocar sus huevos yalimentarse sin necesidad de bajar al suelo del bosque.

InvertebradosEste abigarrado grupo de organismos está compuestofundamentalmente por los representantes del filoArthropoda (animales de apéndices articulados y cuer-po segmentado, cubierto por un exoesqueleto), entrelos más familiares, por su omnipresencia y variedad deformas, los crustáceos (que en gran parte son acuáti-cos), los insectos, arácnidos y miriápodos. Pero alre-dedor de otros 30 filos, muchos de ellos marinos, for-man parte de los llamados animales invertebrados. Porsu enorme importancia para este curso, no se puededejar de mencionar a los moluscos (filo Mollusca), losnemátodos (filo Nemátoda) y las lombrices de tierra (filoAnnelida, clase Oligochaeta).

En las ramas de los árboles, en las flores, en losfrutos, en el interior de la madera o las raíces, en cual-quier órgano o parte vital del árbol que se yergue enmedio de la selva tropical (o monte, que es como elcubano suele nombrarla), habita una extraordinaria co-munidad de invertebrados que hallan en estos sustratossu alimento, refugio, o sitio de reproducción. Por lo ge-neral, se fija la atención en los elementos más conspi-cuos y vistosos de esta fauna: las policromas maripo-sas, las abejas que revolotean alrededor de las flores, oel atractivo caracol que se desplaza con lentitud sobrela vegetación húmeda. Pero en lo más oculto del bos-que se desarrolla el silencioso mundo de los pequeñosinsectos, ácaros, arañas, miriápodos y cochinillas dehumedad, por mencionar algunos.

Los principales invertebrados polinizadores son losinsectos, fundamentalmente himenópteros (e. g., lasabejas), lepidópteros, dípteros, coleópteros y thrips (or-den Thysanoptera). Esta alianza mutualista entre plan-tas y artrópodos es tan determinante para unos comopara otros. Entre las angiospermas, 90 % depende dela polinización por artrópodos para la producción de fru-tos y semillas; pero si no existieran tales plantas, seextinguirían decenas de miles de especies de insec-tos, con su consecuente implicación para el ecosistema.

La dispersión de semillas constituye otra interacciónde mutuo beneficio entre el bosque y determinados ele-mentos de la fauna. Entre los invertebrados merecenuna mención especial las hormigas. Para algunas plan-tas del bosque, este constituye un eficiente modo depoblar nuevos territorios.

El estrato arbóreo de los bosques jamás es mues-treado; la fauna de la hojarasca y del suelo raras vecesrecibe suficiente atención; la microfauna y la mesofauna(entre los que se encuentran organismos tan importan-tes como los ácaros y colémbolos) muchas veces sonobviadas o ignoradas. En otras ocasiones, es la faltade especialistas que identifiquen determinados grupos,como los miriápodos y algunos órdenes de insectos(Psocoptera, Thysanoptera, Orthoptera, Dermaptera,microlepidópteros, entre otros) o por empleo de las téc-nicas de muestreo, lo que incide en los magros resulta-dos de tales inventarios.

En los extensos bosques pluviales de los trópicos ysubtrópicos de América, un solo árbol puede albergar a50 000 artrópodos pertenecientes a más de un cente-nar de especies. Por ejemplo: en una pluvisilva de Perúse muestreó el estrato arbóreo de dos árboles inter-digitados (33 m de altura, 11 m de diámetro), el cualocupaba un área de 92,7 m2. Como resultado se obtu-vieron 82 391 especímenes de insectos, arácnidos ymiriápodos, donde las hormigas (57 322 especímenes)son el grupo numéricamente dominante, seguido porlos coleópteros (7 523), los psocópteros (3 314) y losdípteros (2 062). La muestra obtenida incluyó represen-tantes de 17 órdenes de insectos, además de arácni-dos (ácaros, arañas, pseudoescorpiones, alacranes) ymiriápodos, aunque más que la cantidad resaltó la di-versidad de especies hasta entonces desconocidas porlos científicos. Investigaciones en otros países tropica-les mostraron resultados similares que demuestran, enprimer lugar, la enorme importancia que posee el estra-to arbóreo de los bosques para la fauna; y en segundotérmino, el escaso conocimiento que existe sobre estepeculiar microhábitat.

La capa de hojarasca y el suelo sobre el que seasienta forman parte integral del bosque. Es precisa-mente en el suelo donde se produce una parte valiosadel flujo de energía de los bosques, en el cual tienenuna participación activa y de gran trascendencia nume-rosas especies de invertebrados, algunas de ellas re-presentadas por una elevada biomasa. Al reciclaje denutrientes y la aireación del suelo contribuyen, con suactividad biológica, las lombrices de tierra (filo Annelida:clase Oligochaeta), hormigas, termitas, colémbolos,coleópteros saprófagos y xilófagos, cucarachas, cochi-nillas de humedad (orden Isopoda) y las arañas migalo-morfas, por solo citar algunos.

Para muchos animales resulta más importante laestructura del bosque que su composición florística.Otros poseen gran plasticidad ecológica que les permi-te adaptarse exitosamente a diferentes bosques. Ladistribución geográfica de algunos depredadores depen-de más bien de la disponibilidad de alimento que deltipo de bosque.

Un número no despreciable de invertebrados, en sumayoría insectos fitófagos, establecen una estrechaasociación con una familia, un género o una especie deplanta. Por ejemplo: las larvas de los primitivos himenóp-teros del género Neodiprion (familia Diprionidae) se ali-mentan exclusivamente de los brotes tiernos del pino(Pinus spp.), por lo que su distribución está muy vincu-lada a los bosques de estas coníferas.

La ausencia de grandes elevaciones en Cuba contri-buye a que muchos elementos de la fauna, sobre todoaquellos de amplia distribución nacional, estén presen-tes en las formaciones vegetales que satisfagan susprincipales requerimientos ecológicos, ya sean alimen-tarios, reproductivos o de otra índole. Esto hace que,por ejemplo, el bosque pluvial de baja altitud, el bosquesiempreverde mesófilo de baja altitud y los bosquessemideciduos, que poseen características estructura-les muy parecidas, estén pobladas por una fauna quedifiere muy poco entre las diferentes formaciones vege-tales: alacrán colorado (Rhopalurus junceus), arañas(Micrathena militaris), caracoles (Liguus fasciatus), en-tre otros. Algo similar se presenta al comparar las res-pectivas faunas del bosque pluvial montano y el bosquenublado típico, situados entre los 800 y 1600 m snm.

Las formaciones vegetales costeras (complejos devegetación de costa rocosa y arenosa, matorral xero-morfo costero y subcostero con abundancia de sucu-lentas, bosque siempreverde de mangle) se caracteri-zan, en cuanto a su fauna, por la presencia de algunoselementos estrechamente vinculados al medio acuáti-co (marino), entre los que se destacan los moluscos delos géneros Cerion y Cenchritis, así como varias espe-cies de cangrejos, entre otros.

El matorral subpáramo (monte fresco) está restrin-gido al Pico Turquino, máxima elevación del país. A

Page 8: Bosques de Cuba (parte I )

88888 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALpesar de que no existe ningún estudio que ofrezca elinventario de su fauna (triste privilegio que comparte conlas restantes formaciones vegetales del país), al me-nos se conocen varios taxones, entre ellos la cochinillade humedad Matazonellus turquinensis (familiaArmadillidae), cuya distribución geográfica parece es-tar restringida al mismo.

El bosque, desde las hojas y ramas del estratoarbóreo hasta el suelo enmarañado de raíces, constitu-ye el laboratorio natural donde miles de especies deplantas y animales desarrollan el complejo y laberínticoproceso de la evolución. Comprender sus interaccionesy mecanismos resulta un reto científico y una necesi-dad para el futuro de la humanidad.

Suelos, relieve, agua y climaEn relación con el relieve se destacan las montañas,las alturas y las llanuras por su gran complejidad y di-versidad, debido a la dinámica e interacciones perma-nentes de factores endógenos y exógenos, que ha con-llevado un rejuvenecimiento activo de la cobertura edáficaque sustenta los bosques actuales, los cultivos agríco-las y los pastizales fundamentalmente, aunque en va-rios siglos anteriores casi 95 % del territorio nacionalestaba cubierto por vegetación forestal.

Los cuatro grupos montañosos fundamentales(Guaniguanico, Guamuhaya, Sierra Maestra y Sagua-Moa-Baracoa) ocupan 18 % del territorio nacional y estándispuestos en forma de grupos aislados separados porllanuras. En ellos aparecen dispersas verticalmente 9de las 16 formaciones forestales.

Las alturas ocupan territorios considerables de Cuba(17 %), no alcanzan casi nunca la cota 400 m snm, y enalgunas regiones naturales aparecen en forma de peque-ños grupos aislados y circundados también por llanuras.En cambio las llanuras ocupan cerca de 65 % de la su-perficie total del país y se extienden desde el extremooccidental hasta el centro de las 5 provincias más orien-tales, interrumpidas por zonas montañosas y alturas.

Los suelos del archipiélago cubano presentan unanotable variación en sus propiedades físicas, químicasy biológicas, debido a la compleja estructura geológicay geomorfológica, así como a los cambios climáticos yde vegetación que intervinieron en su origen y forma-ción en el tiempo y el espacio, desde épocas geológicasantiguas hasta la reciente. En este sentido, en las zo-nas montañosas de las regiones central y oriental, seobserva una distribución vertical de los suelos, debido alcambio climático, altitudinales y de vegetación que apa-recen a medida que se asciende la vertiente, por aumen-tar las lluvias y disminuir las temperaturas. Los sueloscon cubierta forestal poseen rasgos distintivos al de lossuelos destinados a los cultivos agrícolas y pastizales.Lo anterior se fundamenta en que la cubierta forestal pro-porciona condiciones que permiten procesos muy diná-micos en cuanto al ciclo de nutrientes y a la descompo-sición de la materia orgánica, con la consiguienteformación de compuestos y ácidos organo-minerales queregulan el lavado y lixiviación de nutrientes y arcilla.

La clasificación genética de los suelos de Cuba es-tablece 10 agrupamientos. Los de mayor distribuciónson los Pardos que representan 27,3 % (2,4 millonesde ha), los Ferralíticos con 23,6 % (2 millones de ha) ylos Vertisuelos con 12 %, equivalente a 1 millón de ha.Dentro de las propiedades físicas se destaca la textu-ra, la cual está determinada por el diámetro de laspartículas que constituyen el suelo, que comprende laarena, el limo y la arcilla. La textura es una de laspropiedades físicas del suelo que más influye en el mo-vimiento del agua y la circulación del aire, así como enla determinación de la lámina de agua que se puedealmacenar para abastecer a los árboles. Los perfiles desuelos con mayor contenido y distribución porcentualde las fracciones más finas (limo y arcilla), tienen ma-yor almacenamiento de agua, expresada como capaci-dad de campo, todo lo contrario cuando predomina lafracción arena.

Desde el punto de vista forestal, este tipo de distri-bución de las partículas por el perfil de los suelos, co-bra especial importancia, ya que en la repoblación fo-restal realizada en el país se comprobó que el sitio o la«Estación» forestal resultó más productivo, donde eltipo de suelo presenta mayor capacidad de almacena-miento de agua disponible para los árboles. Los sue-los, las aguas y la vegetación forestal forman un siste-ma complejo e interdisciplinario, resumido en el ciclohidrológico dentro del espacio cuenca hidrográfica, porlo que cualquier acción transformadora en sus compo-nentes afecta severamente a dicho sistema. En lascuencas hidrográficas el agua se cataloga como el ele-mento básico, fundamental e integrador de las relacio-nes entre el hombre, sus demandas, intereses, cos-tumbres y los recursos naturales que están dentro delas mismas.

La vegetación forestal por sus funciones hidrorre-guladoras, hidroprotectoras y antierosivas muy supe-rior a cualquier otro tipo de cobertura del suelo, aportabeneficios directos e indirectos esenciales para el de-sarrollo agropecuario sostenible, por sus relaciones re-cíprocas con los sistemas de producción, al proteger ymantener la fertilidad del suelo, la calidad de las aguas,suavizar los rigores del clima, entre otros, durante elproceso de producción agroalimentaria en las cuencashidrográficas. Por eso, la deforestación incontrolada paraconvertir las tierras en uso agrícola y ganadero y la de-gradación de las masas boscosas, al expandirse la fron-tera agrícola, conlleva la destrucción de la estructura yfertilidad de los suelos, así como la pérdida de su capa-cidad de almacenamiento de agua, lo que pone en peli-gro la seguridad alimentaría de la población que depen-de del escenario agrario.

Estudios hidrológicos forestales en diversas condi-ciones de suelos, clima y vegetación del país indicaronque la cubierta forestal retiene más de 2,5 veces la hu-medad en el suelo que los cultivos agrícolas y pastizales.Igualmente indicaron que en pastizales la evaporacióno pérdida de agua en el suelo es más de 4 veces mayorque en el bosque de hojas anchas, debido a la presen-cia de la capa de hojarasca que se acumula en la su-perficie del suelo que impide la salida del agua hacia laatmósfera. También se encontró que en diversasmicrocuencas de tamaño menor de 1 km2 ocupadaspor pinares, bosques de latifolias, pastizales y cultivosagrícolas, existen diferencias notables en la velocidadde escurrimiento subterráneo, en los pinares es de 23m/día, 8 m/día en bosques de latifolias y hasta 37 m/día en pastizales y áreas de cultivos anuales. Esto sig-nifica que la cobertura boscosa permite disponer de másagua en las cuencas durante la época de sequía, quelos pastizales y cultivos.

Como Cuba se encuentra ubicada en la zona tropi-cal, en el sudoeste de la periferia del máximo noratlánticode presión atmosférica, está sometida a la acción de losvientos alisios del noreste en invierno y del este-noresteen el verano. Asimismo, influyen en su régimen climático,las poderosas corrientes de aguas cálidas que forman lacorriente del golfo (Gulf stream), las cuales en dos flujosbañan las costas del país todo el año. Sin embargo, enel interior se manifiestan características climáticas con-tinentales, expresadas en el aumento de las amplitudesde las temperaturas diarias y anuales, en el carácter delos vientos costeros, etc. Un rasgo muy característicodel comportamiento de las temperaturas es que dismi-nuyen desde las costas hacia el interior en las partesllanas, pero en las zonas montañosas no ocurre así, alexistir un gradiente muy especifico que disminuye con elascenso a la vertiente.

El régimen de lluvias se caracteriza por el incremen-to de este a oeste y de las costas hacia el interior de laisla. Sin embargo, en los cuatro sistemas montañososexiste una marcada distribución vertical en el sentidodel aumento con la altura respecto al nivel del mar, com-portamiento contrario a las temperaturas en estas re-giones.

Las formaciones forestales naturales, especies y gru-pos de especies exigen para su crecimiento y desarrollonormal condiciones climáticas y edáficas específicas,aunque hay especies que tienen mayor capacidad deadaptación a diversas condiciones edafoclimáticas, lla-madas pioneras, generalmente introducidas en el país,como del género Casuarina, Eucaliptus, Acacia, etc,que en la actualidad cubren decenas de miles de hec-táreas, logradas a través de diversos planes de refores-tación. Según resultados de investigaciones obtenidoscon la introducción de especies forestales exóticas encondiciones extremas climáticas, estas han mostradomejor crecimiento y desarrollo que las autóctonas, de-bido a que aquellas perdieron su capacidad de adapta-ción a su medio natural, ya que las condiciones fores-tales desaparecieron, pero las introducidas las crean(al modificar las propiedades del suelo y las condicio-nes climáticas).

Funciones e interacciónsus componentes

Interacciones de los animales y las plantas

Desde su aparición sobre la faz de la tierra, las plantashan estado sometidas a la presión selectiva de un ele-vado número de animales que se alimentan de ellas,ante los cuales han desarrollado sustancias, mecanis-mos y estructuras de defensa. El surgimiento de losprimeros árboles y la posterior aparición de las plantascon flores (angiospermas), marcaron el inicio de proce-sos de coevolución, entre algunas plantas y ciertos ani-males. En tal sentido, algunas angiospermas desarrolla-ron complejos mecanismos de reproducción directamentevinculados a los hábitos alimentarios de determinadosgrupos de animales.

El ciclo de vida de un arbusto o árbol, por ejemplo,empieza como una semilla que ha llegado a un puntoapto para su germinación. En algún momento germinay sale la plántula. Ésta sigue creciendo hasta que al-canza la madurez, es decir la capacidad de florecer.Las flores fecundadas producen frutos y semillas quemaduran en un período más o menos prolongado, endependencia de la especie involucrada. Finalmente lassemillas abandonan a la planta madre y algunas llegana puntos aptos para su germinación.

En cada momento de su ciclo de vida la planta expe-rimenta una amplia gama de interacciones con los ani-males de su entorno. Las interacciones no incluyen lacompetencia, aunque las acciones de los animales inci-den fuertemente en la competencia entre planta y planta(por ejemplo: ciertas hormigas participan de forma direc-ta al cortar las otras plantas que podrían competir con elarbusto o árbol en que viven). Sin embargo, incluyen unagran variedad de interacciones explotativas, tanto el pa-rasitismo como la depredación y mutualistas.

A continuación se presentan las interaccionesexplotativas entre plantas y animales.

Parasitismo: Un gran número de animales, desdenemátodos y larvas microscópicas de insectos hastalas vacas y los seres humanos, explotan la materia ve-getal como alimento sin matar a la planta. Por esto,tales animales son (somos) parásitos de las plantas yde suma importancia en casi todos los pasos del ciclode vida de esta. Por ejemplo, la mayor parte de losinsectos escamas o guaguas (Hemiptera: Cocoidea))son fitófagos y atacan cualquier estructura de sus plan-tas hospedantes. Algunos resultan plagas de los culti-vos y causan grandes pérdidas económicas, mientrasotras han sido encontradas en áreas naturales defoliandoespecies arbustivas y arbóreas (géneros Kilifia, Inglisia,Protopulninaria, Eucalymnatus, entre otros). Por otraparte, aparecen los herbívoros más obvios, como cier-tos invertebrados (insectos, moluscos) y vertebrados(rumiantes, ungulados, etc.) que se alimentan constan-temente del follaje de las plantas. Existen muchos ani-males que se aprovechan de las flores y sus conteni-

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99999SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALdos (néctar, polen) sin efectuar la polinización. Este fe-nómeno es conocido como «robo de néctar» y constitu-ye por su naturaleza un ejemplo de parasitismo (Fig. 7).

Fig. 7. Larva de mariposa devorando la hoja de una planta.

Depredación: Los mismos animales, o con mayorfrecuencia otros, matan a la planta consumiéndola y,por ende, son depredadores. La mayoría depredan alas «plantas bebé», es decir las semillas inmaduras omaduras, dentro o fuera del fruto. Este fenómeno esconocido como granivoría. Por ejemplo, los cateyes(Aratinga euops) y las cotorras (Amazona leucocephala)destruyen muchos frutos inmaduros en los árboles, enesencia, depredan los «embriones»: las semillasinmaduras, incluso cuando los frutos maduran, todavíalas cotorras los están comiendo y depredan a sus be-bés (las semillas maduras).

Las interacciones mutualistas entre plantas y ani-males son las siguientes:

Polinización: Muchas plantas cubanas, por ejemplotodas las gramíneas, pinos y otros árboles, dispersan yreciben polen por medio del viento. Sin embargo, ungran número de plantas de toda forma de crecimiento,desde las hierbas más chicas y los curujeyes hasta lamajagua y otros árboles, dispersan y reciben polen pormedio de los animales que visitan sus flores en buscade recursos alimenticios, casi siempre néctar y/o po-len. En general, ambos componentes de la interacciónse benefician de ella. Las plantas suelen lograr una dis-persión y recepción de polen mucho más precisas yeficientes que en el caso del viento, y los animales lo-gran conseguir alimento. Asimismo, hay elementosantagonistas en este «paraíso de mutualismo»: las plan-tas deben invertir recursos energéticos en la produc-ción de las flores, el néctar y el polen consumidos porsus visitantes, mientras que los animales deben invertirrecursos energéticos en el tránsito entre flor y flor, plan-ta y planta. La dinámica entre los «intereses en parale-lo» entre plantas y polinizadores por un lado y los «inte-reses en conflicto» por otro, caracterizan cada visitaparticular de un animal a una flor y la naturaleza colectivade la interacción a través de poblaciones y comunida-des, y moldea la evolución de las flores y los animales.

En nuestros bosques existen varios ejemplos deplantas polinizadas por zunzunes (Chlrostilbon ricordiiy Mellisuga helenae) como: curujeyes (Tillandsia spp.)y piñones (Erythrina spp.); por murciélagos (principal-mente Monophyllus redmani, Phyllonycteris poeyi yErophylla sezekorni), por ejemplo: ceibón (Bombacopsiscubensis), magueyes (Agave spp.) y güiras (Crescentiaspp.) y por diferentes insectos, entre ellos, abejas nati-vas de los géneros Lasioglosum y Ceratina que polinizanal aguinaldo blanco (Turbina corymbosa) y la trompetade judea (Broughtonia cubensis), así como la abeja dela miel (Apis melifera) que desempeñan una importantefunción en la polinización de los cítricos (Citrus spp.).

Frugivoría: Aunque muchas plantas cubanas, nonecesariamente las mismas que dispersan su polen porel viento, dispersan sus semillas por el viento o por laplena gravedad, otras «rodean» sus semillas con teji-dos comestibles para uno u otro grupo de animales

vertebrados. Al comer un fruto carnoso, a menudo elanimal traga las semillas sin hacerles daño o come lapulpa y deja caer la semilla. En el primer caso sedefecan las semillas (¡más el abono orgánico instantá-neo!), en ambos casos las semillas suelen caer fuerade la planta madre, y llegar posiblemente a puntos idea-les para la germinación y crecimiento, fuera de la com-petencia de su «mamá» (y la explotación por sus pará-sitos). Igual que en la polinización, este mutualismoacarrea una inversión por parte de la planta en particu-lar (hay que pensar en la energía invertida en un agua-cate o fruta bomba, por ejemplo), unido a un «conflictode intereses»: la planta y sus semillas se beneficianmás si las últimas se dispersan a lugares con condicio-nes apropiadas y lejos de la madre mientras que el ani-mal se beneficia si puede quedarse en un sitio y encon-trar mucha comida rica.

A diferencia del polinizador haciendo las visitas a va-rias plantas en seguida, no tiene ningún «incentivo» debuscar otro lugar específico para defecar las semillas odejarlas caer. Por ejemplo, el capulí (Muntingia calabura)dispersado por murciélagos (Artibeus jamaicensis). Enlos refugios de A. jamaicensis se han encontrado restosde frutos de plantas de diversas familias como eviden-cias de actividad alimentaria.

Aún el herbazal cubano más «sencillo» presentaráuna complejidad asombrosa de interacciones entre plan-tas y animales. Y ¿un bosque? ¡Muchísimo más! De lainteracción entre un animal pequeño y una sola hoja,semilla o flor hasta el nivel de la vegetación y los anima-les asociados como un todo, este campo presenta unnúmero infinito de estudios no sólo intrigantes sino tam-bién imprescindibles a la conservación de la biota y loshábitats cubanos. No se debe hablar del conjunto de plan-tas de las diferentes formaciones vegetales, afectadas ono por los seres humanos, como si fueran los resultadosdel ambiente físico y la historia de llegada de las espe-cies en el pasado. Cada asociación de plantas, cadaformación vegetal que se observa representa las conse-cuencias a corto y largo plazo de las interacciones conanimales, sean explotativas o mutualistas.

Vida en el suelo del bosque (vida edáfica)

Dentro de la diversidad biológica presente en los bos-ques reviste una gran importancia la actividad de losinvertebrados del suelo en el proceso de descomposi-ción de la materia orgánica. Ellos destruyen mecánica-mente los restos vegetales y animales que componenla hojarasca hasta su desmenuzamiento; de esta ma-nera aumentan la superficie expuesta al ataque de lasbacterias, y contribuyen a distribuir los estratos nutriti-vos al facilitar la actividad degradadora de la microfloradel suelo. Intervienen en la descomposición selectivade materiales (azúcares, celulosa y lignina), así comoen la transformación de los residuos de plantas en ma-terial húmico (humus) y la mezcla de materia orgánicadescompuesta con la parte mineral del suelo. Sus apor-tes de deyecciones, secreciones, excreciones, y has-ta sus propios cadáveres, enriquecen el medio edáfico.A su vez airean al suelo y aceleran el proceso de reciclajede los nutrientes al construir sus galerías.

Entre las clases y órdenes de artrópodos mejor re-presentados en la mesofauna y la macrofauna del sue-lo de los bosques pueden citarse entre los más conoci-dos a: Isopoda (cochinillas de la humedad), Scorpiones(alacranes), Araneae (arañas), Acarida (ácaros), Chilopoda(ciempiés y escolopendras), Diplopoda (mancaperros ymilpiés), Blattoptera (cucarachas), Isoptera (comejenes),Psocoptera (piojos del polvo), Hemíptera (chinches),Lepidoptera (larvas de mariposas), Diptera (moscas ymosquitos), Coleoptera (escarabajos) e Hymenoptera(hormigas). Algunos grupos menos conocidos, pero nomenos importantes son: Pseudoscorpionida, OpilionesPauropoda, Symphila, Protura, Collembola, Thysanura,Thysanoptera, Dermaptera, Prothoptera y Homoptera.

Estos grupos zoológicos tienen diferentes funcionestróficas en el edafón; algunos son depredadores,micófagos, otros herbívoros o carnívoros, pero existegran cantidad de descomponedores de la materia orgá-nica de la hojarasca, en troncos caídos o en el suelo.En estos ecosistemas boscosos la cadena de descom-ponedores es la que procesa una mayor proporción dela producción primaria y es incluso más importante quela de los herbívoros.

La mayor parte de la biomasa en el trópico se en-cuentra en el suelo y la hojarasca; la masa de lossaprófagos es de cinco a seis veces mayor que la de losherbívoros y carnívoros. La comunidad de los microin-vertebrados edáficos descomponedores es taxonómi-camente muy diversa y comprende una amplia gama degrupos: lombrices, nemátodos, ácaros, diplópodos, co-chinillas e insectos, entre otros. La hojarasca es la prin-cipal fuente de alimentación de estos organismos. Estasirve de hábitat para muchos de ellos, algunos sonxilófagos que atacan a la madera y aceleran la incorpo-ración de nuevo al suelo de los nutrientes de este sustratode difícil descomposición. Otros son depredadores (comolos arácnidos) e intervienen en el equilibrio de las pobla-ciones de los estratos; los componentes saprófagos dela macrofauna del suelo, determinan el tipo de descom-posición de la materia orgánica y la calidad del humusque se produce.

El tenor, la calidad de la materia orgánica, su pH,temperatura, humedad, textura, porosidad, coberturavegetal y grado de antropización del ecosistema pue-den cambiar debido a algunas prácticas y procedimien-tos agrícolas, que provocan a largo plazo desestabiliza-ción ecológica y transformación de las propiedadesquímicas, físicas y biológicas del suelo. Estas transfor-maciones suscitan desbalances, pérdidas o cambiosen la composición de las comunidades edáficas. Lapresencia y el balance de algunos de grupos de la fau-na edáfica, pueden ser utilizados como indicadorespotenciales del grado de perturbación y recuperacióndel suelo, por ser estos muy sensibles a los cambiosclimáticos y a las perturbaciones antrópicas del medio,que conlleven variaciones en su densidad y diversidad.

En Cuba, los principales estudios sobre la abundan-cia, distribución, biomasa y dinámica de la fauna edáfica,se han realizado en los bosques naturales adultos y enlos artificiales (plantaciones) de la Sierra del Rosario,Pinar del Río. Estos mostraron una relación positiva entreel porcentaje de materia orgánica en el suelo y la densi-dad de colémbolos, ácaros, larvas de escarabajos y deDiptera, Oligochaeta (lombrices de tierra) e Isopoda, losvalores más elevados se observaron en el bosque natu-ral. Se documentó que en los bosques mixtos apare-cen una mayor abundancia y densidad de los gruposdescomponedores (indicadores de fertilidad y conser-vación del suelo), al existir una gran diversidad vegetal,factor que incrementa la abundancia de la fauna aso-ciada. También se han realizado estudios en bosquesmixtos de San Diego, La Güira y Guanahacabibes, lo-calidades de la provincia de Pinar del Río.

En estos momentos se acometen nuevos proyectospara evaluar el estado de conservación de los suelos enplantaciones de pinos y cupey en la región noreste delas provincias orientales. En áreas boscosas con suelosferríticos de pocos nutrientes, y cierta toxicidad causadapor la presencia de metales pesados (en especial ní-quel, cromo y cobalto), se ha detectado una variación dela composición trófica de la fauna edáfica, por ejemplo,los colémbolos son escasos, mientras que están bienrepresentados dos grupos de ácaros, que son indicadoresde inestabilidad y carencia de nutrientes.

FORMACIONES BOSCOSAS DE CUBA

Clasificación y distribución

Formación vegetal o vegetación, como también se co-noce, es el conjunto de plantas que se instalan y de-sarrollan en un lugar con características geográficas,

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1010101010 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALclimáticas y ecológicas definidas. Las interrelacionesque se establecen entre las condiciones ambientales ylas plantas originan una determinada composición deespecies y un tipo fisonómico (aspecto exterior) carac-terístico.

En Cuba existen varias descripciones de las forma-ciones vegetales, que se basan en las característicasgeográficas, climáticas, ecológicas y/o fisonómicas.Entre los factores que determinan el tipo de vegetacióny la composición de especies están el suelo con suhumedad y temperatura, las lluvias y los vientos. Lavegetación terrestre cubana incluye formaciones natu-rales, secundarias y antrópicas. La natural comprendecuatro grupos principales: bosque, matorral, herbazal ycomplejo de vegetación.

Bosque: Formación vegetal donde predominan lasespecies arbóreas siempreverdes y semideciduas, quesegún la forma de la hoja que predomine, pueden seraciculifolio (en forma de aguja, como los pinos) o latifolio(cuando son hojas anchas). En el caso del latifolio pue-de ser perennifolio (las hojas viejas no caen antes dehaberse desarrollado las nuevas) o subperennifolio (casiperennifolio, o sea, con presencia de algunas especiesque pierden sus hojas). Las características ecológicasdel territorio nacional no condicionan la existencia debosques caducifolios (aquellos que se quedan despro-vistos de las hojas durante un período).

Matorral: Vegetación con predominio de arbustos;generalmente presenta un estrato denso, con algunosárboles emergentes y especies herbáceas.

Herbazal: Formación herbácea, con arbustos y ár-boles dispersos.

Complejo de vegetación: Lo integran diferentes for-maciones vegetales que por su distribución espacialimprimen una apariencia peculiar, como en los mogotes,las costas arenosas y las rocosas.

La vegetación secundaria o seminatural está consti-tuida por remanentes de la vegetación natural que hasufrido alguna perturbación (provocada por el hombre ono) pero que conserva elementos estructurales yflorísticos típicos; en ocasiones, es posible identificarla formación original de la que proviene.

La vegetación antrópica es herbácea-arbustiva,porlo general, y está constituida por especies de rápidocrecimiento, invasoras y heliófilas (típicas de lugaressoleados). Se establece debido de la acción del hom-bre después que se elimina la vegetación natural; enella se identifican la vegetación ruderal, vial y segetal.La ruderal es típica de terrenos yermos, ruinas y alre-dedores de construcciones, mientras la vial se estable-ce en caminos y carreteras. La segetal, también cono-cida como arvense, está muy vinculada con el tipo decultivo donde se establece; las especies vegetales quela integran se conocen comúnmente como malezas oplantas indeseables.

En el Suplemento Especial del curso Diversidad Bio-lógica, del Programa de Universidad Para Todos, se plan-tea que en ocasiones, existe la tendencia de clasificarlos ecosistemas a partir de las formaciones vegetales,por lo que se explicaron todos los tipos que caracteri-zan la vegetación cubana. En este curso sobre los bos-ques de Cuba se analizarán algunas características delas formaciones boscosas, las descripciones de cadatipo se ofrecieron en el curso referido. No se seguiráuna determinada clasificación sino como los identificala población: bosques de montaña, bosques de galería,bosques de ciénaga, bosques de mangles, bosques depinos, bosques secos, y bosques antropizados.

Los bosques de montaña en Cuba están represen-tados por los pluviales (pluvisilva), nublados y siempre-verdes.

Bosque de pluvisilva, es uno de los bosques conoci-dos como siempreverdes debido a que sus árboles man-tienen las hojas en períodos de sequía, aunque los es-tratos superiores algunas especies pierden sus hojasen este período. En los diferentes tipos de este bosquese encuentran varios pisos del estrato arbóreo; el supe-

rior heliófilo y el inferior umbrófilo (las especies requie-ren de sombra para su establecimiento) muy húmedo.Esta vegetación es muy vigorosa, alcanza alturas dehasta 30 m, y se establece en alturas desde 200 a1600 m snm.

De acuerdo con las condiciones climáticas, se desa-rrolla en zonas montañosas con humedecimiento alto yestable, evaporación baja y temperaturas frescas, en lo-calidades con lluvias entre 1 900 y 3 400 mm y tempera-turas entre 16 y 26oC sobre carso o y suelos ferríticos,ferralíticos y fersialíticos. Presenta numerosos helechosarborescentes, musgos y hepáticas. Se localiza en lasregiones oriental (en las sierras Maestra, Imías, Purial yCristal, así como en Nipe, Moa, Toa, Jaguaní y Duaba) ycentral (Macizo Montañoso Guamuhaya) aunque mues-tra una variante de baja altitud en la costa norte de laregión oriental del país, en valles intramontanos y en lascuencas de los ríos Toa, Jaguaní, Duaba y Moa, en ele-vaciones entre 200 y 400 m snm, con precipitacionesanuales de 2 600 a 3 400 mm y temperaturas entre 18 y26oC. Se localiza principalmente sobre suelos montaño-sos de tipos Fersialítico pardo rojizo típico y Fersialíticoamarillento lixiviado.

Bosque nublado, también conocido como MonteFresco; cuenta con dos variantes: de altitud alta y dealtitud baja.

Bosque nublado de altitud alta (entre 1300 y 1900 msnm) (Fig. 8), se presenta al nivel de las nubes en alturassuperiores a 1300 m snm donde influye directamente lahumedad alta del aire, aparece en lugares con precipita-ciones de 1 800 a 2 200 mm y temperaturas menores a16oC, sobre suelo fersialítico amarillento lixiviado en laSierra Maestra, Pico Turquino y la Bayamesa, Gran Pie-dra, las sierras Maestra y Moa; sierras Purial e Imías,Alturas de Trinidad, Pan de Guajaibón, Pico Turquino yloma La Mensura.

Fig. 8. Bosque nublado.

Bosque siempreverde, en esta formación se diferen-cian los tipos de llanura, submontano, de galería, deciénaga, y de mangles.

El bosque siempreverde de llanura: Es típico de luga-res de baja altitud, hasta 400 m snm, en los valles intra-montanos donde existe humedad alta y acumulación demateria orgánica, temperaturas de 24 a 25°C, promedioanual de precipitaciones entre 1 200 y 1 700 mm, y de 3a 5 meses secos en el año. Se desarrolla sobre suelosPardos con carbonatos y sin carbonatos típicos,Húmicos calcimórficos, rendzina negra y roja típica, enterritorios caracterizados por promedios de precipita-ción entre 1 600 y 1 800 mm, temperaturas de 20-24oC.

Bosque siempreverde submontano: Se localiza enelevaciones de altitud baja, sobre suelos Fersialíticorojo pardusco ferromagnesial, Fersialítico amarillentolixiviado y Fersialítico pardo rojizo típico, los territoriosdonde se desarrollan poseen, desde el punto de vistaclimático, condiciones donde las precipitaciones semantienen en el rango de 1 600-2 200 mm y tempera-turas entre 20 y 24oC.

El establecimiento de una u otra variante de estosbosques, está condicionado por el promedio anual delluvia, la cantidad de meses secos y el drenaje de lossuelos donde se establece.

Bosque siempreverde de galería (Fig. 9): Típico delas orillas de ríos y arroyos sobre suelos negros ricosen materia orgánica, clasificados como Aluviales, losque se observan en zonas con humedad permanente,en ocasiones inundadas, cuyas precipitaciones varíanentre 1 000-1 200 mm y temperatura de 22-24oC. Gene-ralmente, en estos bosques abundan especies heliófilasintroducidas.

Fig. 9. Bosque siempreverde de galería.

Bosque siempreverde de ciénaga: Como su nombreindica crece en terrenos turbosos cenagosos ricos enmateria orgánica, sufren inundaciones periódicas o per-manentes de agua dulce o salobre. Se localiza en laspenínsulas de Guanahacabibes y de Zapata, costa nor-te entre Matanzas y Camagüey y al sur de la Isla de laJuventud.

En el caso de los bosques siempreverdes demangles y de pinos: Se les dedicarán acápites inde-pendientes. El primero por su importancia al proteger lalínea de costa y actuar como la primera barrera ecológica,proteger las tierras litorales contra el efecto erosivo deloleaje, las mareas, los ciclones y huracanes, ademáspor el papel «aglutinador» de materia orgánica de susraíces, que facilita la ganancia de territorio al mar, ser elhábitat natural y refugio idóneo de la fauna típica tantoterrestre como marina de estos ecosistemas costeros,y el de pinos por considerarse un potencial importantede recursos forestales.

Bosques secos: Entre estos se encuentran los bos-ques micrófilo costero y subcostero y los semideciduoso subperennifolios representados por el bosquesemideciduo mesófilo típico y el mesófilo con humedadfluctuante.

Bosque micrófilo costero y subcostero (Fig. 10): Tam-bién conocido en Cuba como «monte seco», es unaformación xerófita que se establece sobre calizascosteras, próximo a la manigua costera (matorral cos-tero), sobre suelos de rendzinas, rojos y negros pocoprofundos, arenosos o rocosos pobres en nutrientes,con precipitaciones anuales entre 800 y 1 200 mm, con5 a 6 meses secos; estos bosques son medianamentebajos, con árboles que pueden alcanzar hasta 15 m.Predominan especies con hojas micrófilas (pequeñas)y arbustos espinosos, cactáceas columnares yarborescentes, epífitas, lianas, suculentas y herbáceas.

Fig. 10. Bosque siempreverde micrófilo.

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1111111111SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALBosque semideciduo o subperennifolio (Fig. 11): Apa-

rece sobre suelos calizos fértiles, rendzinas roja o ne-gra, o sobre suelos pardos en zonas llanas y ondula-das de Cuba Central y Occidental. Presenta árbolesdeciduos y siempreverdes esclerófilos (hoja dura).

Fig. 11. Bosque semideciduo, Guanahacabibes.

Bosque semideciduo mesófilo con humedad fluctuan-te: Se localiza sobre diferentes tipos de suelos: Ferra-líticos rojo típico, Pardos con carbonatos o sin carbo-nato típico, Húmico calcimórfico, rendzina negra o rojatípica, Fersialítico rojo lixiviado típico, Fersialítico pardorojizo típico entre otros. Las temperaturas oscilan entre22 y 26oC, con precipitaciones de 1 200 a 1 600 mm.

Bosque semideciduo xerofítico: A diferencia del bos-que anterior este tipo presenta una variante seca conuna altura inferior (12-15 m). Se localiza sobre suelosHúmicos calcimórficos, rendzinas negras típicas y Par-dos sin carbonatos y en territorios con una precipitaciónmedia anual de 1 000 mm y temperaturas de 24-26oC.

Bosques antropizados: Se incluyen dentro de la ve-getación secundaria, también conocida como semina-tural. Se desarrollan como producto de la degradaciónde la vegetación natural, pero mantienen característi-cas fisonómicas y florísticas de la formación de origen,de la que reciben el nombre, por ejemplo: bosquesemideciduo degradado. Son formaciones arbóreas quemantienen algunas especies provenientes de las for-maciones naturales, cuentan con arbustos y especiesherbáceas. En ellos se incrementa en relación con losbosques naturales, la abundancia de especies de tre-padoras y heliófilas.

Otros bosques

ManglaresLos manglares ocupan las costas bajas y acumulativas,protegidas por archipiélagos o barreras coralinasemergidas y con vegetación, también de manglar haciaadentro en la plataforma, donde el balance de los efec-tos de marea y los escurrimientos de aguas dulcesdeterminan su presencia. Las áreas donde los mangla-res alcanzan mayor talla y exuberancia se localizan enla plataforma con más espesor del cieno, lo que ocurrea los lados de la desembocadura de los principales ríosy cuencas del país, sobre todo en la costa sur. Ocupan70 % de nuestras costas.

La vegetación de manglar (Fig.12) está representa-da por cuatro especies arbóreas, tres de ellas, manglerojo (Rhizophora mangle), mangle prieto (Avicenniagerminans) y patabán (Laguncularia racemosa) son con-sideradas manglares verdaderos y yana (Conocarpuserectus), como pseudomangle o especie periférica a lazona de inundación marina, sea esta inundación tem-poral en épocas lluviosas, o episódica por tormentas.

Funciones ambientales de los manglares:• Protección costera contra la erosión del oleaje y el

viento.• Moderación de los efectos de las tormentas

costeras y ciclones.• Evitan la penetración de la salinidad a los terrenos

agrícolas.• Son refugio y hábitat de diversas especies de la

fauna silvestre, especialmente la avifauna, y de lavida marina de las aguas someras.

• Tienen efecto de sumidero de nutrientes y para lareducción de ciertas cantidades de contaminantes.

• Retienen los sedimentos de escorrentía desde lastierras altas, con la protección de losarrecifes próximos a la costa y reducciónde la turbidez del agua.

• Los manglares brindan oportunidadespara la enseñanza, la investigacióncientífica, la recreación y el ecoturismo.

En el ecosistema manglar convive unagran variedad y abundancia de vida silvestre,reflejo de la variabilidad y complejidad dehábitat en los estratos vegetales, raíces, fan-go, lagunas y salitrales asociados al bosque,de forma permanente o migratoria en el casode ciertas especies de aves, las que se ali-mentan generalmente de cangrejos, molus-cos, peces y otros organismos de acuerdo asu estilo particular de alimentación, comoson: recolectores de insectos, miel y caracoles, puespueden ser pescadoras, zambullidoras, depredadoraso filtradoras del cieno.

Además, en el manglar residen en ocacione delfi-nes, tortugas, jicoteas, reptiles y hasta manatíes, yaque ellos habitan preferentemente en las praderas sub-marinas cercanas. En Cuba se reportan algunas espe-cies de aves endémicas como son el canario de man-glar (Dendroica petechia gundlachii) y la gallinuela delmanglar (Pllus longirostri caribaeus). Existen otras es-pecies de aves de hábitat marino que utilizan el man-glar como refugio y zona de anidamiento, es el caso dela garza común y los pelícanos.

Fig. 12. Bosque de manglar.

PinaresLa presencia de restos de pinos, que no están comple-tamente fosilizados, y las posibles relaciones entre losnombres de las localidades asociados a especies deplantas, en este caso a pinos y pinares, hacen suponerque los pinares pudieron llegar, en períodos tempranosde nuestra historia, por el SE hasta las inmediacionesde Cienfuegos, y por el NE hasta las cercanías de Martí,en Matanzas. En Cuba Oriental, hay pinares naturalesen la Sierra del Turquino, Sierra de Gran Piedra, Sierrade Nipe, Sierra del Cristal, Sierra de Moa y Meseta delGuaso.

En 1967 Samek agrupó los pinares de Cuba en ochoregiones según sus características ecológicas yfitogeográficas (Fig. 13), las cuales pueden constituirtodavía una buena guía.

Pinares de pizarras: Ocupan la región del mismonombre, cubierta en casi toda su extensión por pinaresde pino hembra (Pinus tropicalis Morelet) con algunoscayos y ejemplares dispersos de pino macho (Pinuscaribaea var. caribaea Morelet). En los suelos más pro-ductivos los pinos aparecen acompañados de otra es-pecie extratropical, el encino (Quercus cubana A. Rich.).En los alrededores de las zonas agrícolas los encinaresse hacen más densos, incluso pueden aparecer comobosques puros; eso se debe a que durante muchos añoslos campesinos de la zona han favorecido la permanen-cia de la encina, ya que los frutos sirven como alimentoa sus puercos.

Fig. 13. Regionalización de los pinares cubanos.

La mayoría de los pinares en esta región viven sobresuelos derivados de rocas silíceas entre las que se en-cuentran las areniscas y cuarcitas. Los suelos deriva-dos de estas rocas son muy pobres en nutrientes. Laprofundidad de esos suelos depende de su posición enrelación con las laderas y la pendiente, factores quedeterminan el grado de afectación por los procesoserosivos. Los suelos más profundos se encuentran alpie de las alturas, donde se depositan los arrastres,mientras en las laderas más abruptas afloran las rocasoriginarias. Como regla, la productividad en madera delos pinares sobre pizarras está relacionada de formadirecta con la profundidad de los suelos. Paradójica-mente, en los suelos más profundos y productivos elcolchón de gramíneas en el sotobosque dificulta la re-generación, ya que estas últimas plantas compiten porel agua, sobre todo en los períodos secos, y en el casode las plantaciones pueden matar hasta casi 90 % delas posturas en el primer período seco después de laplantación.

Pinares de Cajálbana: La subregión natural de laAltiplanicie de Cajalbana, en el norte de Pinar del Río,ocupa un territorio de alrededor de 70 km2 con una alti-tud máxima ligeramente superior a los 400 m, formadode rocas llamadas ofiolitas, que se caracterizan por suriqueza en metales pesados y magnesio, lo cual debi-do a su toxicidad exige un alto grado de especializa-ción a la flora de esos lugares.

En Cajálbana se distinguen dos tipos fundamenta-les de formaciones vegetales, los bosques de pinos opinares con Pinus caribaea var. caribaea como espe-cie única que domina el estrato superior y los cuabales.Los pinares ocupan los suelos rojos más profundos dela subregión, que se distinguen por su poca fertilidad,alto contenido en hierro y poca resistencia a la erosióncuando desaparece la cubierta de bosques sobre ellos.En la misma medida en que tales suelos son menosprofundos, hasta llegar a esqueléticos, y comienzan aaflorar las rocas originarias, la vegetación cambia radi-calmente, los pinares van desapareciendo y apareceuna vegetación arbustiva, muy densa y con muchasespecies espinosas, lo cual la hace impenetrable; al-gunos autores la llaman cuabales, término para los ma-torrales que crecen sobre serpentinitas (ofiolitas) des-de Pinar del Río hasta Holguín (Fig. 14), y carrascales(matorrales menos espinosos y densos del MacizoNipe-Sagua-Baracoa).

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1212121212 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

Los pinares de Cajálbana constituyen la mayor acu-mulación de Pinus caribaea var. caribaea, y los mayo-res productores de semillas de este taxón. A mediadosdel pasado siglo las semillas se exportaban a muchospaíses que consideran esta variedad como la fuente másimportante de madera en la producción de pulpa parapapel. Por la razón expuesta, esas semillas alcanza-ron precios muy altos en el mercado internacional, yconvirtieron a esta planta en el endemismo cubano máscultivado en nuestro planeta.

Pinares de la Llanura Aluvial del Sur de Pinar delRío: Los pinares de esta llanura se pueden dividir endos grupos. Hacia el occidente, entre la Fe y los alre-dedores de Isabel Rubio, alrededor de las lagunas, seextendía una sabana sobre suelos muy pobres, forma-dos casi únicamente por arena silícea lavada en un altogrado. En esa sabana el número de especies de plan-tas herbáceas supera con creces cualquier otro lugarde Cuba. En el estrato arbustivo abundaban las palmasde varias especies y árboles aislados de pinos, funda-mentalmente Pinus tropicalis, aunque tampoco faltanpequeños bosques de P. caribaea, como el de Sabana-lamar, en el SE de ese territorio.

Más allá del río Cuyaguateje, las lagunas se hacenmás raras, los suelos más ricos, y los pinares con Pinustropicalis más raros y pequeños. El más oriental deesos pinares está en la localidad de Herradura. Más aleste sólo aparece un pequeño bosque de Pinus caribaeaen las inmediaciones de Los Palacios.

Los otros dos grupos de pinares occidentales estánen Isla de la Juventud y Sierra del Rosario, los primerosparecen repetir los de las pizarras y la llanura aluvial delsur de Pinar del Río, a excepción de un pequeño bos-que, compuesto de pocos árboles, situado en la llanuracársica del sur, sobre un suelo esquelético. Es el únicopinar de Pinus caribaea sobre suelo derivado de rocascalizas que hay en Cuba.

En la Sierra del Rosario sólo hay Pinus caribaea, ylos ejemplares de esta especie conforman pequeñasarboledas que pueden estar o no acompañadas de encino(Quercus cubana), en medio de bosques con especieslatifolias. Al parecer esos pinares continuaban por todala llanura occidental de Cuba hasta las inmediacionesde Cienfuegos.

Pinares de Mayarí: Cubren la Sierra de Nipe, y ensu estructura son similares a los de Cajálbana, o sea,ocupan los suelos rojos, ricos en hierro formados porun lavado intenso sobre la Sierra de Nipe. La especieque domina los bosques de esta región es Pinuscubensis Griseb., la cual se conoce localmente con elnombre de pino, y los silvicultores lo llaman pino deMayarí.

Estos pinares están ubicados sobre la altiplanicie quecorona esta Sierra, desde alrededor de 600 m de altitud,y llegan hasta los 995 m en la Mensura, cota máxima.Allí donde el suelo es poco profundo, o esquelético, aligual que en Cajálbana, aparece una vegetación arbustiva,los carrascales, similar a los cuabales. De hecho la se-mejanza entre la flora de Nipe y la de Cajálbana es nota-ble, para estar separados casi 1000 km.

Pinares del grupo orográfico de Sagua-Baracoa: Seextienden desde la Sierra Cristal, Meseta del Guaso,Sierra de Moa, Sierra de Imías, hasta las inmediacionesde la Meseta de Maisí, sobre suelos rojos derivados deofiolitas. El pino de esas regiones es el Pinus cubensis.Los bosques más extensos y densos se encuentran enla vertiente norte de la Sierra de Moa, junto a la costa,donde alternan con charrascales. Estos pinares se ex-tienden a pocos cientos de metros de altitud, más altoen la sierra sólo hay pequeños rodales. En los otros sis-temas montañosos este pino no forma bosques gran-des, y en la Meseta del Guaso hay pocos ejemplaresque viven sobre suelos derivados de calizas.

Pinares de la Sierra Maestra: Estos pinares de Pinusmaestrensis Bisse, conocido por los silvicultores conel nombre de pino de la Sierra Maestra, se extiendendesde Gran Piedra en el este y Pico Caracas en eloeste, y desde las cercanías de Guisa, a unos 400 mde altitud, hasta el pie de Pico Suecia a más de 1800m. Desde el punto de vista morfológico, este pino seasemeja mucho a Pinus caribaea, y no forma grandesbosques, sino que aparece en pequeños grupos conunas pocas decenas de ejemplares.

Fig. 14. Matorral sobre serpentinita (cuabal).

EL BOSQUE Y SUS ATRACTIVOS

Especies viajeras¿Cómo las plantas de nuestros bosques viajaron, des-de mediados del siglo XVIII al principio del XIX, de Cuba aEspaña? Durante los reinados de Carlos III y Carlos IVexistió un gran interés por conocer la flora americana,ya que en esa época ocurrieron grandes transforma-ciones económicas, sociales y políticas, las cualespropiciaron condiciones favorables en el desarrollo dela Botánica en España, y por consiguiente, un mayoracercamiento a las colonias de ultramar y a su flora,incrementando y aprovechando los viajes para realizarexpediciones botánicas. En el período comprendidoentre el siglo XVIII y principios del XIX los virreyes, gober-nadores e intendentes de las colonias, cumpliendo rea-les órdenes, remitieron listas de semillas y plantas vi-vas, en forma de plantones, con organización ysistematización a España, lo que permitió conocer latrayectoria de las plantas desde su lugar de origen,destino inicial y definitivo. La documentación inédita,del Archivo General de Indias de Sevilla y del Archivodel Museo de Ciencias Naturales de Madrid, permitióconocer la relación de las especies viajeras en cuantoa: género, denominación científica antigua, nombre co-mún, o denominación científica y común. El desarrollode la Ciencia Natural, en aquel entonces, sirvió de cata-lizador para crear un equipo de investigadores que conclaridad vislumbraron el uso social de su quehacer cien-tífico. El interés del real Estado motivó la creación deun proyecto de exploración científica y explotación co-mercial.

La flota donde se transportaban las plantas y semillasse componía de buques de guerra, generalmente fraga-tas, bergantines y urcas. Cuando el sistema de flotasdesapareció en 1778 se adoptó el sistema de navega-ción en convoy desde Cádiz. La flota realizaba sus re-corridos de la forma siguiente: de Cádiz a Canarias yde ésta a las pequeñas Antillas. Después podían seguirtres derroteros: 1) hacia tierra firme (Portobelo, Carta-gena, Caracas, Guaira, Maracaibo, Cumaná o SantaMarta), 2) hacia Nueva España (principalmenteVeracruz, Honduras y Campeche) y 3) hacia las Islas(Antillas Mayores: Cuba, Puerto Rico y Santo Domin-go). De regreso pasaban por La Habana y Las Azorespara llegar a Cádiz.

Para la remisión de semillas y plantas americanasse redactó una instrucción para su transportación (Ins-trucción sobre el modo más seguro y económico detransportar plantas vivas por mar y tierra a los paísesmás distantes) publicada en 1779, que se envió a losgobernantes de Puerto Rico, Santa Fe, Perú yCartagena, al intendente de Caracas y al gobernador

de Yucatán. En este documento se encuentran desdeinformaciones minuciosas sobre los materiales másinteresantes en que debían fijar su atención, hasta ins-trucciones detalladas sobre el modo de arrancar árbo-les, arbustos o hierbas, la forma de plantarlos en mace-tas, el acondicionamiento y preservación ante lasinclemencias meteorológicas, preparación para el viajemarítimo y cómo confeccionar un herbario.

Al llegar al puerto español (Cádiz, La Coruña oSantander), se depositaba la mercancía en la Real Casade Contratación de la ciudad portuaria, donde se anali-zaba y almacenaba a la espera de la orden para quefueran trasladadas a Madrid u otro lugar de destino.Estaba a cargo de este proceso el presidente de laContratación o Administrador, pero al ser depositada lamercancía, se notificaba al Primer Catedrático del RealJardín Botánico de Madrid, a la Secretaría de Gracia yJusticia y a la Dirección General de Correos. El PrimerCatedrático daba la orden de su envío a la Corte o aljardín de aclimatación hasta que se decidía su poste-rior destino.

El Real Jardín Botánico de Madrid fue el responsa-ble de la dirección técnica del traslado de las plantas ysemillas, al ser el centro difusor de las aplicacionesindustriales, comerciales, agrícolas y sanitarias; seocupaba de la regeneración de las plantas y de la direc-ción del proyecto de exploración científica. También seenviaron plantas al Jardín de Aranjuez y los Jardines deAclimatación andaluces. Se cuenta con informaciónescrita del envío a España de 713 especies, de 93 sedesconoce su nombre científico o familia a que perte-nece, pero sería interesante conocer aquellas especiesque se aclimataron y si se continúan utilizando.

Entre las especies de las que se tiene informaciónestán, por ejemplo, el árbol almácigo (Bursera simaruba(L.) Sargent), oriunda del Caribe, muy común en losbosques cubanos. Es muy atrayente al presentar untronco rojizo, en ocasiones de color dorado. Pierde sucorteza o capa exterior en forma de hoja hasta quedarel tronco totalmente desnudo. El único reporte de remi-sión de este árbol a España, es del 2 de julio de 1790que realizó Antonio Parra desde La Habana y que sedecidió enviar a los Jardines del Príncipe, en Aranjuez.Conocido con el nombre de ceiba (Ceiba pentandra (L.)Gaertner.), se localiza esta especie en el Caribe. Cons-tan dos remisiones de este árbol con fechas 2 de julio y2 de agosto de 1790, por Antonio Parra desde La Haba-na a España y se plantaron en los Jardines del Prínci-pe, Aranjuez. El aguacatillo (Nectandra antillana Meisn)es un árbol de hasta 15 m de altura, oriundo de lasAntillas Mayores; en Cuba se localiza en todo el país.Antonio Parra remitió plantas vivas de esta especie alos Jardines de Aranjuez desde La Habana el 19 deagosto de 1792.

Caprichos de la naturaleza¿Qué atrae en los bosques? Sus grandes guardianes,protectores ambientales que permiten que nuestro pla-neta sea un lugar habitable. Son capaces de cuidar suentorno, incluyendo al hombre, al cual también les sonútiles. Los árboles, en general, son conocidos por to-dos, pero no por ello dejan de ser atractivos y fáciles derecordar. Resultan una fuente de energía, protegen, ar-monizan, dan paz. Despiertan el interés por su arro-gancia, su utilidad, por destacarse como melíferos, porpresentar caracteres llamativos o atractivos en algunosde sus órganos florales o vegetativos, por prestar apoyoa otras manifestaciones de la vida vegetal o animal, oentristecer el paisaje a modo de naturaleza muerta,cuando desprovistos de sus hojas, siguen altivos desa-fiando al caminante, en espera de su nueva vestimenta.

La naturaleza muestra al hombre una gama de colo-res, formas y portes que permiten al observador detallartroncos, ramas y raíces que exhiben las especies delbosque en su desarrollo. Al dejar correr la imaginaciónaparecerán en mente figuras, factibles de comparar conpartes del cuerpo humano, animales o cosas.

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1313131313SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALSi se quiere mostrar vigor, fortaleza, gran porte, se

debe traer a su imaginación los imponentes y enormesjagüeyes (Ficus sp.), árboles de la familia de las Morá-ceas. Su tenacidad la muestran en la capacidad demultiplicar sus peculiares raíces aéreas, salidas dondeno corresponde, desarrolladas sin sostén y en ocasio-nes usadas como cordel, verdaderas cabelleras que secruzan, se entrelazan cual resistentes lianas y bloqueancomo fuerte muralla, haciendo que los transeúntes sedetengan para admirarlas. En torno al tronco principal,raíces y ramas se fusionan y esculpen formas que se-mejan cuevas, cavernas, órganos de los sentidos yreproductores. Los jagüeyes gustan de adornar el pai-saje, buscando apoyo en cualquier vecino, y lo cansan,y desplazan hasta ahogarlo. Por ello simbolizan la trai-ción y la ingratitud.

El buen observador encuentra numerosas curiosida-des en formas que responden a la imaginación. La ci-catriz dejada por la poda de una rama puede parecer elojo de una mujer que desde el tronco mira; la comuniónentre el almácigo, una palma y un pino es como el sím-bolo de una amistad entrañable; la estrangulación en eltronco de una palma, su renacer, su apego a la vida.

El árbol de la salchicha (Kigelia pinnata DC.), creafalsas expectativas por sus frutos grandes, semejantesa salchichones que invitan a comerlos, pero son leño-sos y no comestibles. Cualquier fenómeno natural esadmirable, como el cambio de coloración en las ramas,flores y frutos de los bosques, que aportan los arbus-tos, lianas, epífitas, que los invaden. El tronco deldagame (Calycophyllum candidissimum (Vahl) DC.) estáveteado en un tono blanco grisáceo primero y después,cuando pierde la corteza, queda liso, de color cobrizo.

Sostén de vida: Los bosques y sus componentesinvitan a la vida, dan un remanso de paz, el sosiego y lainspiración necesaria. Al pasear por un bosque, se des-cubre mucho más de lo imaginable en la comunidadarbórea y se ven asociados a sus vecinos, al resto delas especies vegetales, de la fauna, de hongos, líque-nes, musgos y hepáticas, y componentes abióticos quecomplementan el paisaje, donde el más fuerte, el másviejo, el que domina, parece decidir, es solidario y atrae.

Albergan especies epífitas como los curujeyes y al-gunos cactos y orquídeas que en ocasiones invadentroncos y ramas tratando de garantizar su propio bien-estar. Aun los troncos aparentemente desechados deun árbol muerto, continúan siendo refugio de otras es-pecies de la flora y la fauna.

Algunas características interesantesLa micrantia (flores pequeñas). Es un fenómeno pre-sente en la flora cubana al igual que en la flora del restode los países antillanos. Es frecuente encontrar gran-des árboles, los cuales se cubren de muchas florespequeñas en el período de floración, y brindan un toquede belleza y distinción poco común. Ejemplo de ello esel ocuje (Calophyllum antillanum Britton), que se apre-cia en zonas urbanas y rurales; en los meses de veranosus pequeñas flores fragantes logran cautivar y detenera muchos para admirarlas. Se unen en racimos paraque el efecto del contraste verde, blanco y amarillo cau-se el impacto deseado en cualquier observador.

La microfilia (hojas pequeñas) es otra característicasingular de la flora cubana al contrastar la enorme tallade algunos árboles con las pequeñas dimensiones delas hojas que portan, que en ocasiones sugieren tra-mos de encajes bien diseñados en esos gigantes dediferentes tonalidades verdes. Ese carácter les permiteadaptarse bien a condiciones ecológicas extremas comola sequía, pues esas hojas de consistencia dura, y aveces espinosas, contribuyen a que sobrevivan en unmedio aparentemente incompatible con la vida.

Árboles caducifolios: Cuando la estación es desfa-vorable, ya sea por la llegada del invierno o período deseca, algunos árboles pierden sus hojas total o parcial-mente para combatir las condiciones climáticas adver-

Creencias, mitos y realidadesLos árboles contribuyen a purificar el ambiente, el hom-bre a contaminarlo; son fieles guardianes del bosque,la ciudad, y el campo, embellecen el entorno, tipificane identifican paisajes, pero también son queridos porsu precencia en las actividades socio-culturales y eco-nómicas de la sociedad, en el acervo cultural de lospueblos que tejen en torno a ellos historias, misterios yesperanzas, se ven reflejados en diferentes manifesta-ciones artísticas y hasta los niños sorprenden por lacapacidad de motivarse ante ellos y escribir.

Aunque se perturba su fidelidad, se disminuye supresencia, se empobrece el paisaje, no guardan rencor,persisten, resisten, se adaptan, sobreviven, y se empi-nan para brindar su sombra, cobijar ante el cansancio,devolver salud, saciar la sed del sediento, mitigar la ne-cesidad del hambriento, dar calor al tembloroso, techoy casa al errante, proteger al perseguido.

Alrededor de los bosques y los árboles existen creen-cias y mitos de singulares características, que se hantejido sobre todo a partir de las religiones afrocubanas,donde se le asignan cualidades y propiedades en oca-siones fantásticas. De esta forma se dice que «el due-ño» del bosque o monte es el oricha Osain; sin supermiso, no se puede hacer uso de ninguno de suselementos. Pero también la propiedad del bosque lacomparte con Oggún, guerrero que protege al hombrede sus enemigos y para ello se auxilia del uso de al-gunos árboles del monte.

Existe la creencia de que medicina y folclor, folclor ymedicina son fenómenos difíciles de separar: el uso delas yerbas medicinales ha ido aparejado al desarrollosocio-cultural del hombre; los primeros pobladores ali-viaban sus dolencias utilizando los recursos vegetalesque tenían a su alcance, entre ellos los árboles, peroesos mismos recursos se empleaban para satisfacer otrasnecesidades, como combatir los «males del alma» odolencias sentimentales que iban desde afecciones amo-rosas hasta las rivalidades y la lucha por el poder; porello, la tradición es aliada de la medicina y el ritual.

Resulta interesante un tema donde mitos y leyen-das, religión, medicina y tradición se mezclan paramostrar algo del acervo cultural del pueblo, arraigadoen diferentes grupos sociales, que constituye una ri-queza inestimable de la sabiduría popular guardada concelo, para mantenerlo hoy día y que trascienda a lasgeneraciones futuras, para que valoren, mantengan ytrasmitan esta parte de la riqueza cultural de nuestrasociedad. Según las creencias o como se utilizan losárboles del bosque se presentaran algunos para ritua-les, ofrendas y otros considerados sagrados.

El intercambio cultural que se produjo en Cuba conla trata de esclavos, desde el siglo XVI hasta mediadosdel siglo XIX, trajo consigo la influencia de sus tradicio-nes en la cura de diferentes enfermedades, alimenta-ción, religión, bailes y usos de diversos recursos natu-rales, como los árboles. Algunos se consideransagrados, de otros se utilizan sus «palos» (tallos des-provistos de hojas), sus ramas y/o sus frutos en lasprincipales ceremonias: iniciación, bautizo, matrimonioy muerte, o empleados como ofrendas o «addimú» o entrabajos de brujerías. Muchos de estos conocimientosse conservan hoy.

Entre los árboles de nuestros bosques, con diversosusos populares, sobre los cuales se tejen numerososmitos y leyendas, aparece la ceiba o akoko (Ceibapentandra (L.) Gaertn) (Fig. 15), se destaca por su belle-za, considerado árbol sagrado de las religionesafrocubanas. Adorna con frecuencia parques y jardinesde la ciudad. Como expresara el apóstol José Martí:«Hacen arcos, de un borde a otro, las ceibas potentes».

Nos protege hasta el fin de nuestros días, esparce alviento cada cuatro años motas de algodón (semillasaladas) recolectadas en ocasiones por la población parala confección de almohadas. El culto hacia ella naciódebido a su majes-tuosidad. Ningún otro árbol de Cubaes tan respetado, querido y temido al mismo tiempo. Laceiba representa a Dios y se tiene como supersticiónque quien la corte sufrirá un castigo fuerte. No se talajamás pues significa desgracia eterna para el osado y sufamilia. No se pisa su sombra sin pedir permiso, no searrancan sus hojas sin pagar derecho (unas monedas enel tronco).

sas; así sucede con las leguminosas, la ceiba, la cao-ba y el cedro, conocidos como caducifolios. Este me-canismo ayuda a la dispersión de las semillas, que amenudo tienen alas o algodón para volar.

Fig. 15. Ceiba pentandra.

La leyenda cuenta que los indios bailaban alrede-dor de la ceiba pues consideraban que su tronco re-presentaba al sol, de ahí la tradición de dar tres vuel-tas alrededor de la ceiba del Templete el 16 denoviembre, día de San Cristóbal y aniversario de lafundación de La Habana, y pedirle tres deseos o mila-gros; con ello se rinde culto a una tradición y a unárbol que es símbolo de bonanza de los dioses y dadoa recibir ofrendas y veneración, y en pago, respondercon fortaleza, belleza y comprensión a lo solicitado.Existen muchas leyendas sobre la ceiba. Las ofren-das pueden tener diferentes orígenes: un objeto, dine-ro, o formado por diferentes recursos naturales, dentrode los que se destacan algunos componentes del bos-que como hojas, flores y frutos.

En una casa templo, puede recrear su vista antediversas y sabrosas comidas y frutas, entre las que sedestacan las preferidas por cada oricha, como el agua-cate (Persea americana) de Oggún, oricha que dominalos secretos del monte; y el mango (Mangifera indica),de Ochún, bella oricha, zalamera, diosa del amor, todoarmónicamente dispuesto en un trono bien trabajadodonde se elevan, según los orichas, los sopones y ofren-das en fuentes de variados colores de acuerdo a la dei-dad que representan.

También se ofrecen frutas sin especificidad en lasdiferentes festividades religiosas, que pueden ser con-sumidas o no, naturales o elaboradas. Tales como:mamey (Pouteria sapota), naranja (Citrus sinensis), elcaimito (Chrysophyllum cainito), tamarindo (Tamarindusindica) y guanábana (Annona muricata).

El atori (Trichilia havanensis Jacq.), popularmenteconocida como siguaraya, es un árbol muy estimadopor la población, sobre todo por su uso religioso y nom-bre pegajoso, que viene a la mente de cualquier cubanocuando se refiere a algún trabajo de la santería o de laRegla de Palo Monte, en la que siempre constituye unpalo importante de la nganga (símbolo ritual formadopor una gran olla de hierro en la que se incluyen nume-rosos palos del monte, cadenas de hierro, clavos delínea, plumas de aves y otros atributos). La siguarayase considera un árbol fuerte y potente, capaz de fortale-

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1414141414 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

BOSQUE Y SOCIEDAD

¿Qué se entiende por bienes y serviciosque brindan los bosques?

Desde los orígenes de la vida animal en tierra firme, lamisma ha estado indisolublemente ligada a la existen-cia de árboles y en su conjunto a los bosques. Estos

BienesMaderasLa madera ha desempeñado un papel fundamental parala vida del hombre y hoy continúa siendo un productomuy apreciado por la sociedad, ya que sus usos tradi-cionales se han multiplicado y han aparecido otros conel desarrollo y avance de la ciencia y la técnica. A dife-rencia de otros materiales como el petróleo, carbón depiedra, agua, etc., la madera tiene la propiedad de serun recurso renovable a corto plazo cuando se hacenprácticas silvícolas adecuadas. Aunque sigue siendoun producto de mucha demanda, muy pocos conocenque es la parte lignificada del árbol, que se encuentra

Fig. 16. Corte transversal del tronco de una especie deeucalipto.

Los vegetales leñosos se encuentran entre lasgimnospermas y angiospermas. Las angiospermas sedividen en monocotiledóneas y dicotiledóneas; las pri-meras se encuentran representadas por la palma y elbambú, mientras que las segundas son un grupo hete-rogéneo que incluye plantas herbáceas y lianas, asícomo vegetales leñosos (arbustos y árboles); estos sonlos que originan las maderas suaves o duras.

Desde el punto de vista anatómico existe una dife-rencia entre la madera de especies coniferas y latifolias,las primeras presentan tejidos más sencillos y homo-géneos predominando las traqueidas en 95 %, con do-ble función de conducción y sostén. Puede distinguirsecon relativa facilidad la madera de primavera de la deverano, pues su diferencia estriba en el grosor de lapared celular. La madera de primavera posee paredesmás finas con cavidades celulares más amplias quelas de verano, y a simple vista se aprecian bandas cla-ras y oscuras alternándose. Sin embargo, las latifoliadastienen una estructura más compleja al poseer célulasespecializadas para cada función.

Aunque la madera se continua utilizando para dife-rentes fines, no siempre se le da el uso más idóneo,porque entre otras cosas no se conocen sus propieda-des físicas, mecánicas y tecnológicas que en alto gra-do definen sus usos. Es importante señalar que la ma-dera es un material anisotrópico, es decir, ciertaspropiedades físicas y mecánicas varían según las direc-ciones en que se consideren. Estas pueden ser axial,paralela al eje del árbol; radial, orientada según el radio,o dicho de otra forma, perpendicular a los anillos; ytangencial, perpendicular a la sección radial.

Las propiedades físicas más importantes de la ma-dera son: humedad o contenido de agua en la madera,contracción o variación de las dimensiones con la hu-medad, densidad y dureza.

La humedad de la madera es la cantidad de agua quecontiene la misma expresada en tanto por ciento de su

cer el espíritu de un afiliado cuando cae en trance. Lasposibilidades religiosas que ofrece este árbol, le permi-te obtener otros nombres populares: rompe camino [por-que rompe el fúmbi (muerto), al enemigo]; tapa camino(porque evita que el enemigo se meta en el camino desu nfumo y lo obstruccione) y abre camino (porque des-barata la brujería y facilita la vida del hombre abriéndoleel camino).

Los santeros, aprovechando su acción como pur-gante, lo recomiendan para eliminar daños ingeridos,pero no se debe abusar, hay que tomarlo en dosis limi-tadas ya que en exceso es nocivo y puede purgar hastala muerte. También se aprovechan sus propiedades paracombatir enfermedades cutáneas y se utilizan el coci-miento de sus hojas. El cocimiento de la raíz es para laalbuminuria y el jugo del fruto diluido en alcohol es útilen las inflamaciones artríticas y en los dolores del reu-matismo. Popularmente se le identifica como siguarayahembra y macho por ser una especie dioica, por tanto,en medicina natural como para las necesidades ritua-les, se ha recomendado su administración combinadaa hombres y mujeres.

La fortaleza y fama de la siguaraya para la realiza-ción de cualquier brujería sirvió de fuente de inspiraciónpara la canción que lleva su nombre y que popularizarauna de nuestras voces privilegiadas: Benny Moré.

No todo lo que brilla es oro, es curioso que no todaslas actividades rituales sean para producir el bienestarde una persona. Dentro de los árboles que se utilizanpara hacer daño se encuentra la yaya (Oxandralanceolata (Sw.) Baill.) de las anonáceas o Ecmí enlucumí y kurumen en congo, árbol silvestre de los máscomunes en todo el archipiélago. Sus palos se utilizanpara guerrear y es uno de los fundamentales en langanga. Es un gran brujo, con mucha eficacia para bue-nos o malos propósitos y de ahí que se resaltan lasvirtudes mágicas de la yaya o yayita, para acabar contodo lo malo. Los religiosos que se dedican a hacer elmal, o mayomberos, siempre lo tienen en su casa por-que la yaya tumba y levanta, mata o cura. Las ramasde esta planta vigoriza, limpia y quita ñeque. Sus hojasdepuran la sangre y su corteza cura las llagas de laspiernas y de los pies que han pisado brujería. La pro-tección de la yaya en las religiones afrocubanas llega aser tan valiosa, porque el significado religioso de yayaes madre.

La yaba (Andira inermis), es un árbol silvestre queaunque algunos le adjudican uso medicinal comoantihelmíntico por tener como principio activo la andirina,su leño produce un humo que daña la vista y hastacausa ceguera, según afirman algunos conocedores,hechos que expresan muchos creyentes al referirse aella: «La yaba tiene espíritu malísimo con el que no sejuega pues le gusta apagarle los ojos a la gente». Peroademás, cuando florece, no se posa ni una abeja en suflor, pues muere si liba de ella.

Metafóricamente se dice que es uno de los árbolesque se apropian los orichas guerreros por excelencia,Changó y Oggún, y se plantea: «Oggún ciega con layaba y le tapa la vista a los demás guerreros para que nolo vean, y en una guerra en que le perseguían, envenenócon yaba las aguas del río y cegó a todos los enemigospara que no lo viesen escapar a la otra orilla; mientrasque Changó se vale de la yaba cuando pelea con Oggúnpor rivalidades de mujeres, líos de familia …, pues no leperdona que cuando llegaba borracho a su casa, le pe-gaba a su madre Yemayá».

han servido de abrigo ante las inclemencias del tiempoy del clima, han proporcionado los alimentos necesa-rios para la subsistencia humana y le han facilitado alhombre los primeros utensilios para defenderse, asícomo el fuego necesario para calentarse en épocas fríasy cocer los alimentos.

La madera a través del tiempo ha sido el principalrecurso natural utilizado en las construcciones. Aún hoy,en los países desarrollados, cerca de 20 % de las vi-viendas se construyen con madera. En los países endesarrollo esta cifra es de 50 % aproximadamente. Suversatilidad para adaptarse a los diferentes usos le hapermitido, a través de procesos mecánicos, convertirseen madera aserrada y tableros contrachapados, de par-tículas y de fibra, y satisfacer innumerables necesida-des de la vida familiar y social. A través de procesos detransformación mecánicos y químicos, la madera seconvierte en papel, que satisface los más variados usos,que ha permitido al hombre escribir sus ideas ytrasmitirlas a distintas generaciones.

Otros bienes o productos no celulósicos como sonlos Productos Forestales No Maderables, representa-dos por frutos, cortezas, semillas, flores, exudados, yotras formas, presentes en la vida cotidiana a través delos alimentos, medicamentos, ropa, cosméticos, y otrosmuchos usos, que se verán más adelante.

De gran significación y valor son los servicios queofrecen los bosques; entre ellos con marcado acento yactualidad se cuentan los servicios ambientales. EnCuba son varios y valiosos los servicios ambientalesque brindan los bosques, teniendo en cuenta las carac-terísticas de nuestro archipiélago y la biota cubana.Muchos de estos servicios se han venido brindando deforma espontánea, pero su valoración económica no seha realizado y recién comienzan las investigaciones enesta temática. Uno de los principales servicios ambien-tales es la protección de los recursos hídricos y de lossuelos contra la erosión y la desertificación.

Los recursos hídricos de Cuba son escasos y laprotección de los cuerpos de agua (presas, micropresasy corrientes fluviales), resulta de gran importancia es-tratégica. Sólo por concepto de reforestación de lasmárgenes de estos cuerpos de agua se requiere plan-tar aún alrededor de 22 000 ha, lo que constituye unreto sobre todo si se considera que se debe ejecutar enun plazo relativamente breve. Cumpliendo similares fun-ciones, la forestación de áreas ganaderas en las zonasde montaña y premontaña tiene una connotaciónhidrológica y antierosiva muy importante.

El carácter multifuncional de los bosques como pro-tectores de suelo y de aguas, su rica biodiversidad, tantoen plantas como animales, su función mejoradora delclima y como pulmones verdes proveedores del oxíge-no necesario para la vida, su belleza escénica, que sir-ve de fuente inspiradora para los artistas, sus comple-jos secretos que motivan a los investigadores, entre otrosmuchos valores, hacen que sean verdaderos laborato-rios vivos y que constituyan, de todos los recursos na-turales existentes, los de mayor contribución a la miti-gación de los cambios climáticos que amenazan la vidasobre la superficie terrestre.

debajo de la corteza. Es un tejido constituido por dife-rentes tipos de células en distintas proporciones y dis-tribución que le da las características a las especies.

La madera es un material heterogéneo compuestopor diferentes tipos de células, que cumplen varias fun-ciones dentro del árbol cuando éste vive y le atribuyen acada especie ciertas características, por lo que es ne-cesario relacionarla con su función para una mejor com-prensión de su estructura.

La nueva madera está formada por una capa espe-cializada de células llamadas cámbium, situada entreel xilema y el floema; esta capa rodea las partes vivasdel árbol y se divide dando lugar a nuevas células leño-sas (madera) hacia la cara interna y nuevas célulasfloemáticas hacia la cara externa formando la albura, yes donde se realiza el transporte de sustancias minera-les, contiene también células y materiales de reserva.La madera más antigua es desplazada al interior deltronco, muere y su contenido sufre transformacionesquímicas que en muchos casos oscurecen la madera,lo que produce el duramen o corazón (Fig. 16).

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1515151515SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALque de los insectos, el cedro es utilizado para envasartodo el tabaco cubano, al que le confiere entre otrascosas un sello de calidad.

Famosa por su uso en ebanistería de alta calidad esla caoba, conocida mundialmente como «mahogani».Habita en forma natural en diferentes tipos de suelos,pero prefieren los que posean componentes calcáreosen elevaciones bajas hasta 100 m snm, donde son másabundantes.

Un precioso árbol, perteneciente a la familia de lasmimosáceas, lo es el algarrobo (Samanea saman Jacq.)que crece aislado, pero con bastante frecuencia, a lolargo y ancho del país; su copa desarrolla unas ramasbajas, muy extendidas a modo de sombrilla, que im-pregnan al paisaje una forma peculiar, semejando colo-sales paraguas de esmeralda que crecen espontánea-mente en bosques y sabanas, pero alcanza mejordesarrollo en las zonas cercanas a los ríos.

Recorriendo las playas de Cuba, principalmente en laprovincia de Matanzas donde está situada Varadero, unade las playas más hermosas del mundo, se encuentraun árbol con flores azules y frutos en cápsula de colornaranja: el guayacán (Guaiacum officinale L.), pertene-ciente a la familia de las zigofiláceas. Esta especie esconsiderada uno de los árboles más valiosos de la floraantillana, por la calidad de su madera con propiedadeslubricantes, la cual resulta ideal en la construcción dehélices de barcos para que no se pudran en contactocon el mar. En Cuba es muy utilizada en artesanía.

En los bosques cubanos, con un tronco poco atrac-tivo, que parece que ha sufrido un incendio o una catás-trofe, debido a que su corteza desprende lascaslongitudinales, quedando sujetas por arriba, se halla elsabicú (Lysiloma sabicu Benth.), perteneciente a lasmimosáceas. Posee una madera preciosa que los car-pinteros consideran fácil de trabajar, por lo que se utili-za en la construcción de muebles, y marcos de puer-tas. En los montes secos y cuabales, sobre suelospobres de las provincias orientales, Camagüey, Matan-zas e Isla de la Juventud, existe un arbolito que con-trasta con el resto de la vegetación por poseer el troncomás oscuro, las ramas con pelos punzantes, y hojaspequeñas, rígidas y terminadas en una espina, el éba-no real [Diospyros grisebachii (Hiern.) Standl.], perte-neciente a la familia de las ebenáceas. Presenta unamadera preciosa empleada en ebanistería y escultu-ras, y resultó fuente de inspiración de nuestro poetanacional, Nicolás Guillén, para su bello poema ÉbanoReal donde expresa un sentimiento de protección ha-cia los árboles.

peso anhidro. Esta se presenta en dos formas: comoagua libre llenando los poros de la madera, y todos losespacios vacíos, en forma similar a como se encuentracontenida el agua en el interior de una esponja, y comoagua ligada o impregnada a la pared celular.

La máxima humedad que puede contener una ma-dera sin que exista agua libre se llama punto de satura-ción de las fibras, éste varía con la especie y es demucha importancia conocerlo ya que a partir del mis-mo, comienza a disminuir el agua impregnada en lasfibras y por tanto los tejidos leñosos de la madera dis-minuyen de volumen y su resistencia mecánica aumenta.Como material higroscópico gana y pierde agua segúnel ambiente en que se encuentre, de ahí la importanciade conocer este aspecto para su empleo.

La determinación de las propiedades mecánicas esmuy importante para precisar el uso que se le dará a lamadera; independientemente de la relación entre la den-sidad y las características de resistencia, existe un gru-po de ellas que es necesario definir.

Al igual que para las propiedades físicas, para lasmecánicas se debe tener en cuenta que la madera esun material orgánico y heterogéneo, lo cual trae comoconsecuencia fluctuaciones en los resultados finales.

En su resistencia las propiedades fundamentalesson: compresión paralela y perpendicular a las fibras,flexión estática, tracción paralela y perpendicular a lasfibras, cizalla, modulo de elasticidad y tenacidad. Ge-neralmente, todas estas propiedades aumentan cuan-do la humedad disminuye, excepto la tenacidad que esmayor cuando la humedad aumenta.

Los valores que aportan las propiedades mecánicasde la madera son muy importantes en las construccio-nes, ya que permiten hacer los cálculos necesarios paraasegurarse que estos sean capaces de soportar lascargas que actúan externamente y causan tensionesen el interior del material.

La madera presenta otras propiedades como son: tér-micas (aislante del calor), eléctricas (la madera seca ofre-ce una gran resistencia al paso de la corriente, o sea, esun buen aislante), acústicas (la madera tiene excelentespropiedades para fines acústicos, de aquí su amplio usoen la confección de instrumentos musicales).

Estudios de las propiedades de la madera realiza-dos en Cuba, resaltan las cuatro especies de pinos, loscuales aportan la mayor cantidad de madera con desti-no industrial. Estas tienen una densidad de alrededorde 750 kg/m3 y una contracción media que les permitenuna amplia variedad de usos. Otros resultados para es-pecies latifolias reafirman las bondades de especies na-cionales como cedro, majagua, dagame, cabo dehacha, caoba del país, sabicú y otras.

En Cuba, el interés por las especies maderables haido en aumento, por lo que se han valorado diversosaspectos ecológicos sobre la reproducción y estableci-miento de los árboles, que han contribuido a una mayorcomprensión de las mismas para que sean considera-das adecuadamente, al interpretar el papel que desem-peñan en los ecosistemas y su aporte a la biodiversidad.

Si desde el punto de vista maderable hubiera queelegir la familia botánica más valiosa de los trópicos,sin lugar a duda, deberían seleccionarse las meliáceas,de las cuales cinco géneros y diez especies habitan enCuba. Esta familia se considera una de las más valio-sas del mundo por la calidad de su madera, entre ellasse encuentran especies universalmente conocidascomo el cedro (Cedrela odorata L.) y la caoba (Swieteniamahagoni (L.) Jacq.).

Estos árboles que viven en Cuba de manera natural,habitan en diferentes formaciones vegetales pero pre-dominan en los bosques que pierden sus hojas durantela temporada poco lluviosa, en llanuras o pequeñas ele-vaciones pero pueden encontrarse individuos aisladoshasta los 600 m snm. Sus usos como maderables seremontan a la época de la conquista en la que los in-dios construían sus canoas y sus remos con cedro. Enla actualidad, debido a su aroma y resistencia al ata-

Productos forestales no maderablesLos ecosistemas forestales, además de producir made-ra, son proveedores de otros bienes y servicios, los queocasionalmente se consideran para valorar a estos re-cursos. Dentro de los bienes se pueden citar los siguien-tes: frutos comestibles, semillas, plantas medicinales,resinas, gomas, cortezas, hojas, fauna silvestre, pescaen fuentes de agua ubicadas dentro de los bosques, par-tes de animales como plumas, huesos y dientes, hon-gos comestibles, «tierra» de monte, entre otros. Muchosde estos productos son usados diariamente por los mis-mos habitantes que viven próximos a los bosques. Otrosproductos son vendidos, por lo general, en un mercadono totalmente diferenciado y temporal, hacia economíaslocales o regionales. Estos bienes o productos, queconstituyen sólo una parte del valor del bosque, se de-nominan Productos Forestales No Maderables (PFNM),conocido en el ámbito internacional como Non-TimberForest Products (NTFP) o Non-Wood Forest Products(NWFP), es la denominación más utilizada para pro-ductos silvestres distintos de la madera. Se refiere alos sistemas de extracción y/o producción de recursosbiológicos en pequeña escala que no causan alteracio-nes drásticas en la composición, estructura y funciónbásica del ecosistema de bosque. Las actividades que

corresponden incluyen: la recolección de plantas o par-tes de plantas silvestres, la cacería, la pesca, la agri-cultura itinerante (migratoria) integral (conuco), elsilvopastoreo, la prospección bioquímica y genética yel manejo de los factores ecológicos durante el proce-so de acopiar los recursos, entre otros. Estas activida-des producen cambios en el entorno natural, son gene-ralmente de bajo impacto y no producen la desapariciónfísica de la cobertura forestal del paisaje.

En los últimos treinta años, se han intensificado losestudios por instituciones nacionales y organismos in-ternacionales sobre la importancia de estos productos,y se acepta la siguiente definición dada por la FAO:«Los Productos Forestales No Maderables consistenen bienes de origen biológico distintos de la madera,procedentes de los bosques, de otros terrenos arbola-dos y de árboles situados fuera de los bosques».

Todos los tipos de bosques o ecosistemas foresta-les, en sentido general, poseen una gran riqueza enestos productos; sin embargo, son los bosques tropi-cales los que ofrecen mayor representatividad y varie-dad. De acuerdo a lo anterior, se puede expresar que elaprovechamiento de los PFNM no es exclusivo de al-gún tipo de vegetación en particular, sino que se pre-senta en cualquier ambiente en donde el hombre utilicesu entorno para satisfacer a sus necesidades prima-rias, como son alimento, vivienda, salud y vestido.

Desde el punto de vista social, el aprovechamientode los PFNM forma parte del conocimiento tradicionalde la población que habita en las áreas próximas a losbosques, o bien dentro de estos. Este saber tradicionalse ha ido transformando y, en algunos casos perdien-do, como resultado de la transculturación a la que es-tán sometidas las diferentes etnias que integran lospueblos de América Latina, África y Asia.

El beneficio de los PFNM es muy rudimentario parala mayoría de los productos. Los productores (recolec-tores o extractores), trasladan las partes de plantas oanimales a centros de acopio o a sus residencias dondese realiza el beneficio, que generalmente consiste en lalimpieza del producto. En ocasiones se realizan activi-dades como secado y conservación. Generalmente losde consumo local no reciben ningún tipo de beneficio.

Desde el punto de vista del mercado, estos pro-ductos presentan mercados muy cerrados y específi-cos, por lo que las cadenas de producción-comercia-lización-consumo son muy claras. La mayor parte deesta producción se concentra hacia acopiadores (fijos)y éstos usualmente realizan un beneficio inicial o bienuna clasificación. Al final el producto es trasladado alos mercados (si no necesitan ningún tipo de beneficio)o a los centros de procesamiento e industrialización.

La diversidad de PFNM en Cuba y su impacto en lasociedad no ha permitido generalizar las tecnologías,sistema de cosecha, procesamiento y comercialización,por lo que sólo se tratan aquí los más importantes.

La resina de pino se ha convertido en los últimos 20años en un valioso rubro para la economía nacional. Sibien las cuatro especies de pinos existentes en el paísson potencialmente resineras, la que mayores rendi-mientos ofrece, así como la más extendida en planta-ciones, es el pino macho (Pinus caribaea var. caribaeaMorelet). Esta especie bien manejada produce al año ocada año no menos de 4 kg de resina por árbol. Enpromedio se producen alrededor de 1200 t de resina delas que 60 % se exporta y el resto se procesa en unaplanta industrial ubicada en la ciudad de Pinar del Ríopara obtener colofonia y aguarrás. El potencial produc-tivo de esta especie, atendiendo a las áreas que seaprovechan para la producción de madera aserrada,sobrepasa las 3000 t de resina por año. Cerca de 400trabajadores están dedicados a esta actividad (Fig. 17).

Un resumen de lo referido hasta ahora se presentaen la tabla 1.

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1616161616 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

Tabla 1. Productos Forestales No Maderables por categorías

Fig. 17. Método para la extracción de resina de pino.

Desde hace varios años, se desarrolla una campa-ña nacional para plantar especies de árboles frutalesen las tierras forestales, parcelas agroforestales y pa-tios de viviendas, con el fin de rescatar algunas espe-cies que no son manejadas en plantaciones comercia-les, como el anón, la chirimoya o mamón, níspero,canistel, caimitos y mamoncillo, entre otras.

En la provincia Pinar del Río, en el sotobosque de lospinares, se maneja una fruta silvestre, denominadaguayabita del pinar (Psidium salutare), la cual se utilizadesde hace más de 100 años en la preparación de undelicioso licor denominado «Guayabita del Pinar», quetiene gran aceptación nacional e internacionalmente. Enlos últimos años, investigaciones orientadas a la conser-vación de la especie han permitido la reproducción porvitroplantas, y se han establecido plantaciones que ofre-cen mayores rendimientos y permiten repoblar áreasnaturales afectadas por incendios u otras causas.

La producción de taninos a partir de la corteza pro-cede sobre todo de los bosques naturales de mangle

rojo (Rhizophora mangle), especie que se desarrolladirectamente en las costas bajas de la Isla y cayosadyacentes.

El aprovechamiento de fibras se realiza de diferen-tes tipos de árboles, arbustos o bejucos. Unos vivendentro de los bosques, otros diseminados en áreas lla-nas o montañosas formando colonias, algunas asocia-das, y otras plantas acuáticas viven en lugarespantanosos o en espejos de agua. Hay especies comoel guaniquique (Trichostigma octandrum), que vive enforma silvestre en asociación con otras plantas forman-do parte del sotobosque, pero en grupos aislados queno permiten establecer un esquema de aprovechamien-to, por lo que se cortan los bejucos que están en edadmadura y se dejan sólo los más jóvenes. Desde hacevarios años se ha desarrollado un programa para el cul-tivo artificial del guaniquique, y ya existen 464 ha esta-blecidas. Los muebles, cestos y otros objetos elabora-dos con este bejuco resultan en la actualidad una gransolución para necesidades de la población y atractivospara el turista.

La cosecha y procesamiento de semillas constitu-ye un importante Productos Forestales No Maderables(PFNM) en nuestro país. Los métodos de recolecciónse corresponden con las especies en cuestión. Para elprocesado de semillas, se cuenta con una red de cen-tros diseminados por todo el país en las regiones pro-ductoras.

Especies melíferasLa flora melífera es el conjunto de espe-cies vegetales que la abeja Apis melliferaL. emplea para obtener néctar y polen; ésteúltimo recurso es fuente importante de pro-teínas y carbohidratos que utilizan para sunutrición.

La flora en cada región determina la pro-ductividad de la apicultura, ya que así seobtienen diferentes productos como: miel,cera, polen, jalea real, y propóleos, entreotros. En los países templados, la miel quese produce proviene fundamentalmente deplantas cultivadas en zonas agrícolas, peroen Cuba las plantas melíferas son, en sugran mayoría, especies silvestres; sólo secosecha miel valiosa para el mercado, delas plantaciones de cítricos).

La miel cubana procede sobre todo delos bosques semicaducifolios (donde las

especies pierden sus hojas en el periodo de sequía) y delos manglares; en éstos se presenta la especie mangleprieto, melífera por excelencia, que produce una mielcodiciada en el mercado asiático, pero más de 40 % detoda la miel proviene de tres bejucos silvestres, lasllamadas campanillas y el bejuco leñatero, que florecenen el último trimestre del año.

Es el néctar el que cumple la misión de atraer a lospolinizadores, que acuden ávidos en busca de surecompensa, por ser una solución acuosa que contieneuna mezcla de azúcares, producidos por glándulas quese denominan nectarios. Cuando una abeja liba néctarde una flor, se pone en contacto más o menos estrechocon las anteras, según la estructura floral de cadaespecie, cayendo directamente los granos de polen alsuccionar la abeja el dulce recurso; de otra forma, estosllegan a la miel por los granos que se adhieren a lospelos de las patas y al cuerpo del insecto, o medianteel polen diseminado por el aire, que entra en contactocon el néctar de otra especie.

El estudio de la morfología del polen permite diag-nosticar las especies de la flora presentes en las mie-les (Tabla 2). En países tropicales la identificación esmuy compleja, pues se trata de reconocer a través delmicroscopio, la enorme diversidad de formas polínicasy determinar cuantitativamente su contribución en la miel(Fig. 18). En la actualidad, es relevante la producciónde mieles a partir de la utilización de fuentes de néctary/o polen de la flora nativa, en el empeño de obtener lallamada miel «orgánica o ecológica», un producto natu-ral libre de sustancias contaminantes, para el cumpli-miento de las normas de calidad vigentes en el comer-cio internacional.

Fig. 18. Diversidad de polen.

Aceites esencialesEl producto más conocido que se extrae del follaje dediferentes especies, en este caso forestales, son los aceitesesenciales, ricos en esencias, que de acuerdo a suespecie y origen varían en su composición química y deella depende el uso final más adecuado que se les dará.

Tabla 2. Algunas especies de la flora apícola cubana